Juan
Torrijos
Periodista
➤ Si cuando
el portavoz del PSOE en la Diputación, señor Lorenzo, decía que “Amat se marcha
tras agotar la paciencia de la provincia” hubiera añadido que especialmente la
de los socialistas, lo mismo se podría estar de acuerdo con su crítica. Parece
que el actual portavoz del PSOE no se acuerda del paso por esa presidencia de
algunos de sus compañeros de partido. Mejor no acordarnos de ellos.
Gabriel Amat (Foto Loa) |
La marcha
de Gabriel se ha contado en más de una ocasión y lo hizo el pasado sábado para
dejar la puerta abierta a Javier Aureliano y que no tenga problemas su futura
candidatura. Ya lo avisamos en su momento, Gabriel se irá antes de que acabe el
periodo de su mandato, y lo ha cumplido. Intentar en cuatro líneas hacer un
resumen de ocho años de trabajo no es fácil, nos tenemos que quedar en el trazo
grueso y en el titular llamativo.
Si tengo que mencionar lo que a mi modo de ver ha sido el gran fracaso de Gabriel Amat en estos años, indudablemente se llama Galasa
Si tengo que mencionar lo que a mi modo de
ver ha sido el gran fracaso de Gabriel Amat en estos años, indudablemente se
llama Galasa, una empresa que era denominada como la corona de la Diputación y
que ha visto como su influencia ha ido perdiendo fuerza entre los pueblos y los
usuarios. ¿Tiene parte de culpa la oposición? Evidentemente también la tiene.
No deja de ser extraño que a la hora de subirse los sueldos, las dietas y hasta
el número de liberados todos los partidos se ponen de acuerdo, pero ante el
gran problema del agua y Galasa se han dedicado unos y otros a darse tortas
dialécticas y no a buscar y consensuar una solución definitiva a la empresa.
Manifiestan los jefes del Palacio que esta Diputación ha sido la gran casa de
los pueblos, no sé de qué pueblos. Los que yo conozco siguen en la misma y
triste situación de antes de que llegara don Gabriel a la presidencia. Los
grandes y graves problemas siguen siendo los mismos y no se ven ganas de
solucionarlos. ¿Dónde ha funcionado bien la Diputación? En el reparto de
subvenciones. Una manera de comprar votos. Y ahí la oposición tampoco se ha
quejado demasiado. ¿Tiene la Diputación que pagar el asfaltado del campamento,
convenio de más cien mil euros a la UAL, pagar historias que en nada afectan a
los pueblos? Pues a manos llenas se lo han gastado, como lo han hecho los
anteriores, que en eso todos los políticos son iguales: dinero para que se
hablen bien de ellos. Sabía que me quedaba en el trazo grueso.
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