José Luis Aguilar se suelta la melena


Nuria Torrente
@opinionalmeria

José Luis Aguilar Gallart (Almería, 25-04-1946) es una de las personas de Almería que cuenta en su haber con más años de actividad política. Concejal de Almería en 1983 y después en varias legislaturas, ha sido secretario provincial del Partido Popular en tres ocasiones, teniente de alcalde del Ayuntamiento de Almería, diputado andaluz y vicepresidente de la Diputación Provincial, si bien “nunca he sido número uno de nada”. Antes de iniciar su carrera política era director de la Escuela de Hostelería. En la actualidad, jubilado política y profesionalmente, es director provincial de Cáritas.

A pesar de sus muchos años de ejercicio político, quienes conocen a José Luis creen que nunca ha estado entre sus aspiraciones ocupar puestos de primera línea de responsabilidad institucional. Tal vez con una sola excepción: le hubiera gustado ser algún día presidente de la Diputación. Creía que era un cargo hecho a su medida. Incluso Javier Arenas llegó a prometérselo formalmente, pero, cuando creía tenerlo en la mano, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador se le cruzó en el camino. Conoce la provincia palmo a palmo y posiblemente sea uno de los expolíticos que más relaciones personales tiene en los pueblos de la provincia.

José Luis Aguilar (Foto: Juan Muñoz)

Un día José Luis Aguilar abandonó la política. Lo hizo haciendo mutis por el foro, sin palabras de desánimo y sin reproche alguno. Si acaso, con muchas palabras de agradecimiento. La procesión la llevaba por dentro. ¿Fue una salida voluntaria o forzada? Posiblemente se den las dos circunstancias. Hasta ahora ha eludido las razones de aquella retirada. Dice que está escribiendo algo sobre su experiencia política. Cuando se publique, puede ser un best seller provincial. Hoy, unos años después de salir de la política, se ha explicado ante Antonia Sánchez Villanueva, subdirectora de La Voz de Almería.
“Hacia 1994 Pimentel y Arenas querían que continuara en el Parlamento Andaluz,  pero desde Almería comprometieron el puesto para un candidato de El Ejido, y finalmente Arenas me dice que voy a ser candidato a la presidencia de Diputación. Cuando se acerca el momento, un día me llama Arenas, me cita para desayunar en Los Barrios, Cádiz, para comunicarme que había tenido un compromiso para que el candidato a presidente de la Diputación fuera otra persona"
¿Por qué Aguilar nunca llegó a ocupar el puesto político que más deseaba, el de presidente de la Diputación? Él lo explica: “Hacia 1994 Pimentel y Arenas querían que continuara en el Parlamento Andaluz,  pero desde Almería comprometieron el puesto para un candidato de El Ejido, y finalmente Arenas me dice que voy a ser candidato a la presidencia de Diputación. Cuando se acerca el momento, un día me llama Arenas, me cita para desayunar en Los Barrios, Cádiz, para comunicarme que había tenido un compromiso para que el candidato a presidente de la Diputación fuera otra persona, no me dijo ni el nombre, pero yo lo sabía… era entonces Megino candidato a la alcaldía…”. Esa persona era quien después fue presidente del ente provincial, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador. “Yo le dije a Arenas que no tenía ningún problema, que para eso no me tenía que llamar e ir hasta Los Barrios.   Entonces paso  ocho años como vicepresidente de la Diputación, y después otros seis como teniente de alcalde en el Ayuntamiento”.

“¿Le hicieron la cama?”, pregunta la periodista a Aguilar. “No, no me hicieron la cama, me la hice yo, porque yo tenía suficiente información para no irme nunca, a mí no me podía echar nadie”. “¿Información comprometida?”, insiste la periodista. "Digamos que información... Yo ya estaba cansado de todo eso y estaba cansado de que cuando el partido tenía crisis recurrían a mí. Fui tres veces secretario general”.

