Susana Díaz, tocada ¿y hundida?


Emilio Ruiz
@opinionalmeria

➤ Susana Díaz es una mujer que no evita el riesgo político cuando está convencida de una decisión. Esa manera de actuar tiene una recompensa cuando se acierta, pero tiene el inconveniente de que, en los fracasos, posiblemente haya que pagar o te puedan exigir una factura de cierta cuantía. Una vez tomada la decisión de convocar las elecciones, la secretaria general del PSOE de Andalucía adoptó dos decisiones de riesgo cuyas consecuencias se están ahora valorando.

Artículo publicado en la edición de papel de La Voz de Almería

La primera fue conformar ocho candidaturas provinciales ajustadas a su medida –o a su sector o al llamado susanismo, como se prefiera-, despreciando al sector de la militancia que apoyó a Pedro Sánchez en las primarias  a la secretaría general federal. Los socialistas andaluces alineados con el secretario general –los llamados pedristas- rondaban en torno a un tercio de la militancia. La Comisión Ejecutiva Federal no puso obstáculo alguno a esta decisión/petición de la secretaria general andaluza, no sin cierto enfado por parte de muchos afiliados andaluces partidarios de las tesis de Pedro Sánchez que consideraban que era un ‘castigo’ improcedente, sobre todo en una situación en la que se iba a necesitar del esfuerzo y la colaboración de todos para implicar a la militancia y ganar las elecciones.
Susana Díaz redujo a la mínima expresión la presencia en la campaña de miembros de la Ejecutiva Federal o del Gobierno de España
La segunda decisión arriesgada de Díaz fue reducir a la mínima expresión –despreciar es un verbo demasiado exagerado, aunque hay socialistas que lo emplean- la presencia en la campaña de miembros de la Ejecutiva Federal o del Gobierno de España. El mismo Pedro Sánchez ha intervenido solo dos veces en actos electorales. De entre los ministros, solamente han tenido alguna presencia los de origen andaluz, no contando siquiera con algunos (Borrell, Batet, Duque, Calviño, Grande-Marlasca…- que, al menos aparentemente, gozan de buena imagen en Andalucía.  La presidenta ha justificado esta decisión en la necesidad de organizar una campaña ‘con acento andaluz’. Solamente Adelante Andalucía, la otra formación de izquierdas, que tampoco ha alcanzado sus objetivos, le copió el modelo.
Prescindir de un tercio de la militancia a la hora de conformar las candidaturas era una manera de desincentivar su participación en la campaña
¿Qué influencia han tenido estas dos decisiones en los resultados electorales del 2-D? La respuesta es muy difícil de precisar. Pero no cabe ninguna duda de que si esos resultados hubieran sido positivos para el socialismo, la influencia de las dos decisiones sería valorada de forma muy positiva. Los ‘pedristas’ sí consideran que ambos factores –ambos caprichos, dicen ellos- han tenido un efecto negativo. Por dos razones: una, porque el Gobierno de Pedro Sánchez gozaba de buen cartel en el momento en el que se convocaron las elecciones, y la participación de algunos miembros del Ejecutivo sumaba y no restaba; y otra, porque prescindir de un tercio de la militancia a la hora de conformar las candidaturas era una manera de desincentivar su participación en la campaña.
“Nuestro papel está siempre subordinado al éxito político” fue el contundente mensaje que el secretario de Organización envió a Díaz
En la mañana de ayer, tras las reuniones de las ejecutivas federal y regional, comparecieron ante los medios de comunicación José Luis Ábalos , en Madrid, y Susana Díaz, en Sevilla. Uno y otra difirieron sobre la forma de encarar el futuro inmediato de la secretaria general regional. “Nuestro papel está siempre subordinado al éxito político” fue el contundente mensaje que el secretario de Organización envió a Díaz. Ésta, por su parte, considera que no debe dar un paso al lado “porque he ganado las elecciones”.
A Susana Díaz le va a resultar difícil encontrar muchos correligionarios que compartan con ella el criterio de que el PSOE, con 33 diputados sobre 109 y con el 28 por ciento de los sufragios, ha sido el ganador de estas elecciones
Susana Díaz no tiene un pelo de tonta y no ignora que el concepto de vencedor de unas elecciones es variable. Resultar el partido más votado no es equivalente a resultar vencedor de las elecciones. Hoy, entre el socialismo, a Susana Díaz le va a resultar difícil encontrar muchos correligionarios que compartan con ella el criterio de que el PSOE, con 33 diputados sobre 109 y con el 28 por ciento de los sufragios, ha sido el ganador de estas elecciones. Y más, teniendo a la derecha tres partidos, afines ideológicamente entre ellos, que suman nada menos que 59 diputados.

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