Francisco Ripoll
Concejal del PSOE
Perplejo y sorprendido me quedé cuando el pasado
viernes acudí al encuentro previsto en el Ayuntamiento de El Ejido por parte de la Mesa de
Trabajo de Discapacidad y Sensibilización, en la que están presentes colectivos
y representantes municipales, pero a la que no pude asistir como
representante socialista. Y es que la reunión se llevó a cabo en la sala de comisiones, una
zona completamente inaccesible para una silla de ruedas, debido a unas grandes
escaleras y a la ausencia de plataforma, que se ubica en una extensión de la
segunda planta del Ayuntamiento.
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Cuando llegué a la segunda planta
estuve charlando con los miembros de la
Mesa y varios me preguntaron que cómo iba a acceder al lugar de la reunión,
pero yo esperaba que al menos se eligiera otra ubicación a la que pudiera
acceder con mi silla. Sin embargo, lejos de ofrecerme alternativas o
soluciones a esta lamentable situación a nivel municipal, se me dijo que la
reunión no se iba a cambiar de lugar de celebración porque la sala ya estaba
pedida, y se me invitó a entrar por la puerta de atrás, algo que por dignidad
no pienso hacer.
No es comprensible que el Ayuntamiento de El
Ejido, que es la casa de todos los ejidenses, no esté adaptado, pero lo es
menos aún que yo lleve siendo concejal desde principios de año y aún no haya
podido acceder ni siquiera al despacho del Grupo Municipal Socialista que se
encuentra en el mismo espacio municipal, y donde además existe el único aseo
adaptado, algo a todas luces cuanto menos paradójico.
Por si esto fuera poco, no es normal que en una mesa de trabajo
que es para hablar de discapacidad y sensibilización se tenga tan poca
sensibilidad hacia las personas con movilidad reducida, valga la redundancia, y
después se exponga como asunto prioritario la creación de un calendario de
actividades para conmemorar el Día de la Discapacidad.
Antes de que se desarrollara el
encuentro sí que tuve tiempo de mostrar varias fotografías a los diferentes
miembros de la Mesa, sobre el estado actual que presentan las calles Ponce de
León y Magallanes en el barrio de Santo Domingo tras sufrir obras de
remodelación y mejora. No me parece normal que unas aceras que contaban con
rebajes se hayan quedado sin los mismos, y que no solo las personas con movilidad
reducida, sino también las personas mayores o que vayan con carritos, no puedan
ni subir ni bajar de las aceras y, por tanto, no puedan acceder a estas
calles.
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