Antonio Felipe Rubio
Periodista
➤ Este titular, referido al actual periodismo, es como un escueto
arriate de margaritas en un extenso campo de amapolas. Y es que Cosentino ha
venido a “disturbar” lo que realmente interesa a la sociedad actual: Cataluña y
su procés, pactos de gobernabilidad, nuevos fichajes en la Liga, la Pantoja en
Supervivientes… Desgraciadamente, en una geografía con graves carencias
industriales, prima la evanescente presencia y escaso respaldo social brindado
al esfuerzo titánico que alcanza el triunfo y la excelencia empresarial.
Fracnisco Cosentino (Foto. Marcas Renombradas) |
Para las proporciones de Almería, una inversión privada de 719
millones de euros es un record histórico, especialmente si se acompaña de los
740 nuevos empleos que engrosan un nómina de los ya decenas de miles repartidos
por los cinco continentes. En apelación a las facilidades y dimensiones
económicas de la provincia, hay que recordar que el crecimiento industrial
(piedra natural, agricultura y turismo) ha tenido que luchar contra las
deficiencias y tardanza de las infraestructuras que habrían de acompasar, mejor
adelantarse, al crecimiento o nuevos asentamientos industriales. Recuerden, si
les alcanza la memoria, mermas históricas como la autovía del Almanzora, líneas
eléctricas de alta capacidad, agua, comunicaciones… y facilidades logísticas
para minorar los costes de transporte y, consecuentemente, facultar
estabilización en la competitividad ante mercados más aventajados en
infraestructuras.
Algún día, alguien glosará el “Milagro Cosentino” como una singularidad en un escenario poco agraciado para el éxito
Aquí todo cuesta más, y no me refiero sólo a nuestra desventaja en
facilidades logísticas. Algún día, alguien glosará el “Milagro Cosentino” como
una singularidad en un escenario poco agraciado para el éxito. Ha tenido que
ser el sacrificio personal y una gran dosis de credulidad en la potencialidad
de esta tierra lo que ha posibilitado éxitos homologables a la experiencia
Cosentino. Personas como Paco Cosentino han logrado aglutinar equipos humanos,
vanguardia tecnológica e implementaciones inéditas que han supuesto un indiscutido
referente en su especialidad.
Personas como José María Rossell también han alcanzado similares
hitos en industrias como el turismo. La firma Rossell es sinónimo de calidad y
personalidad que distingue a sus recintos turísticos nacionales e internacionales.
Y su éxito no sólo se refiere a los magníficos hoteles, también hay que citar
la perspectiva empresarial que avistó un horizonte complementario para fijar
emplazamientos lúdico-culturales: Museo del Cine, Mini Hollywood, Parque Oasys…
En las empresas que triunfan no sólo hay oportunidad de negocio,
suerte y acierto; es tremendamente necesario que exista “alma”, y eso es
patrimonio de las personas que emprenden con plena convicción y disposición a
afrontar y superar las dificultades, incluida la envidia; factor que
indefectiblemente aparece ante el éxito ajeno y que lacera las miserables
conciencias de envidiosos que denuestan hasta las muestras de generosidad
(donaciones de Amancio Ortega) y avizoran supuestas corruptelas en la
consecución del éxito.
Volviendo a los titulares de prensa, recientemente leí que la
agricultura almeriense podría obtener beneficios cifrados en 700 millones de
euros si el sector se organizase. Lamentablemente, en la agricultura hemos
perdido innumerables oportunidades que nos han demorado en la deseada
competitividad que nos habría brindado mejores comunicaciones de transporte,
agua y concentración de la oferta. Y, aunque el sector agrícola almeriense es
paradigma de sacrificio y superación, aún se echa de menos una voz que lidere
con nitidez y rotundidad para conseguir hacer fuerte la presencia de Almería en
los mercados internacionales y, de una vez por todas, alcanzar el tan reclamado
reto de la concentración de la oferta y el lobby que defienda al sector,
desacreditando los innumerables fakes que injustificadamente nos dedican
aquellos que nos perciben con dispersión y debilidad.
Por una vez -¡uf, qué gusto!- no menciono la política, los pactos,
intereses sectarios, el procés… Y, parece que a pesar de algunos políticos, las
empresas funcionan y hacen crecer la riqueza y el empleo, aunque algún
mequetrefe que parasita desde el poder no sepa lo que es generar un puesto de
trabajo y nos venga con sus monsergas de políticas sociales, creación de empleo
y generación de riqueza. Y estos semovientes, lamentablemente, son noticia
todos los días aunque ni producen, ni sienten, ni padecen… y, además, pretenden
ser acreedores del éxito ajeno. Va ser cierto en la política actual: “Si no vas
ayudar, por lo menos estorba. Lo importante es participar”.
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