Pedro Manuel de la Cruz
Director de La Voz de Almería
➤ Cualquier
cambio genera siempre un clima de expectación e incertidumbre. La llegada de
Juanma Moreno a la presidencia de la Junta ha confirmado esa compartida regla
emocional, aumentada, además, por la excepcional amplitud de los más de treinta
y seis años de hegemonía socialista y por lo inesperado de su final. La
aritmética electoral dibujó un escenario no previsto y en la secuencia final de
un guion que parecía eterno, la película dio un giro inesperado y el último
fotograma sorprendió a todos: a quienes lo protagonizaban y a los que asistían
como espectadores activos -los votantes- a su desarrollo.
Juan Manuel Moreno Bonilla (Foto: Loa) |
Es la grandeza de la
democracia. Siempre son los ciudadanos los que deciden el papel que cada actor
debe interpretar en el escenario. Pero, como en toda película, el reencuentro
con la realidad comienza cuando la pantalla se va a negro y las luces iluminan
la sala. Desde aquel inesperado final hasta hoy no ha pasado todavía el tiempo
suficiente para valorar la distancia que separa la gestión de la realidad del fuego
de artificio electoralista que lleva a todos los partidos a prometer lo
imposible.
Almería se ha sentido y se sigue sintiendo extramuros de Andalucía
El viernes el presidente tuvo la amabilidad de compartir con la Voz
su voz y su palabra. Fueron más de dos horas de conversación y sobremesa y de
ellas salí con la convicción de que su voluntad de avanzar de forma decidida
por caminos hasta ahora no frecuentados es sincera. No lo va a tener fácil,
pero tampoco imposible. Almería se ha sentido y se sigue sintiendo extramuros
de Andalucía. La geografía fronteriza, el desdén del centralismo sevillano y la
indolencia propia han consolidado un caudal de desencuentro, tan amplio, que
nunca y nadie ha sabido aminorar.
Negar que ha habido avances más que notables
sería un insulto a la verdad y, lo que es aún peor, a la inteligencia. Desde la
multiplicación de los centros escolares o de salud, la creación de la
Universidad, la construcción de hospitales, el trazado de autovías o las ayudas
al sector agroalimentario son realidades que nadie puede negar. Pero si esa es
la realidad, no es menos real que a todo (o a casi todo) hemos llegado tarde.
¿Por qué?
La nueva Junta tiene ante sí retos importantes y es a la exigencia de su consecución a lo que deben aprestarse sin demora gobierno y gobernados
Dicen los ingleses que no hay nada más estúpido que azotar un caballo
muerto y continuar mirando al pasado por el retrovisor en busca de
responsabilidades es perder energías cuando lo importante es mirar y construir
el futuro. La nueva Junta tiene ante sí retos importantes y es a la exigencia
de su consecución a lo que deben aprestarse sin demora gobierno y gobernados.
La culminación del hospital materno infantil, la conexión de la autovía del
Almanzora con la A 7 en Venta Overa, el inicio de las obras en el proyectado
hospital de Roquetas o la exigencia, por una y otra parte, de mejorar y perfeccionar
el sector agroalimentario son asignaturas pendientes ya aprobadas por el
gobierno anterior y al que, el gobierno actual, no solo debe dar continuidad,
sino acelerar su llegada.
En la nueva estructura de gobierno solo dos almerienses ocupan puestos de relevancia, escaso bagaje que no deja de sorprender
Los almerienses han votado mayoritariamente el PP
para que su voz se oiga en Sevilla y para que sus reivindicaciones se cumplan
con la celeridad de una provincia que ha dado y da más de lo que recibe. Hasta
ahora el sonido de esta voz en Sevilla -y así se lo dije el viernes al
presidente- no está teniendo los ecos esperados. En la nueva estructura de
gobierno solo dos almerienses ocupan puestos de relevancia. Carmen Crespo en el
liderazgo de la consejería de Agricultura y Manuel Gómez en la dirección
general de Producción Agrícola y Ganadera gestionan intereses directamente relacionados
con la provincia. Escaso bagaje que no deja de sorprender.
El presidente
contraatacó señalando que la consejería de Crespo es macro y, en sus funciones,
confluyen dos, Agricultura y Medio Ambiente, dos aspectos de extraordinaria
importancia para la provincia. Dejémoslo en empate y que el VAR político
(Verificación de Acciones Reales) decida al final de la legislatura el
resultado.
En lo que el presidente sí se muestra decididamente convencido es de
la seguridad de que el nuevo gobierno no solo culminará con celeridad los
proyectos ya comprometidos, sino que sabrá romper con el burocratismo abrumador
que tanto dificultó el desarrollo socioeconómico almeriense. Treinta y seis
años de gobiernos socialistas construyeron un laberinto administrativo, una
selva normativa en la que cualquier proyecto que entraba tardaba cien años en
salir o, sencillamente, acababa perdiéndose en la frustración del desánimo.
Frente a otras provincias más cercanas al conservadurismo empresarial o al proteccionismo de la subvención, Almería tiene una visión proactiva e innovadora
Juanma Moreno esta decidido a reducir esa normativa endiablada y paralizante.
Lo que también pide es paciencia. El rumbo de una cultura política y
administrativa construida durante casi cuarenta años no se cambia en un día y,
en todo caso, los cambios han de hacerse con tranquilidad. En la gobernanza de
un territorio tan amplio territorial, social y demográficamente como
Andalucíala comunidad con más territorio y habitantes de España sostiene el
presidente que la prisa voluntarista pueden acarrear el mismo riesgo que la
pausa burocrática.
Moreno es un hombre tranquilo al que incomoda el
apresuramiento. Frente a otras provincias más cercanas al conservadurismo
empresarial o al proteccionismo de la subvención, Almería tiene una visión
proactiva e innovadora. Los emprendedores de la provincia piden ayuda, si,
pero, sobre todo, demandan que no se les pongan obstáculos irrazonables a sus
proyectos. El tiempo desvelará si el nuevo presidente satisface esas
expectativas. En su hoja de ruta están. Ahora hay que esperar, sin premura pero
también sin demora, si, al final, llegan a buen puerto. Málaga está más cerca
de Almería que Sevilla geográfica y sociológicamente y eso es ya, un buen
puerto de salida. Habrá que estar atentos.
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