En el aniversario de Los Coloraos


Andrés García Lorca
Catedrático de la UAL

➤ El catedrático de Geografía de la UAL y hasta hace unas semanas subdelegado del Gobierno en Almería Andrés García Lorca ha sido este año el pregonero en el homenaje a Los Coloraos. Por su interés, reproducimos su intervención.

Unas breves notas sobre el contexto histórico y socioeconómico del momento nos facilitan la compresión de lo ocurrido. La situación de Almería en los días de los hechos era la de un territorio caracterizado por el aislamiento con respecto al conjunto de la Península, una economía poco desarrollada y sometida a un modelo colonial, que determinaba una indigencia económica que alcanzaba tanto a los ciudadanos como a las propias instituciones públicas; valga como ejemplo el hospital de la Magdalena, que no siempre podía dar de comer a los enfermos acogidos y tenía que recurrir a la caridad particular o alguna corrida de toros para ello y no siempre con éxito. Esta indigencia y parvedad de recursos hacían que los responsables políticos, como los de la Junta de Beneficencia de 1823, presidida por el recién nombrado alcalde de la ciudad D. Rafael de Medina, Marques de Torre Alta, adoptasen acuerdos de lo mas pintoresco o surrealista, como ocurrió con los niños expósitos, que, al no poder costear amas de leche, adquirieron unas cabras para su lactancia, alcanzando como resultado la muerte de los acogidos a los pocos días. Trágica anécdota que nos da idea de la situación.

García Lorca, en su intervención

Las demandas sociales relativas a las infraestructuras se centraban en la construcción de un puerto, el encauzamiento del Andarax, y en la mejora y desarrollo de los caminos; mientras que las preocupaciones inmediatas de las personas se centraban, en superar los efectos de los riesgos naturales propios de nuestro espacio geográfico, sequías, inundaciones y terremotos, pues del ocurrido en 1804 todavía se guardaba recuerdo.


En lo político, la abolición del trienio liberal y la intervención de los 100.000 hijos de San Luis generó ciertos disturbios en la población al no entender, el pueblo llano, la entrada del ejército francés en España, al cual habían expulsado no sin serios esfuerzos y sacrificios unos años antes, en tanto que para los más ilustrados, suponía el abolir con ello la Constitución de Cádiz y la vuelta al absolutismo mas denostado. En este contexto surge la intentona revolucionaria de conquistar Almería para la causa liberal y constituir una punta de lanza, que haga posible un control territorial y de recursos que acabe con el modelo de poder impuesto en España.



Monumento a Los Coloraos

El conocimiento anticipado que tenían las autoridades realistas almerienses, de una posible expedición desde Gibraltar hacia la ciudad, ya era una realidad desde un año antes, por ello, conforme los rumores y la información interceptada se hacía más inminente, se adoptaron medidas represivas que permitieran abortar el intento como así ocurrió. A la expedición se apuntaron personajes variopintos, había ardientes patriotas, aventureros extranjeros y contrabandistas; tanto de Almería, como el famoso “Chato” como los usuales de Gibraltar que frecuentaban la costa almeriense. El resultado es bien conocido; unos lograron escapar como los contrabandistas y algún patriota, otros fueron hechos prisioneros y de ellos, tras el sumario a que fueron sometidos, unos serían ajusticiados, otros castigados a “carrera de baquetas” y un número indeterminado serían absueltos.


En 1837 se exhumaron los cadáveres y se le hicieron exequias solemnes en la Catedral con toques de campanas desde las vísperas
En 1837 se exhumaron los cadáveres y se le hicieron exequias solemnes en la Catedral con toques de campanas desde las vísperas. En 1841, se solemniza el aniversario con desfile de autoridades religiosas, civiles y militares ante el cenotafio y se celebraran misas “de profundis” en varios altares portátiles a cargo del cabildo municipal y un acto solemne en la Catedral. El ayuntamiento hizo voto perpetuo de celebración de oficios religiosos y civiles en memoria de los que ofrecieron su vida por la libertad.

Y esto es en síntesis lo que celebramos en el acto de hoy, pero sin misas “de profundis” ni acto solemne en la Catedral. Estos cambios lo fueron como los ocurridos con el cenotafio, y posterior monumento, del que desaparecieron unos símbolos y aparecieron otros al mor de los avatares políticos e ideológicos, muchos de los cuales no corresponden con el sentido real del hecho, ni del sentir de la mayoría de sus protagonistas.


