Javier Pajarón
Periodista
➤Sobre la oscuridad del mar profundo, a cien kilómetros de la playa más cercana, la lancha neumática repleta de africanos se pinchó. Los balones laterales comenzaron a deshincharse poco a poco. La mitad de los viajeros se zambulló en las aguas de Alborán, mientras el resto peleaba por mantenerse a flote sobre un trozo precario de goma. El primero en llegar a la zona fue un ferry. La tripulación del buque Almariya alzó a cubierta a dos supervivientes. Mientras, la embarcación de Salvamento Marítimo recuperaba a medio centenar de subsaharianos y cinco cuerpos de ahogados. Los últimos muertos de la ruta de Alborán. Los operarios depositaron los cuerpos la noche del miércoles al jueves en el Puerto de Motril y, al mismo tiempo, 86 inmigrantes tomaban tierra en la zona internacional del Puerto de Almería. En el silencio solo se escuchaban los gritos del amarre y los motores del ferry que, a pocos metros, cargaba una veintena de coches rumbo a Marruecos en las estribaciones de la Operación Paso del Estrecho.
500 personas han fallecido en la travesía en lo que va de año |
La ruta de la inmigración clandestina ha crecido este año un 120 por ciento respecto a 2017, según datos oficiales del Ministerio de Interior. Y con el aumento del tránsito... también el número de fallecimientos. Según datos de organizaciones sociales, las muertes y desapariciones en pateras desde el mes de enero superan los 500 casos en el Mar de Alborán y el Estrecho de Gibraltar. Las cifras no tienen precedentes en la historia reciente en España. Las estadísticas son ciertamente resbaladizas. Las autoridades tienen dificultades para comprobar cuántas embarcaciones se hundieron en las aguas mediterráneas sin dar noticias o cuántas personas navegaban efectivamente en los botes cuando llegaron los equipos de rescate.
La estadística supera ampliamente los registros publicados, por ejemplo, en las memorias anuales de la Sociedad de Salvamento y Seguridad MarítimaEn cualquier caso, Almería Acoge contabiliza este año el hallazgo de casi 200 cadáveres de ciudadanos africanos en la costa de la Frontera Sur, desde Cádiz hasta la Región Murcia. La estadística supera ampliamente los registros publicados, por ejemplo, en las memorias anuales de la Sociedad de Salvamento y Seguridad Marítima. El organismo adscrito al Ministerio de Fomento anotó 36 muertos/desaparecidos en 2016 y 153 en 2017. El ejercicio actual pulveriza los registros y triplica las cifras de la tragedia humanitaria.
La situación no ha pasado desapercibida en los órganos de la Unión Europea que, poco a poco, han virado su mirada desde la ruta entre Libia-Italia hacia el eje Marruecos-España. La Agencia Europea de Guarda de Fronteras y Costas (Frontex), con un presupuesto anual de 250 millones de euros, recalca en su informe de situación en el mes de julio que España recibe más de la mitad de la entradas irregulares de inmigrantes en la actualidad y que supera a otros puntos especialmente sensibles como el Mediterráneo Central (Lampedusa y Malta) y el Oriental (crisis migratoria desde Oriente Medio a Grecia).
“Los nacionales de Marruecos, Guinea y Mali representaron el mayor número de llegadas en España este año. Los migrantes de los países subsaharianos representaban más de las tres cuartas partes de todas las detecciones en esta ruta”. El Frontex habla de los rescatados, de los supervivientes. Muchos otros se quedaron en el camino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario