Emilio Ruiz
@opinionalmeria
➤ Por delante incluso de asuntos tan importantes como el desempleo o
la escasa inversión industrial, el presente y el futuro de la Radio Televisión
de Andalucía, de Canal Sur, ha ocupado
uno de los mayores espacios en las negociaciones para formar Gobierno en
Andalucía. El acuerdo suscrito entre el Partido Popular y Ciudadanos resolvió
la cuestión de la mejor forma que puede hacerse para dejar todo como está:
constituyendo un grupo de expertos. “Constituiremos un Grupo de Expertos que
estudie las posibilidades de redimensionamiento y de mejora de la eficiencia en
la utilización de los recursos por la Radio y Televisión Andaluza (RTVA), así
como las reformas necesarias para garantizar su profesionalidad, imparcialidad,
pluralidad e independencia del poder político”, dice una de las 90 medidas
acordadas entre estos dos partidos.
Eva Ruiz y Juan y Medio son las dos estrellas de las tardes de Canal Sur |
El tercer partido que conforma la mayoría que apoyará al nuevo
Gobierno, Vox, se ha mostrado mucho más beligerante. Durante la campaña
electoral apostó directamente por el cierre de la cadena, y cuando se le hizo
saber a Santiago Abascal que eso no era posible por respeto a nuestro Estatuto
de Autonomía, entonces abogó por reducirla a la mínima expresión, eliminando
toda la programación con la sola excepción de los toros y el programa de Juan y
Medio. En las 19 medidas que Vox puso sobre la mesa para iniciar las
negociaciones con el Partido Popular, el capítulo de la “Radiotelevisión
andaluza” lo resolvía reduciendo a la mitad las aportaciones económicas de la
Junta y con la eliminación de tres de los cuatro canales de televisión.
Finalmente, el acuerdo suscrito entre el PP y Vox deja el tema con la misma
ambigüedad que el firmado entre el PP y Ciudadanos: “Reducir el gasto, mejorar la eficiencia y racionalizar los
recursos" y "garantizar el servicio público y la
neutralidad ideológica e informativa". O sea, dejar la cosa como está.
Hay algún grupo de comunicación autóctono –por cierto, generosamente regado con dinero de la Junta- que se muestra especialmente beligerante con la cadena autonómica, pero da la impresión de que se trata de una postura interesada
El papel que desempeña hoy Canal Sur es
un tema de debate permanente entre los andaluces. Hay algún grupo de
comunicación autóctono –por cierto, generosamente regado con dinero de la
Junta- que se muestra especialmente beligerante con la cadena autonómica, pero
da la impresión de que se trata de una postura interesada. No hay día en el que
los periódicos de este grupo no propongan a los profesionales de la cadena cómo
deben de actuar para mejorar su programación y elevar su audiencia. Nadie se
explica cómo no emplean tanta sapiencia en mejorar su propia casa, en caída
libre mes tras mes como muestran los datos que nos ofrece la Oficina de
Justificación de la Difusión (OJD). Pero, dejando al margen posturas como ésta,
es cierto que Canal Sur ocupa tiempo y espacio en las conversaciones entre los
telespectadores de Andalucía.
El nacimiento de la cadena autonómica surgió con la televisión analógica y cuando las audiencias medias de una televisión se acercaban al treinta por ciento. Hoy, las audiencias que superen un solo dígito se consideran aceptables
Los medios de comunicación
audiovisuales han sufrido una profunda transformación en las últimas tres
décadas, precisamente las que coinciden con la existencia de Canal Sur. Una
impresión muy extendida en Andalucía es que esta evolución de los medios no ha
corrido en paralelo a la propia evolución de Canal Sur, que se ha quedado
rezagada. El nacimiento de la cadena autonómica surgió con la televisión
analógica y cuando las audiencias medias de una televisión se acercaban al
treinta por ciento. Hoy, las audiencias que superen un solo dígito se
consideran aceptables. El Canal Sur de 2019 no puede ser el Canal Sur de 1989,
y en un parte importante lo sigue siendo, debido principalmente a una parálisis
provocada desde la propia administración autonómica. Ninguna empresa privada
medio seria soportaría aguantar más de cuatro año con un Consejo de
Administración con su mandato cumplido o un director general provisional
durante casi seis años. Esta anómala situación se ha mantenida por puro interés
partidista y no por el interés de la cadena o de los telespectadores y
radioyentes andaluces.
Canal Sur le cuesta a cada andaluz menos de dos euros al mes. Con estos números, ¿beneficia a los andaluces el mantenimiento de una televisión y una radio públicas?
Algunos medios de comunicación y
algunos partidos políticos –y también numerosos ciudadanos andaluces- nos
presentan la Radio Televisión de Andalucía como el monstruo de las tres cabezas
que hace sangrar la economía de Andalucía por todos sus poros. Nada más lejos
de la realidad. En 2009 la aportación de la Junta a la RTVA superaba los 180
millones de euros. Nueve años después, en 2018, la aportación ha sido de 140 millones. Canal Sur le cuesta
a cada andaluz menos de dos euros al mes. Con estos números, ¿beneficia a los
andaluces el mantenimiento de una televisión y una radio públicas? Una
respuesta afirmativa tiene que ser compatible con la exigencia de unos medios
modernos, independientes y con una programación adaptada a la realidad social
de Andalucía. El debate no debe ser Canal Sur sí o Canal Sur no. El debate debe
establecerse sobre qué modelo de radio y televisión públicas queremos.
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