Emilio Ruiz
➤Esta semana hemos despedido a uno de los políticos más
interesantes de Almería del último medio siglo, Antonio Maresca-García
Esteller. Sus inicios en la vida pública se remontan al año 1976 cuando su
hermano Paco lo introdujo en el Partido Socialista Popular (PSP), el partido fundado
por el profesor Tierno Galván. “Yo era tesorero”, recuerda el hermano menor,
“aunque allí no había una peseta que administrar”. Joaquín Fernández Palacios,
que era el secretario general, lo hizo Secretario de Organización. En las
elecciones de 1977 Antonio fue candidato al Congreso por Unidad Socialista, una
candidatura en la que también aparecían Eloy López Miralles (posteriormente,
senador del PSOE) y Laudelino Gil (que fuera teniente de alcalde de Almería por
el PSA). En aquellas elecciones preconstitucionales Bartolomé Zamora encabezaba
la candidatura del PSOE y Pedro Molina, la del PCE.
Antonio Maresca |
En 1978 se produjo la integración del PSP en el PSOE. Maresca fue nombrado
secretario de Organización de la ejecutiva socialista local. Desde entonces
hasta el día de su fallecimiento casi toda la vida política de Antonio Maresca
ha estado vinculada al PSOE, donde ha tenido múltiples cargos orgánicos en las
ejecutivas local y provincial, así como cargos institucionales: concejal,
diputado provincial, presidente de la Diputación y senador.
En 1991 Maresca era secretario general de la Agrupación Local Gabriel Pradal, pero la nueva dirección provincial del PSOE, encabezada por José Antonio Amate, decidió marginarle
Esta extensa vida de militancia socialista tuvo un paréntesis:
entre 1991 y 1993 fue concejal del Ayuntamiento de Almería y diputado
provincial por Izquierda Unida. En 1991 Maresca era secretario general de la
Agrupación Local Gabriel Pradal, pero la nueva dirección provincial del PSOE,
encabezada por José Antonio Amate, decidió marginarle, según él entendió y me
confesó hace un par de años. “Yo consideraba –me dijo- que mi larga experiencia
política me permitía ser útil en la política almeriense, pero en el PSOE se
había declarado una guerra fratricida que estaba dejando cadáveres por todas
partes”.
Fue entonces cuando Pedro Baldó, dirigente de IU, le ofreció ir en
la lista del Ayuntamiento de Almería como número dos y candidato a la
presidencia de la Diputación. En marzo de 1991 Maresca presentó su renuncia
como militante socialista. El puesto que iba a ocupar en IU estaba asignado en
teoría a otra exsocialista, Virtudes Castro, que ya era concejal de la coalición
como miembro del PASOC. La abderitana denunció el ‘apaño’ ante el consejo
regional de IU-CA, pero no le hicieron caso. El 23 de marzo la coalición aprobó
su candidatura al Ayuntamiento de Almería con José Antonio Ojeda, Maresca y
Natalia Huertas en los tres primeros puestos, que serían elegidos concejales.
Las elecciones no otorgaron mayoría absoluta a ningún partido. El
PSOE, encabezado por Fernando Martínez, obtuvo 12 concejales por 10 el PP y dos
el PA, además de los tres de IU. El día 3 de junio una reunión en la cafetería
del hotel Costasol podría haber determinado de forma diferente el futuro de la
alcaldía de Almería. Fue a las 8 y media de la tarde, y Fernando Cabezón,
‘alcaldable’ del PP, el promotor. Allí
estaban reunidos, por el PP, Cabezón y Antonio Sáez Lozano; Antonio Maresca,
Pedro Baldó y José González Marín, por IU, y Cristina Álvarez, por el Partido
Andalucista. La reunión se hizo a espalda de Ojeda, candidato de IU a la
alcaldía.
Fernando Cabezón: “He hablado con Fernando Martínez y le he preguntado por el modelo de Ayuntamiento que pretende organizar. He llegado a la conclusión de que es necesario buscarle una alternativa”. El acuerdo fue total: Antonio Maresca sería elegido alcalde
La reunión la abrió Fernando Cabezón: “He hablado con Fernando
Martínez y le he preguntado por el modelo de Ayuntamiento que pretende
organizar. He llegado a la conclusión de que es necesario buscarle una
alternativa”. El acuerdo fue total: Antonio Maresca sería elegido alcalde con
los 15 votos de PP, IU y PA frente a los 12 que conseguiría Martínez. “Te doy
mi palabra de que no sabía para qué nos había convocado Cabezón”, me confesaría
muchos años después Maresca. Pero no le disgustó la idea, que consideraba,
además, viable. Pedro Baldó puso una condición: “Este acuerdo tiene que ser
ratificado por la asamblea local de IU, pero podemos dar el asunto por
resuelto, pues no creo que IU renuncie a la alcaldía de Almería, que le ponen
en bandeja”. Quedaron en perfilar detalles el día 6 en una nueva reunión en la
cafetería del Colón.
El día 5 se reunió la asamblea de la coalición. No hubo
necesidad de realizar la reunión del Colón porque la asamblea de IU rechazó la
propuesta. El día 15 de junio de 1991 Fernando Martínez fue elegido alcalde de
Almería por ser la lista más votada. Los demás grupos votaron a sus respectivos
candidatos. Y así se escribe la historia.
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