Antonio
Torres
Director
de Canal Sur en Almería
➤ La
película El fotógrafo de Mauthausen, dirigida por Mar Targarona, sigue teniendo
tanta vigencia como la historia Mauthausen 90.009, el libro que
recoge la voz del superviviente almeriense Antonio Muñoz Zamora. Recluidos,
humillados, torturados, asesinados. Más de 9.300 españoles pasaron por los
campos de concentración nazis.
Ana Torregrosa, segunda por la izquierda, con un grupo de amigas |
Hay
personajes peligrosos en el mundo que llegan al poder con los votos de los
ciudadanos. La película de Mar Targarona ofrece en sus créditos a un hijo
de Pechina, Jacinto Cortés García. Escondió en un cuenco de leche los negativos
de Francisco Boix y se los entregó a una amiga alemana, según la información
del periodista Manuel León. El filme se proyecta desde varias
semanas. Trae a colación la vida del fotógrafo valiente
Francisco Boix Campo (Barcelona, 1920-París, 1951) que guardó las
fotografías del horror del campo de concentración de Mauthausen. Su
trabajo sirvió para inculpar a dirigentes nazis. Quedará en la historia como el
único testigo español que participó en el juicio de Nuremberg.
Las fotografías
que logró esconder fueron una prueba irrefutable de los horrores nazis. La
película sirve para traer a la memoria la bondad del histórico dirigente
comunista almeriense Antonio Muñoz Zamora. Su biografía está recogida en
un libro que conviene releer para los tiempos convulsos, Mauthausen
90.009, de los periodistas Enmanuel Camacho
(Huelva, 1976) y de la voraz lectora Ana Torregrosa Carmona (Albox,
1972), actualmente coordinadora de Informativos en Canal Sur Radio y Televisión
en Algeciras.
Muñoz Zamora, que tenía el número 90.009, sobrevivió a las
atrocidades del campo de matar en el exterminio austríaco. Historias como
estas, como todas las que a través de los libros o el cine recogen voces que no
escuchamos, quizás nos habrían evitado, de haberlas tenido antes en cuenta,
asistir ahora con vergüenza y horror al ascenso al poder de personajes que
repudian a los refugiados en el corazón de Europa, abogan desde Estados Unidos
por levantar muros contra seres humanos o se permiten asegurar desde Brasil que
en la dictadura murieron pocos.
“La ignorancia de la Historia, amén de un
profundo desprecio para con quienes han protagonizado dignos y heroicos
episodios de intrahistoria, es un grave peligro para quienes consideran que las
libertades y la democracia son innamovibles. Por eso hoy día, a pesar del
tiempo transcurrido desde las atrocidades del nazismo, es absolutamente
pertinente y actual la película. Un sino de este tiempo son los personajes
peligrosos pero, no lo olvidemos, aupados hasta el poder con los votos de
millones de ciudadanos”, destaca Torregrosa, hija y hermana de periodistas.
Muñoz regresó a España en 1963 y desde entonces peleó por la libertad y la
democracia combatiendo al franquismo.
Lo
último que me regaló Antonio Muñoz, con una dedicación entrañable, desde su
lecho de muerte, fue El horror de los campos de concentración.
Deportación, libro con ilustraciones de Picasso, recomendado por la
Academia de Ciencias Morales y Políticas de Francia. Jamás le escuché hablar
mal de nadie, ni de los que le hicieron la vida imposible. Cada Navidad me
regalaba un almanaque, una postal y los boletines de su organización Amical
Mauthausen. En alguna ocasión, cuando ya la enfermedad le acechaba, me
entregaba los boletines para que los llevara a las redacciones de los distintos
medios.
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