Emilio Ruiz
➤ El senador por Almería y exalcalde de
Gádor Eugenio Gonzálvez (PP) hacía el lunes en este mismo periódico unas
“Reflexiones ante el conflicto de Cemex en la fábrica de Gador”. Entre las
muchas preguntas que le tenían desconcertado, dos eran éstas: “¿Cómo se puede
invertir en la compra de una fábrica hace tres años, en plena crisis económica,
cuando menos producción había, y ahora que estamos remontando y saliendo a
flote cierran por la poca rentabilidad de la fábrica? Entonces, ¿para qué la
compraron?”. Lo que Gonzálvez clasifica como “decisión irracional” no lo es
tanto en el mundo empresarial de las multinacionales. Veamos.
Concentración contra el cierre de Cemex en Gádor |
Si hacemos un visionado histórico de la
evolución de la cementera de Gádor, tendríamos que remontarnos a mediados de los años setenta del
siglo pasado, cuando se inician los trabajos de la obra civil. Aún son muchos
los almerienses que recuerdan haber trabajado tanto en esta labor como en el
montaje de la maquinaria. La promotora es Cementos Alba, una empresa del Grupo
March, que operaba en el sector desde los años 50. Se proyectó como una de las
instalaciones más modernas del país, con dos trituradoras, un molino de crudo
doble rotador, un intercambiador de calor de 62 metros de altura, un horno
rotativo de 70 metros de longitud y 4,40 m. de diámetro, un enfriador, tres
silos de cemento y dos ensacadoras. Lo más moderno para la época.
La producción sería de 850.000 toneladas de cemento al año. La
puesta en marcha de la factoría coincide con los años inmediatamente
posteriores a la muerte de Franco. No eran momentos expansivos del sector de la
construcción, sino más bien de incertidumbre. Pero Cementos Alba se lanza con
el proyecto principalmente por dos motivos: uno, por el déficit en Andalucía de
instalaciones de este tipo, y otro, porque tras los difíciles años de la
transición España tendría que vivir necesariamente un proceso de fuerte
inversión en infraestructuras, al igual que en el sector privado de la
construcción. Así fue.
Bajo la insignia de Holcim/Hisalba la cementera de Gádor vive sus mejores años de producción, en muchas ocasiones con turnos intensivos
El grupo suizo Holcim
(entonces Holderbank) desembarca en España en 1980 con la compra de la recién
terminada fábrica de Carboneras, promovida por Hornos Ibéricos, empresa en la
que participaba. En 1986 Holcim se hace con todas las cementeras de Cementos
Alba, incluida la de Gádor, formando la sociedad Hisalba (Hornos Ibéricos
Alba). Bajo la insignia de Holcim/Hisalba la cementera de Gádor vive sus
mejores años de producción, en muchas ocasiones con turnos intensivos.
En agosto de 2013 Holcim y la mexicana Cemex
planean una fusión de sus negocios en España y otros países europeos. Finalmente
esa fusión no se produce y lo que hacen es un intercambio de activos en forma
de compraventa. Cemex compra a Holcim su
fábrica de Gádor y la planta de molienda de Yeles (Toledo). Como contrapartida, la mexicana traspasa a la suiza
sus operaciones en Alemania occidental. Holcim se queda con las plantas
de Carboneras y Jerez. Cuando algunas personas como Gonzálvez no se explican por
qué Cemex compra Gádor en 2014, aquí tienen la explicación. Fue un intercambio
de cromos a nivel europeo que le sirvió a Holcim para fusionarse con Lafarge
(LafargeHolcim).
Un cierre de este tipo nunca se realiza sin antes sondear el mercado para una posible venta
Cemex dispone en España de siete fábricas de cemento. Según la
matriz mexicana, el mercado español no termina de despegar y por esa razón ha
decidido hacer un plan de ajuste de sus instalaciones. En un principio se van a
cerrar las fábricas de Gádor y Lloseta (Mallorca), pero puede cerrar alguna
otra. Cuando hace unos días la alcaldesa de Gádor, Lourdes Ramos, acudía a
Madrid para entrevistarse con los responsables de Cemex en España, a su vuelta
manifestó que había adquirido de éstos el compromiso de vender la fábrica a
alguien que estuviera interesado en su compra para así darle continuidad. Es un
compromiso futil, pues me consta que la factoría de Gádor está en venta desde
hace muchos meses. Un cierre de este tipo nunca se realiza sin antes sondear el
mercado para una posible venta. Pero el negocio del cemento en España, y en el
mundo en general, está muy atomizado y no es fácil hallar un comprador.
La dinámica empresarial global se rige por unos criterios que en la mayoría de las ocasiones están vetados a un intento de comprensión y modificación local
Del
desarrollo de los acontecimientos se puede deducir que es inapropiado buscar en
nuestras inmediaciones un culpable de la situación, excepto que vayamos a
México en busca de los herederos de Lorenzo
Zambrano, dueños de Cemex. La dinámica empresarial global se rige por unos
criterios que en la mayoría de las ocasiones están vetados a un intento de comprensión
y modificación local. Por eso es por lo que considero fuera de lugar que los
dirigentes provinciales del PSOE culpen de la situación de Gádor a la reforma
laboral de Rajoy. “La realidad es tozuda. Aquí tenéis las consecuencias de la
Reforma Laboral del PP: cierre de Cemex”, ha escrito exageradamente Alfredo
Valdivia. Tampoco considero adecuado que los dirigentes del PP anden por ahí
buscando fantasmas tras el cierre. “Detrás del anuncio de este cierre hay
intereses que nos han ocultado y que vamos a investigar, y los vamos a
descubrir, porque esto no tiene ninguna lógica”, ha escrito Eugenio Gonzálvez
señalando a no se sabe quién. Otra exageración.
No hay comentarios:
Publicar un comentario