Demetrio Fernández
Obispo
de Córdoba
➤ El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha publicado en los medios de la diócesis su opinión sobre los resultados de las elecciones en Andalucía. Por el interés de dicha opinión, se reproduce a continuación.
Portada del boletín de la diócesis de Córdoba, donde se ha publicado la carta del obispo |
El
vuelco electoral en Andalucía producido el pasado 2 de diciembre en las
elecciones autonómicas ha sido espectacular. Creo que ha superado con creces
las expectativas y los temores de unos y de otros. El cristiano no es ajeno a
lo que sucede en este mundo; por el contrario, intenta con los medios a su
alcance transformar la sociedad para hacer un mundo nuevo, más justo, más
humano, más fraterno, más con Dios y más para el hombre. El cristiano recurre
sobre todo a los medios sobrenaturales de la oración, de la confianza en Dios,
del amor fraterno que Jesús nos ha enseñado. Y al mismo tiempo, trabaja y se
compromete en la transformación de este mundo, mediante el compromiso político
concreto que cada uno estima en conciencia.
"Me alegro de que esta sociedad andaluza, que muchos de dentro y de fuera desprecian o minusvaloran, haya sido capaz de dar un vuelco de este calibre, rompiendo una inercia casi imposible de superar"
Me alegro de que esta sociedad
andaluza, que muchos de dentro y de fuera desprecian o minusvaloran, haya sido
capaz de dar un vuelco de este calibre, rompiendo una inercia casi imposible de
superar. De esta manera Andalucía se sitúa como pionera de un cambio social que
esperamos en la sociedad española. Andalucía tiene una sensibilidad propia,
Andalucía sabe lo que quiere y a donde va. Harta de promesas incumplidas, que
la tienen a la cola en tantos aspectos, pide a gritos ser protagonista de su
propia historia, y que no contradigan sus sentimientos más nobles.
No se puede
estar contradiciendo la sensibilidad de un pueblo religioso y cristiano, un
pueblo que pide respeto para sus tradiciones religiosas y está dispuesto a
respetar a los demás. No se puede estar atacando la libertad religiosa
impunemente, reclamando la propiedad pública de la Mezquita-Catedral de Córdoba
con argucias que no se sostienen ni por parte de los que las montan. No se
puede ir contracorriente queriendo construir un mundo sin Dios, en el que caben
todos menos el Dios que ha configurado nuestra historia. No se puede trocear
España, sin que eso tenga un precio político. No se puede pretender eliminar el
derecho de los padres a elegir la educación que quieren para sus hijos,
introduciendo leyes de ingeniería social que descomponen la persona y destrozan
las conciencias. No se puede eliminar la vida inocente al inicio o al final de
la vida, y esperar que encima los voten.
Los andaluces son sensibles a todo
esto, y han querido decir en las urnas cuál es el futuro que quieren para ellos
y para sus hijos. Ahora viene la responsabilidad de los que han obtenido la
confianza de los electores. Le pedimos a Dios y a su Madre bendita que sepan
gestionar bien el encargo de quienes los han votado y de toda la sociedad a la
que sirven. No se trata de ninguna revancha, se trata de una renovación y
regeneración de la noble tarea política, librándola de toda corrupción. No se
trata de ningún protagonismo personal o de partido, sino de la cultura del
encuentro, del pacto y del consenso para buscar lo mejor en favor de la
sociedad a la que sirven.
Que el vuelco en Andalucía sirva para una conversión a Dios y hacia los hermanos, en este precioso tiempo de adviento
Los electores de Andalucía han demostrado que saben a
quien votan, y lo mismo que hoy han dado un vuelco electoral, pueden darlo
dentro de un tiempo, si los actuales votados no saben gestionar bien el encargo
recibido. Los andaluces han dado un paso histórico para decirles a los
políticos por donde quieren construir su propio futuro, y que no se lo den ya
construido o deconstruido. Sea cual sea la alianza a la que lleguen los
políticos, encargados por el pueblo de gobernar, seguiremos recordándoles la
necesidad de atender a los más pobres.
En nuestra provincia y en nuestra región
están los barrios más pobres de España; entre nosotros tenemos la tasa más alta
de paro, especialmente entre los jóvenes, que tienen que emigrar para buscarse
un futuro digno. Entre nosotros continúa eliminándose la vida en el seno
materno y se proyecta eliminarla en la etapa final de la vida. A las costas de
Andalucía continúan llegando pateras cargadas de inmigrantes, que reclaman un
planteamiento nuevo a nivel europeo y mundial. Los padres piden ser tenidos en
cuenta en la educación de sus hijos, y eso no es posible con una escuela
“única, pública y laica” para todos, como pretendían nuestros gobernantes. Son
muchas las cosas que tiene que cambiar, y todo no puede hacerse en un día.
Cuenten nuestros gobernantes -sean los que sean- que la comunidad cristiana
reza por ellos (como lo ha hecho y seguirá haciendo siempre), para que podamos
vivir en paz, para que reine la justicia social entre nosotros, para que sean
atendidos los más pobres de nuestro entorno, para que podamos vivir nuestra fe
cristiana respetando a los que no la comparten, para que sea la persona siempre
la que prevalezca sobre cualquier proyecto. Que el vuelco en Andalucía sirva
para una conversión a Dios y hacia los hermanos, en este precioso tiempo de
adviento. Recibid mi afecto y mi bendición:
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