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Clemente Flores recupera la génesis de la figura turística del Indalo

Antonio Torres
Doctor en Periodismo

➤➤➤Uno de los embajadores más fieles de Mojácar en Madrid es Clemente Flores, el alumno aventajado del maestro Bartolomé Flores y del juez instructor del Crimen de Níjar, Ambrosio López. Su nueva publicación, Vida y milagros del dios Indalo, se encuentra este verano en la calle para que conozcamos el origen de la figura del Indalo.


Clemente Flores (Loa)


La obra narra la historia de una pequeña pintura que un profesor de historia de la Universidad de Granada, Manuel de Góngora,  encontró en la Cueva de los Letreros, en Vélez Blanco, antes de 1860 y de la que nadie se ocupó ni dio noticia, hasta casi un siglo después. De Góngora publicó Antigüedades Prehistóricas de Andalucía. Clemente Flores recupera la génesis.

“Una versión algo distorsionada del dibujo fue adoptada como logotipo-slogan por un grupo de pintores almerienses que lo bautizaron con el nombre de Indalo y ellos mismos compartieron nombre”. El recientemente desaparecido Fausto Romero-Miura trazó en Los Indalianos la importancia que tuvo el lanzamiento desde Mojácar de esa figura que para los antiguos del lugar “cura el mal de ojo”.

Fueron promotores iniciales del turismo mojaquero el jefe de la censura Juan Aparicio; el alumno aventajado de Luis Siret, Juan Cuadrado; Perceval y su guión de 1939, terminada la guerra, llevado al cine; Capuleto; Cañadas y Cantón Checa con “su mojaquera”, entre otros. A todos ellos, les encantaría la obra de Clemente Flores Montoya (Mojácar, 1942) quien se refiere al director del Museo Arqueológico de Almería, Juan Cuadrado, la primera voz que sonó en la inauguración de Radio Almería, en 1934, tal como subrayé en mi libro Soñar la Radio. Cuadrado mantuvo una estrecha amistad con el médico amante de la cultura el mojaquero Ginés Carrillo.

“Para añadir esoterismo al nombre, Cuadrado se inventó una relación del “muñeco” con Mojacar que, en aquellos años, era un pueblo apartado y perdido tendente a desaparecer. Cuando el grupo de pintores se separó, el nombre no cayó en el olvido porque Mojácar renació con el turismo iniciado con la inauguración del Parador y la obra del inquieto alcalde Jacinto Alarcón de aquellos años. El Indalo empezó a conocerse, unido al nombre de Mojácar”. 

“Al caso del Dios-Indalo se le pueden aplicar las palabras del poeta Nicanor Parra que dijo que no fue Dios quien nos creó a nosotros sino nosotros quienes lo creamos a él”. Sobre el símbolo,  Flores tiene una visión particular de luces largas. “No creo que deba ser el Indalo ni el sol de Portocarrero por ejemplo y creo que debería hacerse un concurso serio e internacional para elegirlo. Una vez elegido habría de patentarse y registrarse todos los derechos sobre él y destinar los ingresos a un fin benéfico social. ¿Te imaginas los millones que se hubiesen recogido si se hubiera hecho algo así con el Indalo? Sobre la marcha se me ocurre que debería ser un símbolo sobre nuestra historia o nuestra naturaleza del suelo y/o subsuelo. Ejemplo, los yesos de Sorbas o mejor aún la Geoda de Pulpí son elementos especiales y singulares de nuestra naturaleza e historia. Un logotipo sencillo de la geoda y un lema Almería, un mundo por descubrir, abriría una visión distinta y moderna”. Merece la pena plantearse la evolución de este municipio, eminentemente turístico, gracias a la impronta del citado alcalde Alarcón que supo rodearse de grandes asesores que vislumbraban el futuro. Una etapa difundida por la estrella televisiva del momento como Tico Medina, los personajes del cine y los promotores que contribuyeron a ensanchar el nombre de una ciudad en aquella época de hambre, silencio y emigración.

Clemente Flores, autor de otro libro de referencia Nacer en los cuarenta. Apuntes biográficos de un testigo de ayer y supervivientes de hoy enseña el origen de todo. Dice que su personaje favorito es el agua, clave para todo. “El estigma de las mujeres, un ejemplo la tía Canina,  con el cántaro en la cabeza desde la fuente a las casas. No llegaban coches de línea a mediados del pasado siglo. La ganadería, el esparto, los cítricos, la palma y la algarroba…El libro no es nostálgico sino cargado de una experiencia y sabiduría extraordinaria. Mojácar tiene sabiduría ancestral, pioneros en la agricultura sostenible”. Presidentes de Gobierno como el añorado Olof Palme o el último Pedro Sánchez y su rincón, como el fiel Jorge Pardo, el mejor músico europeo, en Aku Aku, hablan del embrujo que ya retrató Carlos Almendros, en 1970,  uno de los pioneros en escribir sobre Mojacar y su figura ancestral. Mojácar sabe de dónde viene. Ahí está la figura del pescador, el tío Amadeo, en fotografiado por un grande como Ontañón. Todos ellos observaron siempre a Mojácar la Vieja, en torno a la fuente más fotografiada de la provincia, en la que José González Núñez  retrató en La leyenda de Alabez y Garcilaso. Una historia tan vivida por soñada (2002). La actual Alcaldesa, Rosa María Cano, está empeñada en añadir a la oferta cultural el patrimonio que supone Mojácar la Vieja.” En La Fuente tuvo lugar el trascendental encuentro de la embajada católica con el Alcaide Alabez, de la que siguió la permanencia de los moros en Mojácar”, escribió.

El libro de Clemente Flores se presentará en Antas, el 22 de agosto, en un acto organizado por Argaria con la colaboración del Ayuntamiento. Intervendrá el autor y el impagable agitador Javier Irigaray que moderará el coloquio.

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