Antonio
Felipe Rubio
Periodista
➤ El cambio de
gobierno en la Junta de Andalucía arroja las primeras sorpresas que resultaban previsibles
tras el proceso conocido como “levantamiento de alfombras”. Por el poco tiempo
transcurrido, así como el amplio periodo de permanencia en el poder de los
sucesivos gobiernos socialistas, el proceso de levantamiento, en el sentido
figurado que se le asigna, equivale a una jarapa y un par de esterillas.
Alfombras, lo que se dice alfombras y mullidas moquetas, aún están por levantar
y desempolvar para mayor asombro de una gestión que se ha recreado en una
propaganda que ha escondido sistemáticamente el fracaso, revistiéndolo de éxito
sin precedentes y calificativos ampulosos.
"Pueden aflorar..." (Foto: Cadena Ser) |
Pueden
aflorar importantes cifras maquilladas y manipuladas; pueden salir más casos de
corrupción que se pueden cuantificar en gastos superfluos y cantidades de
dinero que fueron a parar a destinos tan inciertos como demostradamente
infames. Pero lo que alcanza una nueva gradación en el ámbito de la corrupción
o corruptela descarada es la manipulación de servicios esenciales para
preservar la vida de las personas.
No conozco
nada más perverso que jugar con la vida y el sufrimiento de las personas. Ante
esto no se puede anteponer otra cosa, aunque se trate de miles o cientos de
miles de euros distraídos. Reponer el dinero es cuestión tiempo y esfuerzo;
pero reponer la vida truncada o el tiempo perdido en listas de espera
manipuladas con resultado de sufrimiento innecesario o fatal desenlace; eso no
tiene nombre, como tampoco tiene reversión.
Actuar con
la premura que exige una atención medica prioritaria es una obligación de
primer orden, pero se ha pospuesto y demorado dando prioridad a los aditamentos
de “excelencia” y “joya de la corona”, salvando la cara de una nefasta gestión
que ha mantenido la propaganda por encima de la eficacia.
Han sido
muchos los años de ficción que han intentado ensordecer y camuflar la realidad.
Pero ese tiempo ha sido un cúmulo indeterminado de pacientes silentes y
resignados a aceptar la fatalidad, el fracaso y el sufrimiento como designios
del destino, y no como una “obligada contribución” a mayor gloria del buen
nombre de la Junta del PSOE de Andalucía. De poco ha servido, salvo honrosas e insistentes
excepciones, la denuncia y reivindicación de mayor atención, mejor dotación,
racionalización de los recursos… La respuesta siempre fue el desdén o la dosis
oportuna de calificativos sectarios. Y vuelta a lo mismo. Resetear listas
quirúrgicas, mantener la espera diagnóstica y abaratar el tiempo de atención en
las consultas y en los genéricos.
Supongo que
el siguiente bochorno que nos depara el proceso de descubrimiento de las
disfunciones en la gestión será el relativo a las directrices ordenadas y los
estipendios obtenidos por su cumplimiento. La frase -acertadísima- “Más batas y
menos corbatas” en apelación a la cantidad ingente de “comisarios políticos”
frente a los esforzados profesionales de las batas a los que se les ha venido
ordenando altas fulminantes, atención media de cinco minutos por consulta,
ahorro en pruebas diagnósticas “innecesarias”… y dispensación de genéricos y
alternativas farmacéuticas procedentes de laboratorios que, en algunos casos,
tenía vetada la Sanidad Pública de EE. UU. por la escasa fiabilidad en términos
de seguridad y eficacia.
Igualmente,
las nuevas instalaciones sanitarias han recorrido un innecesario periplo de
incidencias con resultado de retraso y encarecimiento. La Casa del Mar, por
fin, ya está “de verdad” en obras. Recuerden cuando nos engañaron vilmente con
el “adecuado ritmo” que decían llevaba unas obras en las que no se movía una
piedra. Y nada más que añadir a la Primera Piedra del Materno-Infantil
(noviembre de 2007). Por cierto, la primera piedra fue colocada por la
consejera María Jesús Montero, hoy actual ministra y nueva esperanza socialista
para relevar a Susana Díaz. Habrá que escuchar sus mensajes de modernidad y
eficacia después de comprobar cómo se puede tardar más de doce años en sólo la
obra civil de un anexo a un hospital ya existente… Y para algo tan esencial
como traer nuevas vidas al mundo con un mínimo de comodidad y dignidad.
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