Nos desprecian


Miguel Ángel Vázquez
Periodista / Consejero de Cultura

➤No aprenden. No se enteran. O simplemente nos miran con desprecio y por encima del hombro. La derecha siempre que puede manifiesta su profundo desdén y su falta de cariño hacia Andalucía. No se tienen que esforzar mucho, lo llevan dentro, les sale sin demasiado esfuerzo porque lo llevan en su código genético. De forma recurrente, nos encontramos con el tópico, el insulto o el menosprecio hacia todo lo que suena a esta tierra. Hoy ha sido la ex ministra Isabel García Tejerina pero han sido tantos...

Tejerina no ha digerido el desayuno de hoy en TVE

La derecha acumula tanto rencor hacia con Andalucía que arremeten con lo más importante que tiene una sociedad, que son sus niños y niñas. Una expresión que no es sólo desafortunada sino que refleja la falta de respeto y la insensibilidad con que la derecha política (y no sólo política) nos agrede de forma sistemática y con saña. Hiere quien puede y estas palabras sólo son una demostración de una visión interiorizada por la marca de la gaviota, de su desesperación tras tantos años de oposición y los que les quedan.
Estamos en elecciones en Andalucía y no será la última barrabasada. Siempre vuelven a las andadas. Si nos nos quieren, que por los menos no nos ofendan
Hace apenas unos días su jefe de filas, Pablo Casado, consideró a los andaluces de peor condición por ejercer libremente su derecho al voto como les da la gana. O dicho de otro modo, por no votar al PP. Otra muesca más en la historia de despropósitos e improperios injustificados a los que nos tienen acostumbrados los peperos... Estamos en elecciones en Andalucía y no será la última barrabasada. Siempre vuelven a las andadas. Si nos nos quieren, que por los menos no nos ofendan.

PD.- Teodoro García Egea, número dos y mano derecha de Casado, no ha podido ser más burdo y más ruin. En lugar de desautorizar a su compañera, ha preferido el trazo grueso y el desvarío. Personajes así sobran en la política. Este tipo de astracanadas sólo genera crispación y odio. Está claro que el numerito de ayer de Dolors Monserrat no era una ocurrencia sino una directriz malsana. El PP ha apostado por la performance política y el esperpento. Allá ellos.

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