Manuel León
Periodista
María Alonso
Alonso, almeriense de Santa Fe de
Mondújar, salió en 1939 por la frontera francesa camino del exilio,
huyendo de una guerra en la que le tocó trabajar como enfermera en el bando de
los perdedores. Tras azares y avatares desgraciados y por
su colaboración en la resistencia francesa contra los alemanes, fue apresada y
acabó con sus huesos en el campo de concentración de Auschwitz, donde murió de hambre un día de febrero
de 1943. María Alonso fue la única mujer de la provincia -que se sepa hasta
ahora- que falleció en un campo de concentración alemán. Su nombre, en letras
digitales, apareció por primera vez en la edición del Boletín Oficial del
Estado del pasado viernes 9 de agosto, junto con el de 145 nombres más de
varones almerienses malogrados en los campos nazis hace ahora más de 70
años.
146 almerienses (eldiario.es) |
No tuvieron la suerte o la capacidad de
supervivencia de otro centenar más de urcitanos que sí tuvieron la posibilidad
de escapar de ese horror y vivir para contarlo, los dos últimos Joaquín Masegosa Rodríguez y Antonio
Muñoz Zamora, fallecidos en 2001 y 2003 respectivamente.
La mayor parte de estos nombres olvidados
-131- que ya casi que no suponen nada para nadie, que los engulló el paso del
tiempo, que fueron quemados en hornos de calcinación a miles de kilómetros de
su pueblo, penaron en el campo de Mauthausen (hoy Austria) y en su satélite de
Gusen. El resto -15- lo hicieron en Dachau, Auschwitz, Hartheim, Neuengamme,
Leitmeritz.
Forman parte, estos
malaventurados almerienses, de los 4.427 nombres españoles que han salido a la
luz en el Boletín por la decisión del Gobierno en funciones de Pedro Sánchez
para darles publicidad y que los familiares interesados puedan practicar
alegaciones o correcciones en el plazo de un mes, a través del Ministerio de
Justicia.
Durante años, todos estos miles de
apellidos y nombres de pila estuvieron arrinconados en unos viejos libros en el
Registro Civil madrileño de la calle Montera de Madrid. Miles de pequeñas
historias personales, engullidas por un manto de olvido tras ser víctimas de
los crímenes del nazismo.
La mayoría fueron almerienses republicanos
que lucharon en dos guerra -la española y la francesa- y que acabaron en el
peor sitio del mundo en esos días: los campos de exterminio nazi. Se busca
también con esta iniciativa administrativa que los descendientes puedan
inscribir las defunciones de sus deudos en el Registro Civil y devolverles así su
dignidad.
En la publicación de estos nombres, ha
colaborado un grupo de investigadores dirigidos de la Universidad Complutense
para ir puliendo posibles errores de fechas y apellidos. A los 4.427 nombres
que aparecen en los libros de registro, se han añadido 695 más tras el trabajo
de los historiadores, aunque el trabajo nunca se puede saber con precisión si
está completo, tras contar con el apoyo de la asociación Amical Mauthausen.
Se sabe que algunos de los hijos y nietos
de los asesinados en esos campos alemanes, que lo pudieron acreditar,
recibieron a partir de 2006 pequeñas compensaciones económica del Gobierno
francés por su participación en la defensa del país durante la II Guerra
Mundial. El principal investigador almerienses durante los últimos años de los
almerienses que penaron en campos alemanes es el virgitano José Sedano, quien
elaboró la primera lista de almerienses que pasaron por ese holocausto en el
pasado siglo XX.
Hasta que los campos de Mauthasen
y Gusen fueron liberados por las tropas americanas el 5 de mayo de
1945, algunos de esos almerienses supervivientes tuvieron un papel destacado
para que el genocidio no se olvidara.
Fue el caso de Jacinto Cortés, un pechinero del Komando
Poschacher, que con solo 19 años consiguió esconder en un cuenco de
leche los negativos de las fotografías que de ese horror diario iba
haciendo Francisco Boix, el
fotógrafo catalán preso en Mauthausen, que declaró en el juicio de Núremberg y
cuyo testimonio gráfico fue clave para demostrar la barbarie cometida por los
SS.
También está documentado por las
fotografías que fue el gadorense Juan
Camacho Ferrer, el liberado que derribo el águila alemana que presidía
el pórtico de piedra del campo de concentración de Mauthasen.
Los 146
No hay comentarios:
Publicar un comentario