Elías Bendodo, el makinavaja de San Telmo


Miguel Ángel Vázquez
Senador del PSOE

⏩ El Gobierno de las derechas en Andalucía se rige por la máxima de "miente que algo queda". Ante la falta alarmante de gestión de un gabinete inerme y sin ambición, toda su producción se reduce a la creación de bulos bajo el mantra de la herencia recibida de la etapa socialista. Cero patatero en gestión y toda la maquinaria puesta al servicio de la producción de mentiras, patrañas y artificios injuriosos. Al frente de la fábrica de mercancía averiada para tapar las carencias de estos nueve meses inanes está Elías Bendodo, consejero plenipotenciario y manijero mayor del Palacio de San Telmo.

Elías Bendodo (Loa)

Bendodo es el muñidor de la propaganda. De la propaganda de peor estilo y que sólo pretende influir torticeramente en la opinión pública. No puede vender lo bueno de la gestión de su gobierno porque no hay nada a lo que sacar lustre. Dedica todas sus valiosas horas a engendrar falsedades sin importarle la verdad y el daño gratuito que pueda causar a determinadas personas. Opera con el cálculo y la flema de un killer (hablando en términos políticos). Es un profesional frío que cumple sin ningún sonrojo ni remoción de conciencia el papel que le ha correspondido. Todo un Rasputín, como lo ha definido Teodoro León Gross, un trilero institucional o el ministro de propaganda, en palabras de otros dos veteranos periodistas curtidos en mil batallas. Yo, con respeto, lo dejo en un Makinavaja de barrio pijo.
Se dedica a fabricar señuelos esperando que los medios de comunicación no le descubran la trampa y piquen
Se dedica a fabricar señuelos esperando que los medios de comunicación no le descubran la trampa y piquen. El último montaje, con tiro por la culata incluido, es el de las campañas de vacunación contra la gripe. La semana pasada acusó a la administración anterior de haber inflado la lista de vacunados para mejorar la posición andaluza en el ranking nacional. Hoy, en una nueva pirueta, sostiene que se han perdido 1,8 millones de dosis, valoradas en seis millones de euros, con datos manipulados que los periodistas no se han dejado colar. Le han descubierto la trampa. Sólo pretendía desviar la atención del lío que tienen montado en la sanidad pública. Con agentes del sector, muy próximos siempre al PP, que ahora están en la calle protestando por las carencias y reivindicando mejoras del sistema.

El Gobierno de las derechas debe pasar esta página tan mediocre del revanchismo. Y en lugar de gastar tantas energías para engañar a la gente, que se dedique de una vez por todas a trabajar. Si es que sabe...

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