Un curso de verano sobre la Alcazaba

Alfonso Rubí Cassinelo

Arquitecto y presidente del FOCAL*

Uno de los 28 cursos que componen la oferta de la UAL para el próximo mes de julio es el que se titula “La Alcazaba de Almería en el siglo XXI: una aproximación integral”, que hemos organizado por un doble motivo: la importancia de nuestro primer monumento para la ciudad y el nuevo y creciente interés de nuestra Universidad por acercarse a Almería, intentando aportar criterios académicos a sus aspiraciones, necesidades y problemas.

Alcazaba (Foto: Blas Fuentes)

La primera razón se deriva del hecho de que nuestra Alcazaba sea la fortaleza musulmana más grande de Occidente, y cuente con una historia rica y atractiva que ni siquiera conocen muchos almerienses, aunque es obvio su papel en la estructura urbana, y en particular en la del Casco Histórico. La preocupación porque los almerienses conozcamos algo mejor nuestra historia, nuestras raíces y nuestro patrimonio ha estado siempre presente, pero se hizo más notoria con motivo de la conmemoración del Milenio del Reino de Almería.

En julio de 2014 se cumplieron mil años de la fundación del Reino de la Taifa de Almería por Jairán, el más aguerrido de los generales de Almanzor. Se inauguró con ello la etapa más brillante de nuestra historia, en la que Almería competía con Constantinopla y Alejandría en poder, prestigio y riqueza. La conmemoración del milenio de esa efeméride significó unadecepción para los que vimos en ella una oportunidad de profundizar en el conocimiento de nuestras raíces y de posicionarnos en el mundo mediante la difusión de nuestro patrimonio. No obstante nunca hemos perdido del todo la esperanza de conseguir ambas cosas ya que hasta 2091 vivimos en el Milenio del Reino, que duró setenta y siete años (hasta 1091). 

Este curso se inscribe por lo tanto en esa iniciativa milenaria y, como decíamos, en el interés de la UAL por participar en esta y en otras iniciativas de relieve semejante en relación con la ciudad en la que tiene su sede. El objeto del curso es hacer un acercamiento a la Alcazaba con intención de cubrir todas (o al menos la mayoría) de las facetas que constituyen sus potencialidades, sus necesidades y problemas. De ahí el subtitulo de “aproximación integral”.

En primer lugar la Alcazaba tiene serios problemas de rehabilitación: las lesiones y enormes manchas de humedad de sus lienzos están a la vista y son muy elocuentes, pero también hay que conocer los objetivos, el alcance y los planes de las excavaciones arqueológicas en su interior, que llevan casi una década paradas, y que habría que culminar si se pusiera en marcha una obra de reconstrucción semejante a la que dirigió el gran arquitecto Leopoldo Torres Balbás en la Alhambra. Él fue el artífice de la recuperación de los palacios nazaríes y algo semejante podríamos plantearnos hacer aquí con el palacio de Almutasim.

También hay dudas y dificultades en relación con la planificación y la gestión del monumento planteadas hace más de una década en el Plan Director que permanece encerrado en un cajón, con la polémica sobre un posible Patronato sin acabar de cerrarse. Y algunos otros problemas funcionales sin resolver como los de accesibilidad, iluminación y vegetación tanto en su interior como en la Hoya, principal elemento del entorno, que tanta importancia tiene para el monumento. También al estado de abandono de eseentorno y a las agresiones que se le han hecho en los últimos tiempos le dedicará el curso algunas reflexiones, para terminar analizando sus posibilidades como importantísimo recurso y reclamo turístico. Todo ello con la participación de profesionales de reconocido prestigio y de primer nivel en sus especialidades, cerrando el curso una mesa redonda de ciudadanos cualificados por su relación con la Alcazaba, que pondrán de manifiesto que la titularidad del monumento y su entorno es de los almerienses, y no de las administraciones que los gestionan. En la tercera tarde y fuera de programa, tendrá lugar una visita guiada y una velada musical en la Guajira.    

* Con Alfonso Rubí firma este artículo Luisa Arvide, catedrática de árabe en la Universidad de Almería .