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Pedro Sánchez y el problema del agua


Emilio Ruiz

➤➤“Quien fuere capaz de resolver los problemas del agua será merecedor de dos premios Nóbel, uno por la paz y otro por la ciencia”, afirmó el presidente de Estados Unidos John F. Kennedy hace más de cincuenta años. El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha pretendido postularse como candidato a tan preciados galardones tras hallar en Albacete, ante 500 personas, la solución a esos problemas: “Resulta necesario un pacto por el agua –afirmó- que tenga como objetivo el fin de los trasvases y la puesta en marcha de las desaladoras en el Levante". Por si alguien tenía alguna duda, al día siguiente, en su cuenta de Twitter, fue aún más contundente: “Nuestro objetivo es el fin de los trasvases y apostar por las desaladoras…”.

Pedro Sánchez, en Albacete (Foto: El Digital de Albacete)

Conforme a su iniciativa habrá que entender que en el ánimo de Pedro Sánchez se alberga el deseo de eliminar, si algún día es presidente del Gobierno, las infraestructuras hidráulicas del trasvase Guadiaro-Guadalete, que abastece municipios como Cádiz, Jerez de la Frontera, Rota y Puerto de Santa María;  las del trasvase Ter-Llobregat, que abastece el área metropolitana de Barcelona; las del trasvase Júcar-Turia, que lleva agua  al área metropolitana de Valencia; las del trasvase Zadorra-Ebro-Arratia, que abastece 25 municipios del Gran Bilbao; las del trasvase Tajo-Guadiana, que  suministra agua a 54 municipios de Castilla-La Mancha, y, por supuesto, el trasvase Tajo-Segura, del que se benefician más de un centenar de municipios de Valencia, Alicante, Murcia, Almería y Albacete. También, el trasvase Negratín-Almanzora, que alivia la sed de las personas y los campos del Levante almeriense.
Un problema complejo requiere de decisiones complejas. Y la mejor de las decisiones no es precisamente la que se adopta al calor de un mitin que se organiza con el propósito de agradar al oído de los espectadores
¿O acaso se refería Sánchez solo a estos dos últimos? No creo. Lo que sí creo es que Pedro Sánchez ha pisado un charco del que desconocía la profundidad. Y se ha ahogado en sus propias palabras. Ese ‘pacto del agua’ que él mismo ofrece o pide a Rajoy ni siquiera lo tiene suscrito en su partido, donde conviven posturas territoriales enfrentadas. Siempre la eterna dualidad España húmeda-España seca. No es un asunto, el de la escasez de agua, fácil de resolver. Debe saberlo, y creo que lo sabe, el secretario general del PSOE. Es por esa razón por la que las diferentes resoluciones de los congresos socialistas se suelen pronunciar sobre la materia con cierta ambigüedad. Sobre todo, no herir susceptibilidades. Un problema complejo requiere de decisiones complejas. Y la mejor de las decisiones no es precisamente la que se adopta al calor de un mitin que se organiza con el propósito de agradar al oído de los espectadores.
Las desaladoras, como los trasvases, las extracciones subterráneas y el aprovechamiento de las aguas residuales forman parte de un conjunto de elementos que tienen que hacer posible que se cubran las necesidades urbanas y agrícolas
Este próximo domingo Pedro Sánchez tenía programado un acto en la región de Murcia, en Molina de Segura. Él mismo ha pedido tener una reunión con los regantes para aclarar sus palabras. La aclaración debe ser la rectificación. Anteayer, en un artículo en ‘La Verdad’, afirmaba que las desaladoras tienen que ser instalaciones complementarias a las extracciones subterráneas y las procedentes de los trasvases. Esto es otra cosa. No es precisamente eso lo que dijo en Albacete y reiteró en Twitter. Pero su rectificación es de agradecer. Esperemos que en Murcia despeje definitivamente cualquier tipo de duda. Más de dos millones de personas bebemos actualmente agua del trasvase Tajo-Segura. Las desaladoras, como los trasvases, las extracciones subterráneas y el aprovechamiento de las aguas residuales forman parte de un conjunto de elementos que tienen que hacer posible que se cubran las necesidades urbanas y agrícolas. No hay ningún elemento que resuelva por sí solo el déficit hídrico. Si el problema se solucionara con una desaladora aquí y otra allí, el problema no existiría. Eso también lo sabe Pedro Sánchez y lo sabe cualquiera. Incluso lo saben en Albacete.

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