Juan Francisco Colomina
Presidente Asociacion por la Recuperación de la Memoria Democrática de Almería
➤ Transcurridos 43 años de la muerte del dictador Francisco Franco aún permanecen en la vida pública de nuestra ciudad recuerdos de aquella etapa de nuestra historia. Ésta, que debe servir para explicar y entender los procesos pretéritos, nos muestra la senda por la que no debemos transitar jamás: la intolerancia, el totalitarismo y la falta de valores cívicos y democráticos.
El franquismo, presente en Almería (Fuente: La Voz de Almería) |
Es esta, la democracia, uno de los sistemas políticos más antiguos y al mismo tiempo más modernos. Tal y como la entendemos hoy en día, la democracia moderna resurgió tras el infierno de la II Guerra Mundial. En España tardamos 40 años de más. O ochenta. Uno de los elementos de la democracia es el respeto por los valores de los Derechos Humanos, la concordia y la convivencia pacífica. Y el recuerdo de que un pasado tan terrible como la guerra y un sistema político como la dictadura debe permanecer en el recuerdo y no en una realidad presente. Si eso lo trasladamos a las instituciones y a la calle, ese recuerdo es realidad. En Almería permanecen intactas.
Las generaciones más jóvenes, las que nacimos en plena democracia, no entendemos como unas instituciones democráticas aun permiten el lenguaje bélico y antidemocrático en sus propias instalaciones
Aún hay calles, placas y símbolos que recuerdan a lo peor de nuestra historia: represores que mandaron fusilar, batallas “épicas” que conmemoran la muerte de miles y miles de compatriotas en una guerra absurda, dirigentes que aprovecharon su posición de poder para abusar de los derrotados de la guerra, símbolos predemocráticos, etc. Las generaciones más jóvenes, las que nacimos en plena democracia, no entendemos como unas instituciones democráticas aun permiten el lenguaje bélico y antidemocrático en sus propias instalaciones y en la vida diaria de todos y cada uno de los vecinos de Almería.
¿Por qué es importante eliminar, que no borrar, este tipo de simbología y nomenclatura? En primer lugar, porque la Ley de Memoria lo exige. Si no comenzamos por cumplir las leyes ni por hacerlas cumplir cualquier debate estará abocado al fracaso. En segundo lugar, por cerrar las heridas de una vez por todas: la mejor manera de pasar página es no reconociendo a verdugos por encima de sus víctimas. Es impensable que un general militar, que firmó partes de sentencias de muerte, tenga calle, placa u homenajes frente a la víctima, olvidad en una fosa o en un cementerio.
Somos una democracia consolidada con muchos desperfectos, y uno de ellos es el deshonra que tenemos con las víctimas de la guerra y la represión
Y en tercer lugar, por es la única forma de sellar y cerrar aquel pacto que se abrió en la Transición y que aún hoy, 43 años después, tiene unas costuras sociales sin terminar de ser cosidas. Somos una democracia consolidada con muchos desperfectos, y uno de ellos es el deshonra que tenemos con las víctimas de la guerra y la represión y con una cultura democrática aún por mejorar.
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