Es por lo que hoy pretenda, más que un análisis de los hechos y circunstancias que los motivaron, sea buscar y comentar el sentido reivindicativo de las ideas y símbolos que determinaron este episodio histórico a la luz del conocimiento, análisis de los textos y de los símbolos. Ciertamente que ha habido interpretaciones de esta realidad, pero también es cierto que ha sucedido, como ya señalara Hayek con las mentiras nobles de Platón o los mitos de Sorel, “que se basan en las opiniones particulares acerca de los hechos y que se elaboran después como teorías científicas para justificar una opinión preconcebida”. Ciertamente que en unos casos obedecen a un marcado interés ideológico ajeno a la realidad de los hechos, pero en otros son claros ejemplos de “errores intelectuales” como diría Schumpeter.( Popper, es una receta para “la teoría colectivista, totalitaria, de la moralidad” por cuanto permite el engaño masivo de los ciudadanos individuales como el medio de asegurar el bien de “el estado” Sorel: El mito como instrumento de transformación social).

Lo realmente importante en la ideología liberal que mueve a estos ardientes patriotas era la necesidad de lograr un modelo político basado en la libertad individual, que tiene su origen en el derecho natural
Lo que ha constituido la realidad indiscutible y que nos ha llegado hasta hoy es el intento de conquistar un territorio, donde iniciar un nuevo orden institucional y político de ideología liberal, basado en la Constitución de 1812; para lo cual era necesario acabar con el rey felón y referente del absolutismo despótico, Fernando VII, e instaurar un modelo de estado conforme al fundamento constitucional, que no era otro que la monarquía pactada o constitucional, con separación de poderes; que dicho sea de paso, tenía como referente el modelo tradicional de la monarquía hispánica. Pero lo realmente importante en la ideología liberal que mueve a estos ardientes patriotas, era la necesidad de lograr un modelo político basado en la libertad individual, que tiene su origen en el derecho natural, y se expresa en el pacto social, que en las monarquías sería entre el monarca y los súbditos. No olvidemos que en la teoría del derecho natural, expuesta ya por Vitoria S XV/XVI, éste se considera moralmente superior al poder del estado. No es una reivindicación la de los “coloraos” sobre el modelo de estado, monarquía o república; sino que es de defensa y afirmación del modelo de estado constitucional de 1812, la monarquía “moderada”, basada en el pacto social.

Las ideas liberales que promovieron las grandes revoluciones del S, XVIII, como la independencia de los Estados Unidos o la Revolución Francesa, tienen su origen en España como así se ha reconocido por autores del pensamiento económico y político como Rothbart, Hayek, Grice Huchinson, Menger o Bruno Leoni. Esto autores señalan que fueron expuestas, por los jesuitas y dominicos escolástico de la universidad de Salamanca en el SXVI, entre los que destacó el Padre Mariana. Este autor editó una obra de amplio impacto en el pensamiento europeo, “De rege et regis institutione”en la que defiende la teoría del tiranicidio, según la cual, cualquier ciudadano particular puede asesinar justamente a un rey que se convierta en tirano, indicando que esto ocurre cuando el monarca grava con impuestos a sus ciudadanos sin el consentimiento de estos, cuando les expropia injustamente su propiedad, cuando impide que se reúna un parlamento o asamblea y si utiliza una policía secreta para reprimir las libertades. No es casualidad que uno de los padres de la independencia de los Estados Unidos Thomas Jefferson, cuando sus compañeros dudaban si levantarse o no contra el rey de Inglaterra, el los animaba recomendando que leyesen al Padre Mariana para entender la lucha del hombre por la libertad y contra la tiranía.


La brillante historiadora de la Revolución Francesa Florence Gauthier, catedrática de la Universidad de París VII, reconoce que la teoría política de Juan de Mariana generó un vínculo entre los pensadores de la R.F. desarrollando la idea del tiranicidio y el derecho a la resistencia y opresión; así como, junto a la Escuela de Salamanca, elaborando una versión moderna del derecho natural. Ahora bien, es tan fuerte este vínculo entre el Padre Mariana y la Revolución Francesa, que esta autora significa cómo el símbolo de la “Libertad”, expresado magistralmente en el cuadro de Delacroix “La Libertad guiando al pueblo”, recibió el nombre de Marianne y es el símbolo de la Revolución Francesa, precisamente en referencia al Padre Mariana.


Curiosamente, en una obra muy aludida en los estudios sobre este episodio, “Don Pablo Iglesias mártir de las libertades patrias” publicadas por Martínez de Velasco en 1852, señala “aquella atrevida lección de santo Tomás de Aquino y del P. Mariana: Si el príncipe abusa tiránicamente de la potestad real y rompe el pacto…puede el pueblo refrenar su autoridad, disolver el gobierno y crear otro de nuevo”. Y ese y no otro es el fundamento ideológico del intento de Almería.


