Pedro Perales Larios
Historiador
⏩ Hay bastantes teorías y cierta
desinformación sobre el número de pozos que existieron en Sierra Almagrera. La
verdad es que es muy difícil concretar el número exacto de los mismos, por no
decir imposible, pero podemos intentar una aproximación siguiendo los trabajos
publicados por los tres principales estudiosos de la minería en esta pequeña
sierra del Levante Almeriense, a saber, Andrés Sánchez Picón, Antonio Molina
Sánchez y Enrique Fernández Bolea, si bien es el segundo quien se atreve a
conjeturar de forma más explícita un posible número, y es a él al que voy a
seguir más específicamente.
Pozo en Sierra Almagrera (Foto del autor) |
Previamente a la expresión de los números y como argumento que nos ayudará a
una mejor compresión, conviene saber que inmediatamente después de hacerse
público a finales de 1838 el descubrimiento en el barranco Jaroso de un rico y
portentoso filón de galena con un muy alto tenor de plata, se produjo una
auténtica fiebre por dar con el mineral similar a la que la industria
cinematográfica americana popularizó a raíz del descubrimiento de oro en aquel
"salvaje oeste". Ello hizo que se produjera una vertiginosa carrera
por solicitar registros que perseguían la consecución de sus correspondientes
demarcaciones y concesiones para excavar una mina. A esto hay que sumar la
facilidad que la Ley de Minas de 1825 daba a quienes buscaran una concesión, ya
que era suficiente para conseguirla que el solicitante tuviera cuatro
empleados, hubiera perforado un pozo de 10 varas (8'50 metros aproximadamente)
y hubiera presentado la solicitud dentro de los primeros 90 días.
Fue tal el grado de ansiedad por hacerse rico que sólo cuatro años después de haberse descubierto el filón ya se habían realizado 18.000 solicitudes de registro minero
En consecuencia, fue tal el grado de ansiedad por hacerse rico que sólo cuatro
años después de haberse descubierto el filón ya se habían realizado 18.000
solicitudes de registro, y, aunque después continuaran haciéndose, lo cierto es
que la sierra sólo daba para 1.740 demarcaciones, así que éste fue el número de
las que realmente se hicieron. No obstante, todas estas demarcaciones no
llegaron a convertirse en minas (concretamente en la vertiente de mar de la
sierra fueron pocas las que lo hicieron), dando como resultado final sólo 350
en la historia de esta minería.
Por otra parte, siguiendo a los estudiosos mencionados, sabemos que cada mina
tenía como mínimo dos pozos: el pozo maestro, principal o de extracción, que
era por el que entraba y salía todo lo que no fuera el personal, y el pozo del
escalado o pozo de escalas, que era el utilizado por las personas. Había
algunas minas que, por la longitud del filón que explotaban tenían dos pozos
maestros, y, según Antonio Molina, hubo unas pocas que llegaron a tener tres,
ya que era más rentable excavar un nuevo pozo de extracción antes que acarrear
el mineral por largas galerías hasta el primer pozo maestro. Sumando todos
estos pozos tendríamos una cantidad que difícilmente alcanzaría los 1.000.
Suponiendo que cada mina tuviera un pozo para respiración, el número anterior
se vería incrementado en 350 más, a los que habría que sumar también un número
indeterminado de otros pozos de 10 varas que se excavaron sólo con el propósito
de especular y estafar a los ávidos por poseer acciones en el famoso barranco
Jaroso de la pequeña y rica Almagrera, si bien estos últimos pozos no debieron
sor muy numerosos dada su naturaleza espuria y que, en su gran mayoría, sólo se
hicieron en los cuatro primeros años. Siendo generosos y muy optimistas,
concederemos a esta última modalidad un número igual al de minas reales, lo que
no creo que sucediera, pero que apunto por el simple deseo de que salga el
número redondo de 1.700 pozos en total, que es la conjetura que más puede
aproximarse a la realidad y no los 2.000, 3.000, 4.000 o más que en algunas
ocasiones oímos o vemos mencionados.
Adentrarse en Sierra Almagrera puede resultar peligroso si no se hace con conocimiento la debida precaución, pues es un "auténtico colador", como escribió Antonio Molina Sánchez
En cualquier caso, no quiero concluir sin advertir que
adentrarse en Sierra Almagrera puede resultar peligroso si no se hace con
conocimiento de esta realidad y de la debida precaución, pues, con
independencia de que sea mayor o menor el número de pozos, lo que no podemos
negar es que es un "auténtico colador", como escribió Antonio Molina
Sánchez, quien –como dato curioso– conjeturó que, si unimos por sus extremos
todos los pozos de la sierra, tendríamos uno de 200 km. de profundidad, y, si
hiciéramos lo mismo con todas las galerías, construiríamos una de 500 km. de
longitud. Original ocurrencia, ¿verdad?
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