Ana Mar, titulada en cante flamenco


Álvaro Hernández
Periodista

➤➤➤ Ana Mar es una mujer distinta. En los últimos años ha dejado de ser esa niña incapaz de perderse su cita con las saetas cada Semana Santa para pasar a ser la flamenca moderna de Almería, tanto por actitud como por su forma de vestir. Pero más allá de esta transformación personal, Ana Mar es una mujer distinta que, ante todo, ha dejado ya su nombre grabado en la historia de Almería: la hija del Niño de las Cuevas es la primera mujer almeriense que completa los estudios de cante flamenco. “Estoy contentísima, me siento muy orgullosa”.

Ana Mar (Fran Muñoz)

El camino no ha sido fácil. No en vano la titulación superior en estudios musicales por la especialidad de cante flamenco tan solo se estudia en dos conservatorios superiores de toda España: Murcia y Córdoba, donde ha obtenido su título Ana Mar. Todo ello, en una carrera de fondo de cuatro años en los que, como es habitual en ella, la cantaora y maestra de Primaria ha llevado la Almería de su corazón por bandera.
La almeriense siempre ha recurrido a cuestiones de su tierra a la hora de hacer trabajos en estos cuatro años
Para empezar, la almeriense siempre ha recurrido a cuestiones de su tierra a la hora de hacer trabajos en estos cuatro años. Pero, como colofón, el trabajo fin de estudios fue más almeriense que el cañillo de la Puerta de Purchena“Lo he hecho sobre los cantes de Almería: he propuesto una hipótesis de clasificación de los cantes de Almería”, explica Ana Mar. Se trató de un trabajo teórico práctico que culminó con un concierto en Córdoba en el que sonaron El Parral de Laujar, Las Arrieras de Dalías, El fandango de Almería, La Taranta Minera de Sorroche...

Y este solo es el principio, porque Ana Mar ha decidido no tener límites y ya ha posado su vista no ya en sus próximos estudios, sino en la que será su tesis doctoral. Por ahora, la flamenca almeriense va a terminar sus estudios en flamencología (la segunda de las tres especialidades en flamenco existentes a día de hoy en los conservatorios cordobés y murciano) y, además, va a arrancar en el máster de investigación del flamenco con la intención de hacer la tesis doctoral sobre los cantes de Almería.
Vendo Almería y barro para mi casa siempre, pero mi propia ciudad no se ha acordado de mí nunca, ni para el Festival de Flamenco, ni para Plazeando, ni para las Noches de la Alcazaba
“Sobre guitarra tenemos muchos investigadores, pero sobre cante no hay nada, hay muy poco escrito y es un tema muy interesante. Hay que poner Almería en valor, y nuestro cante y nuestro flamenco”, desmenuza la cantaora almeriense.

No contenta con todo ello, Ana Mar ha transcrito a las partituras los cantes almerienses algo que, sorprendentemente, no había hecho nadie nunca. Y, a pesar de todo ello, Ana Mar ha tenido que hacer frente a algo de incomprensión dentro del mundo del duende: “Hay muchísima gente que piensa que por saber música eres menos flamenco”, se lamenta Ana Mar.

También en su propia tierra tiene que batallar día a día, con trabajo y su propia voz, por hacerse un hueco en un panorama flamenco que parece no tener espacio para la primera mujer con estudios en cante flamenco. “Vendo Almería y barro para mi casa siempre, pero mi propia ciudad no se ha acordado de mí nunca, ni para el Festival de Flamenco, ni para Plazeando, ni para las Noches de la Alcazaba y me duele”, plantea. Quizás, cuando haga (más) historia y sea doctora en flamenco, todo cambie.

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