Emilio Ruiz
@opinionalmeria
➤ Como estamos en plena campaña electoral,
sometamos al lector a un ejercicio mental relacionado con el tema. Pensemos en
un municipio pequeño de la provincia. En cualquiera. En ese pueblo, como en
todos, hay tres elementos que puede parecer idénticos pero no lo son, si bien algunos
de ellos sí son coincidentes. En ese pueblo hay habitantes, que son las
personas residentes en el municipio. Hay empadronados, que son las personas
integradas en el padrón municipal y que, en teoría, deben de residir en el
pueblo, aunque no siempre es así. Y, fginalmente, hay electores, que son las
personas integradas en el padrón electoral, que está formado por los
empadronados mayores de edad que no tienen restringido su derecho al voto.
En Cóbdar hay 23 electores más que personas empadronadas (Foto: Loa) |
Hasta aquí, parece que todo está claro.
Ahora hagamos una pregunta: ¿Es posible que en un pueblo haya más empadronados
que habitantes reales? Si, es posible y, de hecho, la Oficina del Censo
Electoral está investigando a cuatro pueblos almerienses por inflar
artificialmente el padrón municipal con vecinos que no residen en el pueblo. El
objetivo es claro: que esos vecinos se incluyan en el censo electoral para votar
a determinado candidato y alterar de esa forma el resultado de las elecciones
municipales. Esos pueblos son Bayárcal, Cóbdar, Tahal y Urrácal.
Otra pregunta: ¿es posible que en un
pueblo haya más electores (personas con derecho a voto) que habitantes
empadronados? No, eso no puede ser, dirá usted, pues el censo electoral se crea
a partir del padrón municipal, que incluye a electores potenciales (personas
mayores de edad), pero también a niños. Imaginemos un pueblo en el que no hay
niños. Aún así, ¿podría haber más electores que empadronados? No, no, volverá a
decir usted, pues entonces habrá tantos electores como empadronados, pero ni
uno más.
Pues bien, hay en Almería tres pueblos que
tienen un padrón electoral de residentes (los residentes ausentes van por otro
lado) con más votantes que personas empadronadas. En Beires, 120 personas
pueden votar (porque aparecen en el censo electoral) cuando el número de
empadronados es 117, tres menos. En Castro de Filabres hay 125 votantes y solo
121 empadronados. Y en Cóbdar, el tema es escandaloso. Hay 164 personas con
derecho a voto cuando el padrón municipal solo tiene 143 habitantes. ¿Quién
conoce a estas personas? En los pueblos indicados, nadie.
Estas tres anomalías son ajenas a posibles
manipulaciones locales, pues,, como se sabe, mientras el padrón municipal parte
de los Ayuntamientos, el padrón electoral es realizado por la Oficina del Censo
Electoral. La Oficina del Censo Electoral ha incluido en estos tres pequeños
pueblos a personas que en realidad deberían estar inscritas en otro censo, no
se sabe en cuáles. ¿Los de Cóbdar, en Córdoba? Puede ser.
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