Vendo voto


José Luis
Raya de la Cruz

Como te decía, ya comienzan a calentar motores los partidos políticos y también los defraudadores, aunque, si te soy sincero, no sé muy bien quien es quien en esto de las elecciones. Viendo como se han desarrollado las elecciones al Congreso y al Senado, he decidido rentabilizar mi derecho al voto y estoy pensando en venderlo. No te lo creerás, pero antes de que retiraran los anuncios en casas de subastas se han llegado a ofrecer 400 euros por voto.


Sí, has entendido bien, estoy pensando en vender mi voto. Ya sé que no es legal, pero el procedimiento que voy a describirte tendrás que reconocer que es sencillo, claro y transparente. Se trataría de lo siguiente:

Solicito el voto por correo. Tengo que hacerlo personalmente y se comprueban mis datos. Recibo en mi casa el certificado de estar inscrito en el censo y los sobres y papeletas para votar. A cambio de dinero le entrego (al mejor postor) mi certificado y las papeletas electorales.

El comprador meterá la papeleta de su elección y la entregará en la oficina de correos. Como no le piden acreditación, es como si la hubiera entregado yo. La papeleta elegida por el comprador llegará a mi mesa electoral y será computada.

Aunque si quieres puedes oírlo de boca de la alcaldesa de un pueblo de Gran Canaria. Busca la grabación en la que se la oye dar instrucciones a un “conseguidor” , indicandole “tú tienes los DNI… y yo te mando a una persona para que haga todo de una sentada...”.

Estas actuaciones salen a la luz cuando alguien denuncia que ha visto en una oficina a un señor entregar 50 votos por correo; a que el candidato de un pueblecito de Almería denunciara que había empadronados en una ruina (una casa en ruinas) de su propiedad 150 personas a las que no conocía; que en Mojácar hubiera casi 200 votos por correo empadronados en dos infraviviendas; el Caso Melilla, el voto fantasma de Carboneras, con indulto incluido; el asunto del alcalde de Turre del 2015 entregando en mano 80 votos por correo; los votos fraudulentos en La Carolina denunciados... y un largo etcétera.

Y esos casos son sólo el ejemplo de que ocurre con frecuencia. Y mientras uno denuncia, el otro delinque y cuando este segundo denuncia es porque el primero hace lo propio; es decir, denuncian al contrario y lo hacen en otro sitio ellos. Todos corruptos, todos denunciantes.

Y sí, después de lo relatado, te sigues preguntando por qué pienso vender mi voto. La respuesta es fácil: estoy cansado de que la ley electoral permita que esto que planteo se realice impunemente. El fraude en el voto por correo se realiza tal y como te explico arriba y aunque las denuncias no son muchas, dado el número de elecciones que tenemos, esas pocas denuncias son la punta de un iceberg que de vez en cuando aflora y nos deja entrever lo corrupto del sistema.

Y lo más grave es que es fácil de corregir. Bastaría que se comprobara que el votante es el que entrega su voto al funcionario de Correos (bueno que esta es otra, cada vez hay menos funcionarios de carrera en correos) o se pidiera al que entrega los votos una autorización del elector (evitaría que alguien pudiera entregar 100 votos sin levantar sospecha o investigación). Pero nadie hace nada, todos callan, y yo estoy cansado de una democracia de cartón piedra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario