Emilio Ruiz
@opinionalmeria
➤ La práctica de inflar el censo cada vez
que se avecinan unas elecciones locales se ha hecho muy habitual en algunos
municipios españoles, sobre todo en los más pequeños, en los que la alcaldía
depende de muy pocos votos. La Oficina del Censo Electoral ha trasladado a
la Junta Electoral Central que estos días está investigando a 30 pequeños
pueblos españoles por inflar artificialmente el número de votantes en los meses
previos a los comicios del 26 de mayo, según informa ‘El Confidencial’. Un
análisis realizado por este periódico desvela aumentos sospechosos de hasta el
100 por ciento en más de un centenar de pequeños pueblos.
El sospechoso movimiento del censo en Bayárcal |
En la provincia de Almería son cuatro los
pueblos sospechosos de inflar el censo, tres con alcalde o alcaldesa del
PSOE y uno del PP. En Bayárcal, que tiene como alcalde a Jacinto Navarro, el censo electoral
estaba fijado en noviembre de 2018 en 254, mientras en el mes de febrero ha
ascendido a 303, lo que supone un inusual incremento del 16 por ciento. Cóbdar,
con alcalde del PP, José Fuentes, ha pasado de 139 electores a 168
(+ 17 por ciento) desde septiembre del año pasado a febrero de este año. Tahal
ha superado la barrera de los 300 electores al pasar de 263 en junio de 2018 a
310 en febrero de 2019 (+ 15 por ciento). Su alcaldesa es Trinidad Jiménez. Urrácal
tenía en octubre pasado 260 electores. Ahora tiene 283, lo que supone un
incremento del 8 por ciento. Su alcaldesa es María Isabel Serrano.
Según la Oficina del Censo Electoral, dependiente del Instituto Nacional de Estadística (INE), los pueblos que está investigando lo hacen como consecuencia de que "en los seis meses anteriores a la convocatoria han registrado un incremento de residentes significativo y no justificado"
La Oficina del Censo Electoral sospecha
que este incremento notorio de electores en tan corto espacio de tiempo tiene
como protagonistas a hijos del pueblo que residen en otros municipios y que,
provisionalmente, trasladan su ‘residencia habitual’ al pueblo que les vio
nacer, donde aún mantienen la casa familiar. De esta forma ‘ayudan’ a elegir al
alcalde del pueblo para, posteriormente, una vez consumado su propósito, volver
a empadronarse en el municipio donde viven con su familia. También se da el
caso de empadronamientos ocasionales de personas que tienen escasa o nula relación
con el pueblo. Se les empadrona por compromiso en casa de algún familiar o en
alguna vivienda vacía.
Según la Oficina del Censo Electoral,
dependiente del Instituto Nacional de Estadística (INE), los pueblos que está
investigando lo hacen como consecuencia de que "en los seis meses
anteriores a la convocatoria han registrado un incremento de residentes
significativo y no justificado". Este cálculo se basa en unos criterios
estadísticos en base al número de altas mensuales, trimestrales y semestrales y
se centra en poblaciones de menos de 2.000 habitantes. La ley electoral otorga
a la oficina del censo electoral el "control y revisión de oficio las
altas y las bajas [...] comunicando a la Junta Electoral Central los resultados
de los informes, inspecciones y, en su caso, expedientes que pudiera haber
incoado referidos a modificaciones en el censo de las circunscripciones que
hayan determinado una alteración del número de residentes significativa y no
justificada".
Un portavoz del INE ha explicado a ‘El
Confidencial’ que cuando la oficina del censo detecta algún incremento
significativo de habitantes en los últimos meses manda un requerimiento al Ayuntamiento
afectado. Si este no da una explicación convincente y no da de baja a los
vecinos fantasma, o directamente no contesta, el caso va a la Junta Electoral
Central.
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