Miguel Ángel Vázquez
Senador del PSOE
⏩Dejemos clara una premisa de partida: el acceso a la cultura ha de
ser universal y, por consiguiente, nadie por razones de dificultad económica
debe encontrar obstáculos para conocer, formarse y desarrollarse a través de la
cultura. En este punto, hay una cierta unanimidad en todo el espectro
ideológico. La cultura es un instrumento de transformación social y desde la
instituciones públicas se ha de hacer todo lo que esté en su mano para que
nadie se quede atrás en el disfrute de la cultura. Con ella y gracias a ella,
se construyen sociedades más abiertas, más solidarias, más tolerantes, más
avanzadas...
Alcazaba de Almería (Loa) |
Ya no hay tanto consenso sobre la
gratuidad o no de la cultura promovida desde instancias públicas. Resumiendo
muchas las posiciones: hay una parte de la sociedad que sostiene que la cultura
no debe suponer un desembolso alguno al ciudadano, la sitúa como un derecho
fundamental como puede ser la sanidad o la educación públicas; otra que
defiende que lo que no se paga, no se valora. Cada de esta posturas blande
razones y argumentos de peso. Inclinándome por una visión aristotélica, quizá
la virtud estén el punto medio: que exista una política de precios públicos
justa y progresiva que obligue sólo a pagar en los espacios públicos a quienes
pueden y bonifiquen a los sectores más vulnerables (jóvenes, estudiantes,
parados, pensionistas con rentas bajas y familias en riesgos de exclusión,
entre otros posibles).
Como ex consejero de Cultura, el cobro de una cantidad simbólica es una medida con la que es difícil no estar de acuerdo si lo recaudado va realmente a la conservación del patrimonio
Hago todo esta reflexión al hilo
de la propuesta de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía de cobrar
la entrada a museos, conjuntos arqueológicos y otros espacios de titularidad
autonómica una entrada "simbólica" de 3 euros. En mi modesta opinión,
como ex de este departamento, es una medida con la que es difícil no estar de
acuerdo si lo recaudado va realmente a la conservación del patrimonio. Lo único
es que hay garantizar el acceso universal con salvaguarda para los que más lo
necesitan.
En la etapa que tuve el honor y
la inmensa suerte de ser consejero de Cultura, ya planteamos en varias
ocasiones el debate sobre la gratuidad o no de los espacios culturales y
patrimoniales gestionados por la Junta de Andalucía. Es un asunto que hay que
abordar desde el diálogo y el acuerdo y no con decisiones unilaterales. Por lo
tanto, el primer paso sería promover una discusión rigurosa con los agentes
culturales y alcanzar un consenso social y político en torno a una medida
que va en la línea en lo que se hace en cualquier parte del mundo. Ya en
espacios gestionados por la Junta, como la Alhambra, se cobra a todos los
usuarios, con descuentos a determinados grupos. También en el Centro Andaluz de
Arte Contemporáneo, pero un tarifario más asequible.
Antes de las elecciones del 2 de
diciembre, el equipo socialista en la Consejería de Cultura habíamos analizado
profundamente la situación y teníamos algunas ideas para poner sobre la mesa
para la discusión: no cobrar por la visita a la colección permanente de museos
ni conjuntos, sí poner un precio público razonable por las exposiciones
temporales y actividades extraordinarias, que suponen un enorme esfuerzo del
personal y también presupuestario (por ejemplo, las dos grandes exposiciones
del Año Murillo en el Bellas Artes de Sevilla) y elevar la entrada hasta los 6
euros para los visitantes de fuera de la UE (actualmente pagan 1,5 euros,
cuesta más el dispositivo humano y técnico para cobrar que lo que realmente se
recauda).
Si finalmente el actual gobierno decide cobrar por entrar, está obligado a hacer un cambio profundo del modelo de gestión. Sólo los centros con gestión diferenciada o autónoma gestionan su recaudación
Si finalmente el actual gobierno
decide cobrar por entrar, está obligado a hacer un cambio profundo del modelo
de gestión. Sólo los centros con gestión diferenciada o autónoma gestionan su
recaudación, el resto, que supone la inmensa mayoría, se rige por el sistema de
caja única y todo lo que se ingresa va a la cuenta general de la Junta. Queda
mucha tela por cortar y si finalmente sale adelante esta medida, habrá que
estar atentos que lo ingresado por cultura sea reinvertido en cultura y que no haya
nadie que se quede sin cultura por razones económicas.
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