Emilio
Ruiz
@opinionalmeria
➤ El
día de la entrada del nuevo año 2019 no será recordado por la familia mojaquera
de los Montoya Benítez como uno de los mejores de su vida. Todo lo contrario:
siempre lo recordarán como un momento de apuros. Y todo por una actuación de la
sanidad pública catalana que consideran incomprensible y que han puesto en
conocimiento del Defensor del Pueblo español al menos para que tenga constancia
de lo que está pasando.
Hospital de Bellvitge |
Estaba
parte de la familia en Hospitalet (Barcelona) pasando las Navidades en casa de
unos familiares, cuando Pilar Benítez, de 75 años, tuvo la mala suerte de
sufrir un accidente en la vía pública al acceder a unas escaleras mecánicas. Al
intentar ayudarle su marido, Pedro Montoya, de 80 años, y la hija del
matrimonio, María, enferma de esclerosis múltiple, finalmente los tres se
vieron arrastrados y atrapados por las escaleras. Tuvieron la suerte de que
unos viandantes oyeron sus gritos de desesperación y pulsaron el botón de
emergencias. De esa forma la cosa no fue a mayores. Alertaron a los servicios
de emergencia y pronto acudieron miembros de la Guardia Urbana y de los servicios
sanitarios, siendo trasladado al Hospital de Belvitge.
La familia Montoya ha residido durante muchos años en Cataluña. Incluso dos de los hijos son naturales de aquella comunidad autónoma
El
detalle de lo sucedido ha sido relatado por Pedro Montoya en las redes
sociales, donde ha hecho pública la carta enviada al Defensor del Pueblo. La
familia Montoya ha residido durante muchos años en Cataluña. Incluso dos de los
hijos, la propia María y Pedro, en la actualidad policía local en Mojácar, son
naturales de aquella comunidad autónoma. Ni siquiera la condición de catalanes
fue suficiente para recibir una atención adecuada.
Tras
una primera asistencia médica, padre e hija fueron dados de alta, pero no así
la madre, Pilar, que presentaba fractura del tobillo izquierdo, por lo que
necesitaba de una urgente intervención quirúrgica. Una intervención que los
médicos en todo momento se negaron a realizar por más que insistieron. Se
limitaron a inmovilizarle el pie, mandarla a su domicilio y aconsejarle que
fuera ‘valorada’ por su hospital de residencia habitual. O sea, que mandaron a
Pilar para Andalucía con un descaro impropio de quienes son profesionales del Servicio
Nacional de Salud. Por supuesto, tampoco pusieron medio de transporte alguno
para poder viajar en condiciones idóneas.
A las 5 y media la anciana era ingresada en el Hospital de Huércal-Overa, donde se le hizo una intervención quirúrgica urgente, ya que “este tipo de fracturas pueden presentar complicaciones después de 24 horas si no son operadas”, según les informó el traumatólogo de la sanidad pública andaluza
La
familia tenía previsto volver a Almería en avión el 4 de enero, pero no era
plan mantener a Pilar en aquella situación, incluso desconociendo posibles
consecuencias no deseadas. Al ser alertado de la situación Pedro, que estaba en
Mojácar, éste emprendió viaje urgente a Barcelona el día 2. Los parientes
catalanes, por su parte, partieron con la accidentada en dirección a Almería para
encontrarse en mitad de camino y hacer el trayecto más rápido. El encuentro y
traslado de coche de la enferma fue en Valencia hacia las 2 de la tarde. A las
5 y media la anciana era ingresada en el Hospital La Inmaculada, de Huércal-Overa,
donde se le hizo una intervención quirúrgica urgente, ya que “este tipo de
fracturas pueden presentar complicaciones después de 24 horas si no son
operadas”, según les informó el traumatólogo de la sanidad pública andaluza.
En
la carta al Defensor del Pueblo Pedro Montoya denuncia la negativa del Servicio
Catalán de Salud a operar a su madre por ser residente de otra comunidad
autónoma, así como de no gestionar un transporte adecuado para la accidentada.
Al mismo tiempo, Montoya aprovecha para agradecer la diligencia profesional de
los profesionales del SAS del Hospital de La Inmaculada, y en especial de los
servicios de Urgencia y del área de Traumatología.
Según
Pedro Javier Montoya, “no pretendo pedir responsabilidades, sino simplemente
manifestar mi indignación como español, y también como catalán, pues aquella
también es mi tierra”. La familia Montoya ha sabido reaccionar rápido ante un
problema que les ha planteado la sanidad pública catalana, pero Montoya piensa
qué hubiera sucedido en el caso de que esto les hubiera ocurrido a personas
indefensas, sin recursos, que no hubieran podido resolver la situación como
ellos lo hicieron.
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