Juan de Dios Ramírez-Heredia
Presidente de Unión Romani
Exdiputado por Almería
➤ Se llama Andrés
Nuñez Jiménez, tiene 37 años, es abogado, está afiliado al Partido Popular y es
el candidato para ocupar la alcaldía de Chiclana en las próximas
elecciones municipales del 26 de mayo de este año. Tomó posesión de su cargo
hace un par de días y le hemos visto jurar la Constitución cuando así se lo
reclamó la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor.
Inmediatamente, el nuevo parlamentario tuvo el gesto de ponerse en contacto
conmigo para decirme: “Tío Juan de Dios, me hubiera encantado que estuviese
ayer en mi toma de posesión; no puedo completar esta experiencia sin contar con
usted.” Como es natural inmediatamente le contesté anunciándole que en mi
primer viaje a Madrid trataría de localizarle para vernos, para celebrar juntos
tan importante acontecimiento, y para ofrecerle la experiencia de mi larga vida
parlamentaria en todo aquello que pudiera facilitar su labor en representación
de Cádiz y de todos los españoles.
Andrés Núñez Jiménez (Foto: Loa) |
Hasta aquí la noticia que merece algún
comentario pertinente. Andrés Nuñez
llega al Congreso cuando la actual legislatura está muy avanzada. Si el
presidente Sánchez logra salvar los evidentes escollos a los que
tiene que hacer frente cada día y no se ve obligado a convocar elecciones
generales de forma inmediata, su mandato puede durar hasta el 26 de julio de
2020. Es decir, que tendría, en el mejor de los casos, casi un año y medio para
ejercitarse en la vida parlamentaria, lo que posiblemente para él, que tiene
indudable vocación política, sería la etapa más importante y comprometida a la
que puede aspirar cualquier persona que quiere poner todas sus capacidades al
servicio de los ciudadanos.
Andrés llega
a la Cámara Baja y le hará compañía a Silvia Heredia que igualmente
es diputada por Sevilla. Y lo consigue cuando yo había perdido ya casi todas
las esperanzas de que alguien ocupara el puesto que dejé libre cuando salí
elegido diputado al Parlamento Europeo allá por el año 1985. Y debo confesar
que la gestión de mi sustitución ha sido una de las menos eficaces de mi vida.
Y bien lo sabe Dios que lo he intentado de forma reiterativa y machacona.
Cuando he hablado con los máximos dirigentes políticos de los partidos, y muy
especialmente con los del PSOE, les he dicho que los gitanos españoles reclaman
la oportunidad de tener una voz propia allí donde se hacen las leyes y donde
los problemas de los ciudadanos deben encontrar vía de entendimiento y
solución.
Solo encontré buenas palabras por parte de todos. Tanto los
dirigentes de la izquierda como de la derecha me daban la razón y entendían
que, aunque solo fuera por el legitimo interés de conseguir nuestros votos,
debían colocar en sus listas a candidatos, gitanos y gitanas, con vocación
política y con capacidad para desarrollar la actividad legislativa con
eficacia. Pero a la hora de la verdad todo quedaba en agua de borrajas. Tan
solo logramos que alguien de nuestra comunidad figurara en un puesto
testimonial sin la más mínima posibilidad de salir elegidos.
La primera
cosa que he hecho antes de escribir estas líneas ha sido rastrear un poco por
la huella que el nuevo diputado ha podido dejar en la Red. Y me ha sorprendido
su vocación municipalista. A Andrés le gusta trabajar por los ciudadanos de su
pueblo y lo hace desde el lugar conde la política alcanza su lugar más
preeminente: el ayuntamiento. Por eso no abandona la idea de ser elegido alcalde
de Chiclana. Nada más ocupar su escaño ha manifestado que “ahora toca
diversificar la actividad parlamentaria con el trabajo local, defendiendo los
intereses no sólo de los chiclaneros, sino de todos los gaditanos a través del
Grupo Parlamentario Popular en el Congreso de los Diputados”.
Pero el rasgo más
genuinamente gitano que me ha hecho sentirme satisfecho por la noticia ha sido
leer en su página de Facebook que “Es difícil trasladar la emoción que
supone ocupar un escaño en el Congreso de los Diputados. Llegar a la Cámara
donde se decide el destino de nuestro país es un privilegio al alcance de muy
muy pocos, y como para todos los que amamos la política, ocupar uno de los 350
escaños es un sueño hecho realidad.” Para añadir seguidamente en la
víspera de su toma de posesión: “Seguimos en Madrid. Mañana es un día
histórico. Literalmente. Gracias a quienes me dieron la oportunidad, a mi
padre, a mi madre”.
¿Se habrá roto el maleficio? La llegada de Andrés al
Congreso de los Diputados, gracias a la dimisión del que figuraba delante de él
en la lista de la provincia de Cádiz, me parece como un signo de los
sorprendentes cambios que se están producción en la esfera política de nuestro
país. Tenemos a un presidente del Gobierno que ha logrado tan alto honor y
responsabilidad como consecuencia de una moción de censura. En el Partido
Popular manda un joven brillante y emprendedor que ganó unas primarias en su
partido contra todo pronóstico. Y la última conmoción la hemos vivido en
Andalucía. Hemos perdido ―el PSOE― las elecciones como consecuencia, entre
otras muchas cosas, por la irrupción en la vida parlamentaria de un partido,
Vox, por el que nadie daba un duro el día antes de las elecciones. Y como si de
un anuncio premonitor de grandes cambios se tratara, por fin, un diputado
gitano irrumpe con buen pie en el palacio de la Carrera de San Jerónimo.
Acercándose ya unas
fechas de gran importancia electoral, desde la Unión Romani nos hemos
propuesto, como siempre hemos hecho, zarandear a los líderes políticos para que
no nos ignoren y sean conscientes de que una población con 750.000 miembros,
que tiene lazos familiares, culturales y tradicionales tan fuertes como tenemos
los gitanos, somos una cantera de votos que no se debe despreciar. Y para mayor
seguridad y pluralismo democrático son conocidos ya, por su militancia o
compromiso políticos, un nutrido grupo de gitanas y gitanos identificados con
el Partido Popular, con el PSOE y hasta con Podemos que llevó como cabeza de
lista de su formación en Salamanca a una gitana.
Esta es la imagen de la
España plural, constitucional y democrática en la que la inmensa mayoría de los
españoles creemos. Durante 23 años continuados he dado testimonio de esta fe en
Barcelona, en Almería y en Bruselas y Estrasburgo. Ahora le toca hacerlo,
durante unos meses, a Andrés Nuñez Jiménez ―quien por cierto es un magnifico
escritor. Acabo de comprar su libro “Hormigas en los zapatos” que es
una descripción a veces dramática y siempre poética, de la soledad, la
frustración y el vacío existencial provocado al llegar a la vida adulta desde
la adolescencia―. Nuestra esperanza está en que roto el maleficio, en el mes de
mayo sean muchos los concejales, alcaldes y alcaldesas, diputados y diputadas
que hagan compañía a Andrés en esta hermosa andadura.
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