Antonio
Corrales
Es terrible que la Agencia francesa de Medio Ambiente y del Control de la Energía colabore en un documental sobre la producción del tomate en nuestra provincia, con las siguientes afirmaciones: 1. Que es un verdadero desastre ecológico. 2. La agricultura almeriense degrada la costa por la desalinización del agua y que la mitad de los pozos de agua empleados son ilegales. 3. No reciclamos los plásticos, sino que los quemamos junto a los invernaderos o terminan en la naturaleza, en las playas e incluso en el mar. 4. Que contaminamos el Parque Natural de Cabo de Gata. 5. Un tomate produce su propio peso en residuos. 6. Se bombardea nuestros cultivos con litros de pesticidas, productos peligrosos para el consumo. 7. El 80% de los tomates de Almería contienen residuos de plaguicidas. Un 7% más allá de los límites máximos. 8. Trabajan 40.000 inmigrantes ilegales. Mal pagados y sus condiciones de trabajo son alarmantes. 9. Los inmigrantes ilegales están en contacto con productos tóxicos, sobreexplotados laboralmente. 10. Los inmigrantes mal pagados permite ofrecer precios bajos para los tomates y que Almería siga siendo competitiva. 11. Las autoridades locales hacen la vista gorda a todo lo expuesto anteriormente. 12. El tomate de Almería es insípido. 13. Almería es un área muy pobre de España, siendo la sobreexplotación la única forma de ganarse la vida. 14. En Francia se cultivan los tomates en invernadero, pero son más respetuosos con el medio ambiente que en Almería. 15. Comer tomates en invierno es un desastre ecológico y humano. Éste es el video:
Lo increíble es que este video ha sido publicado el 23 de enero de 2018 y lleva más de 690.000 visitas y no hemos sabido nada hasta ahora, Un artículo de elpais.com (https://elpais.com/elpais/2018/03/21/alterconsumismo/1521641710_677770.html) ha sacado a la luz este tema. Por cierto, su artículo no intenta confrontar estas falsedades con la realidad de nuestro campo, sino que alienta a no consumir “tomates en invierno para salvar el planeta”.
Como almeriense, me pregunto, ¿no hay ningún organismo público o privado que vigile la imagen de nuestro principal pilar económico? La cantidad de dinero público y privado destinado a promocionar nuestros productos agrícolas y no disponemos de un observatorio de vigilancia contra las campañas antialmería que se producen.
Nuestros representantes en Bruselas deberían pedir explicaciones así como nuestro Gobierno. No debemos permitir estos ataques a nuestra economía, cuyo fin es neutralizar nuestros esfuerzos para ser una agricultura sostenible en recursos.
Las fuerzas políticas, así como las asociaciones de agricultores y de empresas de nuestra provincia, deberían reclamar acciones contra esta difamación y pedir responsabilidades por este ataque injustificado y estereotipado populista de nuestra economía.
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