Emilio Ruiz
@opinionalmeria
➤➤➤ No ha sido ninguna sorpresa para nadie la venta por Alfonso García
Gabarrón del 96 por ciento de las acciones que poseía en la Unión Deportiva
Almería. Como era de dominio público, y el mismo presidente confirmó en la
rueda de prensa de su despedida, hacía bastante tiempo que las acciones andaban
por el mercado en busca de comprador. Pretendientes nunca han faltado –más de
cien, reconoció García Gabarrón-, pero la realidad es que, hasta ahora, nadie
había venido con un cheque bancario en la mano. Era esto, el cheque bancario,
lo que determinaba el fin de la operación y no la viabilidad del proyecto
futuro, como manifestaba insistentemente el exmandatario.
Turki Al-Seick, propietario del Almería, con Mohamed Al-Assy, nuevo director general, en Almerímar, tras la firma del contrato de compraventa (Loa) |
Hay que recordar que la idea inicial del empresario murciano era
mantener a la Unión Deportiva dentro de su entramado industrial familiar. El
propósito naufragó hace unos años cuando el que se vislumbraba como heredero de
la parcela deportiva, su hijo Alfonso, no mostró demasiado interés por
continuar la senda de su padre en un mundo, el futbolístico, que difiere
bastante de cualquier otro tipo de negocio. Lorena García, por su parte, se
siente más cómoda en la órbita de la representación que en la batalla del día a
día. Tampoco ha resultado ninguna sorpresa que el comprador sea un jeque árabe.
Son las fortunas árabes y chinas las únicas que están apostando por inversiones
en el fútbol español.
Al-Sheikh llegó a tener dos equipos a tiro de piedra: el Granada CF y el francés Amiens Sporting Club, pero en ambos casos las negociaciones no llegaron a fructificar por considerar los asesores del saudí que había cierta opacidad en las cuentas presentadas por ambos clubes
Compraventa en tiempo récord. Lo que sí ha sido sorprendente es
la rapidez con la que se ha cerrado la operación. No es habitual que una
operación mercantil de esta envergadura se lleve a término en tan solo unos
días. Muy claras debe haber visto Turki Al-Sheikh las cuentas del Almería para
desembolsar el dinero sin haber tenido siquiera tiempo de haber analizado y
contrastado detenidamente la “due diligence” elaborada por el equipo
administrativo de Alfonso García. Bien es verdad que había un elemento que
condicionaba la premura de la operación: el comienzo de la temporada. El
acaudalado saudí tenía especial empeño en hacerse con un club europeo para esta
temporada. Llegó a tener dos equipos a tiro de piedra: el Granada CF y el
francés Amiens Sporting Club, pero en ambos casos las negociaciones no llegaron
a fructificar, no por falta de disponibilidad económica o interés, sino por
considerar los asesores del saudí que había cierta opacidad en las cuentas
presentadas por ambos clubes. Algo debía haber, al menos en el caso de Granada,
cuando ahora se ha conocido que LaLiga ha reducido su límite salarial a algo
más de cuatro millones de euros.
Los 20 millones, un invento. Alfonso García no ha querido desvelar
el importe de la operación. La mayoría de los medios han establecido una cifra:
20 millones de euros. No se ajusta a la realidad. Es una cifra inventada por un
periodista en un corro de colegas, reconocida por él mismo a este articulista.
La realidad no ha sido revelada. Dice el expresidente que “por respeto a otros
accionistas”. Es una explicación peregrina, evasiva, pues los otros accionistas
del Almería son muy minoritarios y están demasiado atomizados como para
preocuparse por el negocio realizado por García. A este propósito, resulta
extraño que algunos medios informen de que, además de los 20 millones,
Al-Sheick se ha hecho cargo de una deuda de 7 millones. Es otra tontería, dicho
sea con respeto. La compraventa se ha realizado sobre un porcentaje de acciones
de una SAD (Sociedad Anónima Deportiva), y ésta tiene su activo y su pasivo,
como cualquier otra sociedad.
Al-Sheikh fue también propietario del Pyramids F C |
¿Con qué ánimo ha cogido la afición almeriense la operación
realizada entre Alfonso García y Turki Al-Sheikh? La incertidumbre es inevitable. Por
experiencia cercana: Al-Thani también llegó a Málaga con un fuerte alarde económico.
Después se vio que, tras esa generosidad, se escondía la pretensión de crear un
emporio mercantil en torno a los puertos deportivos de Marbella y Málaga. No parece ser éste el caso del jeque saudí,
que piensa centrar su negocio en Almería a la sola gestión de la Unión
Deportiva y los elementos complementarios que ello conlleva, como es la
construcción de la Ciudad Deportiva.
Fue propietario del Pyramids FC. Turki Al-Sheikh une
a su cercanía a la Corte Real del Reino de Arabia Saudita cierta experiencia en
la gestión de un club de fútbol. Hasta el pasado mes de febrero –que vendió al inversor emiratí Salem Saeed al
Shamsi- ha sido propietario
del egipcio Pyramids FC. En este equipo no ha ahorrado medios económicos. Llegó
a primar a jugadores, cuerpo técnico y utilleros con 18.000 dólares por vencer al Al Ahly,
el equipo más representativo del país. Hizo fichajes por más de 40 millones. La
impaciencia tampoco le ha sido ajena. En un año el Pyramids tuvo cinco
entrenadores.
En
la rueda de prensa del pasado miércoles en la sede del club, previamente a la
despedida del hasta ahora presidente, Alfonso García Gabarrón, tuvo una breve
intervención Mohamed Al-Assy, el hombre que Al-Sheikh ha designado como
director general del Almería. “Tenemos un proyecto ambicioso para el Almería en
los próximos tres años”, es lo único importante que se le oyó decir. La afición
anda deseosa de conocer ese proyecto.
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