Emilio Ruiz
➤ Elena Tablada tiene que ingeniárselas para estar presente en los
medios de comunicación. Cuando parecía que el chicle de David Bisbal ya no
podía estirarse más, ha resultado que era un espejismo, porque ahora ha acudido
a la revista ‘¡Hola!’ para hacer partícipes a los lectores de un enorme
problema personal que le corroe: no hay manera de que pueda centrarse en lo que
debe ocuparle estos días, su próxima boda con Javier Ungría. ¿El culpable de
esta desatención emocional? Obviamente, David Bisbal. “Necesito cerrar estos
capítulos y estos fantasmas que me persiguen. [Mi novio y mi hija] se merecen
que cierre esta puerta y dejar atrás estas sombras, que me han hecho ver todo
negro desde hace 11 años", ha confesado a la revista.
Portada de '¡Hola!' |
Para cerrar esta puerta y dejar atrás estas sombras, Tablada ha
dado a la revista pelos y señales de todo el transcurrir de su noviazgo con
David. "[Desde un principio] me pusieron de vaga, de no trabajar, de
aprovechada... Estaba viviendo mi historia de amor en mi burbuja y, al mismo
tiempo, me atacaban por todos lados... sin saber por qué", explica. La entrevista con la diseñadora es un cúmulo de afirmaciones inconcretas,
prejuicios y suposiciones. "Cuando descubrí que estaba embarazada, no
sabía cómo decírselo a David. Su reacción, y la de su entorno, no me gustó.
Llevábamos seis años, y aún así mi embarazo fue súper solitario".
"Estos 14 años he estado callada y he sido yo la que ha permitido que se diga todo lo que se dice de mí"
No le disgusta a Tablada jugar al papel de víctima en esta
historia: "Estos 14 años he estado callada y he sido yo la que ha
permitido que se diga todo lo que se dice de mí, que se haya creado un
personaje que no tiene nada que ver conmigo, que me insulten en mis redes
sociales. Yo he permitido todo... hasta que el padre de mi hija dijo una
barbaridad tan grande como que comercializo con ella, que es lo más lamentable
que puede decir alguien, sabiendo que es mentira”. Para Tablada, Bisbal no es Bisbal, es otra persona: “He conocido
todas sus versiones, pero al David de ahora no lo reconozco. Es un completo
desconocido”, ha declarado a la revista.
Tal vez alguien tendría que decirle a Elena Tablada que estaría bien que echara el freno de mano
Tal vez alguien tendría que decirle a Elena Tablada que estaría
bien que echara el freno de mano. Que, a sus 37 años, es una joven agraciada.
Que su inteligencia es capaz de superar los prejuicios emocionales del pasado.
Que tiene una niña que es una fortuna. Que tiene un novio que es un caballero
que parece que la quiere mucho. Y que el inmenso futuro que se les presenta
tanto a David como a ella no merece ni un minuto de reproche al pasado, sean
cuales fueran los aciertos y los errores. Tener con alguien un hijo en común no
habilita a nadie para hurgar en heridas añejas, y menos aún cuando se tiene al
lado a una persona que está en proceso de escribir contigo una página de futuro.
Lo dicho, Elena: para. Para ya.
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