La profesión política


Antonio Felipe Rubio
Periodista

➤➤Acabo de conocer la sentencia de la Audiencia Nacional a diferentes condenados de la trama Gürtel: Bárcenas, 33 años; su mujer, 15; Correa, 51 años; Ana Mato, 30.000 euros… y el Partido Popular como persona jurídica a 245.000 euros por lucrarse indirectamente. Un colofón, por ahora, a un serial que disemina un número interminable de casos de corrupción que alcanza a casi todas las formaciones políticas que, por una u otra causa, inunda la actualidad ¿política?

Las penas del Caso Gürtel (Grafico: Levante)

Esto es tan antiguo como la historia de la humanidad. La corrupción es el desarrollo de una actividad que a los predispuestos -que son muchos- les ayuda el tiempo en el cargo y les induce la prepotencia. En el siglo XIX, Lord Acton sentenció: “El poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente”. Maquiavelo hace alusión a esta tendencia de los mandatarios y sus protegidos que encuentran un salvoconducto para imaginativas prácticas corruptas desde el poder ostentado o detentado. Sería deseable entender que el paso de los años, además de hacer los ordenadores más rápidos y curar enfermedades, pudiese hacer avanzar y mejorar la democracia, así como desterrar las prácticas que emponzoñan la “política moderna”.

Las políticas o partidos políticos emergentes emprendieron una singladura pletórica de reformismo y nuevas soluciones para la “gente”. Ahora vemos que sus propios problemas cotidianos y de conciencia los vierten en la gente, haciéndoles partícipes de sus propias miserias morales.
El chalé de Irene y Pablo es paradigma de la mayor desfachatez populista y la miseria moral de unos dirigentes que derrochan peronismo
El chalé de Irene y Pablo es paradigma de la mayor desfachatez populista y la miseria moral de unos dirigentes que derrochan peronismo y, según obtengan resultado y “lectura” de su particular plebiscito, saldrán reforzados de un trance que “moderniza” la política hasta el punto de salir airosos de una inconmensurable incoherencia por el procedimiento de eximir del pecado con un acto de contrición en carne ajena (los inscritos e inscritas). Y el colofón de esta experiencia, como no puede ser de otra manera en inspiración estalinista, será una profunda depuración de las voces y actitudes discrepantes. Sin embargo, estos discrepantes que ya tienen su preeminencia en lo público jamás darán lugar a la purga: aparecerán nuevas sensibilidades, adminículos, corrientes… o sea, como las tribus que nombraban reinos escindidos y dispersos, siempre en pugna y disputa por el poder, la posesión de territorios, permanencia en el poder… y capacidad de corrupción material o moral.

Los partidos llamados emergentes o modernos siempre terminan por recurrir a procedimientos tan poco novedosos como la alquimia maquiavélica que se practica desde los albores de la humanidad. Algunos lo hacen buscando soluciones en ámbito tan experimentado y exitoso como el gobierno de la empresa privada.

La empresa privada acrisola ciertos valores que no son desdeñables para un buen ejercicio de lo público. La empresa privada emprende desde el cálculo de su propio riesgo, intenta obtener beneficios que redunden en el sostenimiento y prosperidad de su actividad, compite en un marco de legalidad, administra con responsabilidad sus recursos, trata de ganar clientes con buen producto y excelentes servicios… en definitiva, lo mismo que tendría que hacer la política cuando contase con la mejor dirección “empresarial” y con “empleados” honrados y cualificados para el desarrollo de la actividad.
Ciudadanos acaba de anunciar a través de José Manuel Villegas que los candidatos a cargos públicos o directivos del partido que lidera Rivera serán elegidos por Recursos Humanos
Ciudadanos acaba de anunciar a través de José Manuel Villegas que los candidatos a cargos públicos o directivos del partido que lidera Rivera serán elegidos por Recursos Humanos. Al departamento de RRHH de C´s en Madrid llegarán los currículos y solicitudes de candidatos y otros aspirantes que serán “minuciosamente estudiados y compulsados” para decidir en cada caso la idoneidad o la inconveniencia del ingreso.

No está mal el procedimiento, sobre todo cuando han aparecido “sorpresas” desagradables que lastran una pretendida imagen de eficacia y desconexión de pretéritas prácticas, incluida la corrupción. Ahora sólo falta conocer de RRHH la profesionalidad, independencia y otros argumentos que redunden en una elección acorde a los criterios de valía, independencia, rectitud, veracidad… Algo parecido a lo que se viene haciendo en Estado Unidos; pero allí lo del departamento de Recursos Humanos tiene otras lecturas que aquí están lejos de llegar.

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