Álvaro Hernández
Evaristo Martínez
➤➤➤ De la tensión de un tiroteo
a la paz del mar. De lo lúgubre y oscuro del plan ¿perfecto? de un grupo de
enmascarados, ataviados con monos
rojos y caretas de Dalí, al ocre de una playa del Mediterráneo: así
presenta sus credenciales, a bocajarro y por sorpresa, Almería como escenario en la tercera temporada de ‘La
casa de papel’, producida por Netflix.
Si la ficción creada por
Álex Pina (la serie de habla no inglesa más vista en la plataforma) se
construye sobre un catálogo de personajes con nombres de capitales del
mundo, Almería ya forma parte del
imaginario de una producción que ha robado el sueño a la aldea global.
Fotograma de 'La casa de papel", con la iglesia de Las Salinas de Cabo de Gata, al fondo (Netflix) |
Todo ello, tras un rodaje
que, pese a su estela mediática y a la presencia de Álvaro Morte, pasó inadvertido por la Playa de las Salinas de
Cabo de Gata. Todo comenzó hace algo menos de cinco meses, con un plan perfecto -como trazado por
el mismísimo ‘Profesor’- y medio batallón cinematográfico en el mismo paisaje
por el que guerreó ‘Patton’, se buscaron a sí mismos los personajes de ‘Vivir
es fácil con los ojos cerrados’ y quemó neumáticos Jamiroquai. “Rodamos en Cabo de Gata el
20 de marzo de 2019”, cuenta Nacho Fernández, director de producción
nacional de ‘La casa de papel’.
Para filmar esas dos secuencias llegó hasta Almería toda una unidad de rodaje completa, “un equipo de unas 50 personas entre equipo técnico y artístico” (sorpresa: no solo vino Álvaro Morte).
Quedaban entonces menos de
cuatro meses para el estreno y la elección
de Almería como lugar del rodaje no era, ni mucho menos, casual:
“El principal motivo para elegir Cabo
de Gata fue, aparte de la estética, que nos cuadraba perfectamente
con lo que estábamos buscando: una
playa orientada a favor de la luz solar, y de todas las zonas que nos
venían bien por orientación la que más nos gustó fue donde rodamos, en la zona
de la Fabriquilla”, expone.
En el plano narrativo, y sin
ánimo de practicar el destripe, la playa permite al ‘Profesor’, personaje que
ha lanzado a la fama al gaditano Álvaro Morte, tomar aire al son de ‘Another
sunny day’, de Belle and Sebastian. Un (momentáneo) oasis de paz, con la iglesia salinera de testigo, en
su partida de ajedrez contra el sistema.
Si el paisaje no se eligió
al azar, probablemente marzo tampoco fue un mes cualquiera en el calendario. No
en vano, Morte abrió las XXXVI Jornadas de Teatro del Siglo
de Oro de Almería días después del rodaje -el 25 de marzo- con
un encuentro con estudiantes y la representación en el Apolo de la versión de
‘El Lazarillo de Tormes’ que él mismo dirige. Apenas unos días antes, el ‘Profesor’ estaba oteando el mar antes de la
tormenta.
“Solamente teníamos que
rodar dos secuencias de dos
capítulos”, recuerda Nacho Fernández (en referencia a los capítulos 3 y
5 de esta entrega). “El rodaje nos llevó una jornada pero nos desplazamos el
día anterior y volvimos para Madrid al día siguiente, así que estuvimos tres
días allí”, dice. Para filmar esas dos
secuencias llegó hasta Almería toda una unidad de rodaje completa, “un equipo de unas 50 personas entre
equipo técnico y artístico” (sorpresa: no solo vino Álvaro Morte).
Pero rodar en Almería
tampoco se debió exclusivamente a la orientación de nuestras playas. En
realidad, los padres de ‘La casa
de papel’ y esta tierra son viejos conocidos, como plantea Nacho
Fernández. “Ya en el pasado habíamos rodado allí, con lo que teníamos gran
parte del trabajo avanzado en proveedores, hoteles...”, cuenta. Así es: ‘Los
hombres de Paco’ y ‘Vis a vis’, otras dos series de la factoría de Álex Pina
que tienen, como ‘La casa de papel’, a Jesús Colmenar entre sus directores,
eligieron escenarios tan icónicos
como el Cortijo del Fraile y La Isleta del Moro.
De este golpe de efecto, y
perfecto para Almería, queda un botín, que irá a más: casi 35 millones de hogares en todo el mundo
vieron los nuevos episodios de ‘La casa de papel’ en su primera semana en
Netflix. Del total de su metraje, algo más de un minuto muestra la
apacible belleza de Las Salinas. ¿Son conscientes las instituciones -Ayuntamiento,
Diputación, Junta- de lo que costaría un anuncio de esa duración capaz de
llegar a tantos espectadores a la vez? El ‘Profesor’, en cuya mente no cabe la
improvisación, seguro que tendría la
respuesta.
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