Es claro que toda la teoría liberal hunde sus raíces en la tradición filosófica cristiana, como corresponde al modelo cultural europeo y ello constituye una constante que justifica la acción política. Pero en el caso de España, la finalidad política queda muy explícita como lo señala Irene Castell en su obra “La utopía insurreccional del liberalismo “publicado por Crítica en 1989; en ella, significa, que en todos los documentos analizados se advierten unos fines comunes que paso a enunciar: luchar por un régimen constitucional, manifiesto odio a los borbones buscando lograr el cambio dinástico, y un profundo sentimiento anti francés. Las razones son evidentes y están justificadas por el devenir de los hechos históricos, como es la acción revolucionaria que hoy conmemoramos.


La lucha por el sistema constitucional expuesto en la Constitución de 1812 es todo un símbolo del modelo ideológico de los “mártires de la libertad”, toda vez que la misma, es el nexo de unión con las leyes tradicionales de la monarquía española; expresa el modelo confesional de la Nación, fundamentado en la religión Católica y define la fórmula política del estado, monarquía moderada, basada en el pacto social y con separación de poderes. No olvidemos que un rasgo básico que define la identidad de un grupo es la religión pues es un elemento cohesionador.


El rechazo a los borbones es consecuencia del modelo de monarquía francesa basada en el absolutismo, contrario al modelo de monarquía tradicional hispánica, menos absolutista y más pactista; a lo que hay que añadir la indecente conducta del monarca Fernando VII. Pero lo que resulta meridianamente claro en todos los textos, es una clara afirmación monárquica de los liberales españoles. El sentimiento anti francés, era la consecuencia directa de los enfrentamientos patrióticos con motivo de la guerra de la independencia y reactivados por la intervención francesa que acaba con el trienio liberal, en la que los protagonistas de este período histórico tuvieron una sacrificada y heroica vivencia.


Este esquema ideológico político, no solo queda probado como el motor que mueve a la acción, pero es que la acción misma, utiliza una fórmula original en España como es promover la subversión a través del “pronunciamiento”, que no es imponer una autoridad militar, sino que buscaba despertar a la sociedad y reconquistar el aparato estatal para que, como en este caso, reimplantar la Constitución de 1812.


De otra parte están los símbolos, que son formas de expresión de un concepto o conjunto de ideas por medio de una realidad, que se puede identificar, por una bandera, un himno o una liturgia conmemorativa. En el caso de los “coloraos”, es cierto que el color rojo de las casacas, propias del ejercito inglés, quedaba atenuado por el cuello verde símbolo de los liberales. La bandera tricolor morada amarilla y verde, que no es la de la 2ª República y que algunos han pretendido identificar con ideas republicanas, era la enarbolada en este hecho. Significando siempre el color morado, una alteración del carmesí, de la bandera comunera y que simboliza la identificación de este movimiento patriótico liberal con el movimiento comunero, color de referencia y sobre el que bordará Mariana Pineda el triángulo verde.


Explicar y entender la relación de los liberales y los comuneros es fácil. No olvidemos que esta sublevación castellana de 1520/22 es en primer lugar un movimiento anti fiscal, contra la presión tributaria de Carlos I y sus consejeros, que no es aceptada por los representantes de las ciudades
Explicar y entender la relación de los liberales y los comuneros es fácil, no olvidemos que esta sublevación castellana de 1520/22, es en primer lugar un movimiento anti fiscal, contra la presión tributaria de Carlos I y sus consejeros, que no es aceptada por los representantes de las ciudades. Pero en su desarrollo, este movimiento, busca establecer las libertades y derechos ciudadanos, el pacto con el monarca, así como promover una Hacienda Pública que posibilite la inversión de los recursos del reino en el progreso del mismo; tal y como se reconoce en la “Ley Perpetua de Castilla” de 1521 conocida como “La constitución de Ávila” y promovida por la Junta de Procuradores de las Comunidades de Castilla; documento, que puede considerarse como un precedente del constitucionalismo español, aunque nunca fue sancionado. Es pues el movimiento comunero un referente cierto del liberalismo español y como tal asume la defensa del derecho natural defendida por los escolásticos salmantinos.