Una de las crisis más agudas a la que tuvo que enfrentarse Aguilar fue a la de El Ejido, entonces dominado por Juan Enciso y José Añez. “Yo era concejal entonces. Me nombran secretario general por tercera vez, y eso me crea muchos problemas, fundamentalmente con un indeseable, que era Pepe Añez, porque yo creo que Juan Enciso es buena persona, el otro es muy mala persona. Me persiguieron por todos lados, me injuriaron, si hubieran tenido algo por donde cogerme, me hubieran metido en la cárcel, pero no había dónde coger, por mucho que buscaran. Me ha costado mucho dinero y energías defenderme, porque no te creas que el partido lo ha hecho, pero me ha valido la pena”.
“¿Le han llamado en algún momento tras su marcha de la política?”. “Para nada...  Bueno, alguna vez me han mandado algún amigo cuando interpretaron que yo estaba en contacto con Ciudadanos”
Tras su marcha de la política es como si José Luis Aguilar hubiera dejado de existir para el que siempre ha sido su partido y tantos servicios ha prestado. “¿Le han llamado en algún momento tras su marcha de la política?”. “Para nada...  Bueno, alguna vez me han mandado algún amigo cuando interpretaron que yo estaba en contacto con Ciudadanos”. Nunca tuvo dudas de que no debía integrarse en el partido de Albert Rivera, pero tiene claro que “Luis Rogelio fue alcalde en esa ocasión y Gabriel Amat fue presidente de Diputación porque yo fui comedido, porque mi compromiso personal con el partido me lo impedía. Yo podía haber montado a Ciudadanos 80 juntas locales en la provincia, y con eso ni uno habría sido presidente de Diputación, ni otro alcalde”.
La gran decepción de mi vida ha sido Gabriel Amat. Yo lo sigo queriendo porque conocí al Gabriel Amat serio, bueno, sencillo, cercano, cariñoso, dispuesto a ayudar incluso a sus propios adversarios, que pisaba el suelo y era otra clase de persona"
“¿Cuál ha sido su mayor decepción?”, pregunta a Aguilar Antonia Sánchez. “La gran decepción de mi vida ha sido Gabriel Amat. Yo lo sigo queriendo porque conocí al Gabriel Amat serio, bueno, sencillo, cercano, cariñoso, dispuesto a ayudar incluso a sus propios adversarios, que pisaba el suelo y era otra clase de persona. Yo, como confiaba plenamente en él, cuando cumplo 60 años me prejubilé de la enseñanza para quedar a disposición total del presidente provincial. Ese año empiezo a ver la movida de los llamados niños (en el PP de Almería los llamados 'niños' son los jóvenes que empezaron a tomar el poder en primeras y segundas líneas del Ayuntamiento de Almería y de la Diputación Provincial) que son los que van mandando, junto con algún madrileño no tan niño. Un día recibo una llamada para llevarme al Ayuntamiento. El follón se forma por eso, si me hubieran dejado en la Diputación no hubiese pasado nada”.

“¿Cómo fue su salida?” “Cuando conocí de todas las intrigas palaciegas, liberé al presidente (Gabriel Amat) de la presión sabiendo que iba a aprovechar la oportunidad porque era un marrón que tenía encima y del que tenía que deshacerse. Cuando me llama, no tuvo la deferencia que esperaba de él, que le habría agradecido muchísimo porque yo fui su secretario general. Me citó una tarde con todos y a unos les dijo que repetían, a otros que no, y a mí no me dijo nada, lo vi titubeando, miré el reloj y le dije: ¿está decidido, presidente? Sí. Pues muchas gracias, adiós. Le di la mano, dos besos a Rosario Soto y me fui. Fueron 18 segundos. No le di oportunidad, ni siquiera le dije que me había prejubilado por ayudarle,  pero sin ningún problema”.

Si desea leer la entrevista completa de Antonia Sánchez Villanueva a José Luis Aguilar pinche aquí.

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