Nuria Torrente
@opinionalmeria
La diputada andaluza por Vox en representación de
la provincia de Almería Belinda Beli Rodríguez
está comprobando en sus propias carnes lo duro que es a veces la actividad
parlamentaria. Su partido había presentado una Proposición No de Ley (PNL) en
la que pedía que se redujeran a la mitad las subvenciones a los partidos
políticos y le ha elegido a ella para que la defienda.
Belinda Rodríguez, durante su intervención (Foto:Loa) |
En su intervención, leída, la diputada almeriense
de deshizo en elogios de la eficacia y la transparencia que en todos los
órdenes, también en el económico, imperan en Vox y reclamó a los demás partidos
que copiaran el modelo. “Vox solo se financia con las cuotas de los afiliados y
simpatizantes y no con subvenciones públicas”. Así lo llevaba escrito y
así lo leyó.
Las tortas le llegaron a Beli de todo el arco parlamentario, dejando a la diputada sin saber qué decir
Las tortas le llegaron a Beli de todo el arco
parlamentario, dejando a la diputada sin saber qué decir. Enrique Moreno, de
Ciudadanos, fue el que mostró menos inquina, tal vez por eso de que son medio
socios. Puso en entredicho los planteamientos jurídicos de la PNL y poco más.
Ana María Naranjo, de Adelante Andalucía, sacó a relucir la financiación iraní
de Vox y descalificó la idea de que la democracia es cara. “Si se anularan las
subvenciones solo existirían las formaciones políticas que representan a
quienes tienen dinero”, dijo, sin señalar a nadie. La diputada del PP Ana
Vanessa García se manifestó ya “un poco harta” de que el partido que les apoya
en el Parlamento se considerara como la formación de “los españoles de a pie,
como si los demás fuéramos extraterrestres”. La representante popular amagó,
pero no quiso dar, con el tema de Irán y habló de “donantes extranjeros”.
La socialista María de los Ángeles Férriz entró a
degüello. “Vox ha reconocido que pagó el 80% de su campaña a las elecciones
europeas de 2014 con dinero de un grupo iraní llamado Consejo Nacional de
Resistencia, un grupo que se asimilaba a una secta responsable de graves
violaciones y que tiene un brazo armado considerado hasta 2012 por Estados
Unidos como una organización terrorista”. Tras este primer varapalo, la
socialista insistió: “Éstos son los que financiaban a Vox, a pesar de que la Ley
Electoral impedía que se recibieran donaciones de personas o entidades no
españolas una vez convocadas las elecciones”. Vox recibió 146 donativos de
exiliados iraníes por valor de 800.000 euros. “Y no solo pagaron la campaña de
2014, sino que además costearon el día a día de Vox desde su creación, pues la
primera transferencia la recibieron el mismo día que se inscribió Vox en el
Registro de Partidos”.
Ante la tormenta de acusaciones, Belinda
Rodríguez se quedó sin respuesta y de la boca solamente le salió que “mi
partido ha demostrado ser transparente, que no se mancha las manos con ningún
dinero sucio”.
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