Otro de los grandes símbolos del liberalismo español y que fue ensalzado y cantado por los mártires de la libertad fue el “Himno de Riego”, cuya letra elaborada por Evaristo Sanmiguel, vuelve a evocar la tradición española, el derecho a la libertad y la teoría del tiranicidio, como se observan en algunas estrofas. No es pues un himno ni republicano ni antimonárquico, es el himno de exaltación al caudillaje de Riego de los liberales españoles, y que posteriormente sería apropiado por otros esquemas ideológicos, en muchos casos opuestos al pensamiento e ideario liberal.


No ocurre lo mismo con otro himno como es la Marsellesa, que fue interpretado por primera vez en la conmemoración del aniversario de 1889, que era la efeméride de la Revolución francesa y año de la Exposición Universal de París. Es un himno rechazado por los liberales de 1824, toda vez que ellos sufrieron y lucharon contra los franceses en la Guerra de la Independencia. Pero como ocurrió con otras cosas se introduce en la ceremonia conmemorativa, por movimientos ideológicos, en algunos casos, contrarios al espíritu de los mártires de 1824. No olvidemos que en esos momentos Francia estaba de moda, la Tercera República era envidiada por muchos y con ella se desarrolló el espíritu de laicidad anticlerical, es por ello que se alteraran los símbolos y las formas de celebración de la conmemoración, llegándose a presentar a los mártires de la libertad como los referentes del nuevo orden político e institucional que algunos sectores intentaban imponer. No podemos olvidar la confusión mental o el pretexto de la izquierda revolucionaria, al identificar laicismo con anticlericalismo y anticatolicismo.


Es muy significativa toda la simbología que envuelve esta historia y que también se manifesta en la evolución del monumento que se construye en su conmemoración y al que se le despoja de aquellos símbolos que configuran la esencia de lo permanente de los que fueron alevosamente ajusticiados. Tal es el caso de los símbolos cristianos con los que se identificaron los revolucionarios liberales en muchas ocasiones y de una forma especial ante la muerte. No es que fuera una paradoja, era asumir una identificación con las creencias que daban sentido a sus vidas y a su proyecto revolucionario. Es por ello que no resulte extraño, que en la instrucción de la causa, declarasen su pertenencia confesional a la Iglesia Católica, Apostólica y Romana; o como Pablo Iglesias, líder de la expedición, que en la última carta que envía a su mujer, manifiesta su sentido religioso con una gran pureza y dignidad. De hecho, según hace constar, Fray Vicente García, responsable de la parroquia del Sagrario y que tenia a su cargo el cementerio de la ermita de San Juan, al levantar las actas del hecho hace constar que todos los fusilados recibieron los Santos Sacramentos antes de morir. Es por ello que la Iglesia católica como institución defendiese siempre su memoria y estableciera sufragios por sus almas.


Esta dimensión trascendente de los mártires de la libertad fue claramente entendida en el inicio de la institucionalización del hecho histórico por parte del Ayuntamiento de Almería y las autoridades eclesiásticas almerienses, de ahí el carácter cívico-religioso de su conmemoración y de la construcción del monumento.


Recuperar la conmemoración de la muerte de unos patriotas por la defensa de la Constitución de 1812, es un acto de justicia histórica y un momento para la afirmación del espíritu liberal que motivó este hecho, el cual se desarrolla en un contexto histórico concreto y en unas circunstancias por todos conocidas. Extrapolar su sentido original, para justificar, protagonizar o liderar modelos o ideas políticas ajenas a la verdad de los hechos o al modelo ideológico que motivo el desarrollo de estos sucesos, es cuanto menos impostura, por no decir una falsedad histórica.


Quisiera señalar, que la filosofía política liberal, tiene como base a la persona como individuo, no a la colectividad. Por ello, como señala Ortega, el Poder público, ejérzalo un autócrata o el pueblo, no puede ser absoluto, sino que las personas tienen derechos previos a toda injerencia del Estado. Y esta fue la razón última que justificó la revolución y muerte de unos patriotas, que buscaron en el intento de Almería extender por España, la revolución liberal que posibilitara la implantación y desarrollo de este modelo político que se expresaba en la Constitución de 1812.


Termino con el lema que acuñó Pablo Iglesias de “Libertad o Muerte” y que hoy sigue vigente para señalarnos, que no tiene sentido una vida si ésta no se desarrolla dentro del marco de respeto a las libertades de la persona por parte del Estado, ya que éstas son moralmente superiores al mismo Estado, tal y como muchos ciudadanos hoy lo refrendan, como ocurre en Nicaragua o Venezuela por citar dos referentes próximos. Vulnerar este espíritu en aras a la colectividad, es traicionar la razón de la victoria que alcanzaron con su muerte los mártires de la libertad.

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