Juan Torrijos
Periodista
Ni una sola queja de los políticos almerienses, ni una palabra de
condena en estas semanas. Tras su conocimiento silencio. Qué vergüenza de políticos. He esperado casi un mes, pero reviento si
no uno mis letras a las de Ruiz. La historia ocurrida en un hospital catalán
nos la contaba el compañero Emilio hace casi un mes en éste nuestro periódico y
se nos helaba el alma y obnubilaba la razón. ¡Estos hijos…! Y no es la primera
vez que un vecino almeriense, desplazado a otra región española (casi siempre
la misma) se ha visto en la misma o parecida situación. No nos debe extrañar
que la mayoría de los españoles empiecen a estar hartos y hasta las narices de
una España abierta en 17
reinos de taifas, con 17
chiringuitos sanitarios y 17 tarjetas.
Hospital de Bellvitge (Foto: Loa) |
Cada día somos más los que queremos que
en una cuestión tan importante y necesaria como es la sanidad una sola tarjeta,
con un solo color nos una y nos proteja a todos los ciudadanos de este país, si
es que este país sigue siendo España. Si ya no lo es,
que sean valientes y nos lo digan los señores políticos, lo que no se puede
permitir es lo que unos ¡hijos…! le hicieron en un hospital catalán a la madre de
la familia Montoya. Claro que los
grandes culpables de lo que viene ocurriendo no son los médicos, ellos,
tristemente para nosotros, siguen las órdenes de unos políticos que no tienen
alma, sin vergüenza alguna ante los ciudadanos, corruptos hasta decir basta
dentro y fuera de Cataluña, unos políticos mantenedores de unos chiringuitos
políticos con el único objetivo de enriquecerse y enriquecer a la familia, a
los amigos y a los colegas del partido.
Y si para ello hay que mandar a una
mujer con el tobillo partido a mil kilómetros de distancia, sin remordimiento
alguno, por toda la cara y en nombre de una ley salida de uno de los 17
parlamentos con los que se ha ido llenando la vieja piel de toro, al coche y
que la operen en un hospital de su tierra. Y aquí fue intervenida. No es bueno
tomar decisiones en caliente, están en lo cierto, la razón se obnubila, pero
entiendo que en algún momento habrá que hacerlo. No se puede permitir que
dentro de unos días el compañero Ruiz nos vuelva a contar una historia como la
padecida por la familia de los Montoya en otro hospital de Cataluña.
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