Juan Torrijos
Periodista
➤➤Hacía años que no se le presentaba mejor ocasión al socialismo almeriense para arrebatarle el poder a la derecha, o acercarse mucho a esa situación. El Ayuntamiento popular ha visto como ha entrado la Udef a registrar sus oficinas ante unas anomalías de las que aún no ha dado respuesta, el Mesón del Gitano está en medio de una querella que esperamos que algún día se puedan conocer sus consecuencias, la fiscalía del TSJA investiga una denuncia de una asociación de parados que ataca directamente a la cabeza más visible del equipo, la del actual alcalde y futuro candidato como presunto protector familiar a la hora de aportar empleos a la parentela.
PSOE |
Hacía tiempo que el PP almeriense, junto a los errores en el ámbito nacional, no presentaba un perfil tan bajo y peliagudo de cara a las elecciones municipales del año que viene. Sin olvidar que la candidatura de Ciudadanos, si consigue una figura de cabeza de cierta notoriedad y calidad, podría darle un buen susto a las aspiraciones de Ramón y el PP.
El PSOE se incendia a sí mismo, se rompe en dos, se suicida, sacan las navajas y se las clavan con furia entre ellos
En el PSOE solo tenían que permanecer unidos o dar apariencias de ello, pero no, el PSOE se incendia a sí mismo, se rompe en dos, se suicida, sacan las navajas y se las clavan con furia entre ellos. No es la primera vez, tampoco será la última que así ocurra. Es la ventaja de la derecha ante una izquierda atontada y sectaria, una izquierda que inventa figuras como las primarias para morir en ellas de democracia.
¿Demócratas?, más que nadie, y por ella, la democracia, a morir como partido. Como ideal político y de existencia no está mal, pero en la práctica, ¿qué? En la práctica lo único que consiguen es que esas primarias se conviertan en un harakiri interno, en una afrenta entre los militantes que tardará en cerrar.
El encono entre Susana y Pedro nos parece lejano a los almerienses, el de Teruel y Martínez lo tenemos más cerca y ¿quién paga al final la crisis y el encono dentro del PSOE? Dos candidatos que acabarán enfrentados aunque no lo quieran, que se mirarán con recelo ante las jugadas de sus jefes de filas; Adriana y Juan Carlos pagarán la factura de un menú que ellos no han cocinado, que han elaborado otros con odios y rencillas. ¿Qué les van a contar a los ciudadanos a la hora de pedirles el voto? Y hoy no lo tenían tan mal.
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