Pedro Manuel de la Cruz
Director de La Voz de Almería
⏩Hace unos días mantuve una interesante
conversación con dos responsables políticos de la provincia pertenecientes a
estructuras institucionales distintas y distantes políticamente. De forma no
premeditada surgió en la conversación el problema del cultivo de marihuana en
la provincia, su realidad presente y la amenaza de sus consecuencias futuras.
Las opiniones que siguen a continuación son una transcripción libre de esa
conversación sobre un tema que ya ha superado los limites de lo inquietante
para adentrarse en la cercanía de lo alarmante.
“Durante los últimos veranos las monjitas
del barrio organizaban comedores donde los niños podían ir. Era una forma de
ayudar a sus familias y garantizar una alimentación saludable y equilibrada
para aquellos que, por su situación económica, podrían tener dificultades.
Siempre ha funcionado. Lo sorprendente es que este año, este ultimo verano, no
ha ido ningún niño o prácticamente ninguno. ¿Que por qué? Muy sencillo; los
ingresos por el cultivo de marihuana han disminuido, hasta eliminarla, esa
necesidad de acudir al centro para desayunar o comer. Los ingresos de sus
padres han aumentado y ya no es que no necesiten esa ayuda, es que ahora,
además de comprar comida, pueden comprarse unas deportivas o un televisor
ultimo modelo. El nivel de consumo en ese barrio, como en otros de la capital,
ha aumentado de forma muy notable, un aumento que no solo beneficia a quienes la
cultivan, sino a todo el entorno. Todos los comercios se benefician, desde la
pequeña tienda de ultramarinos hasta los que venden electrodomésticos, ropa o
material deportivo. El dinero que produce la marihuana, de una u otra forma,
llega a todos y esa circunstancia ´globalizadora´ hace que nadie mueva un dedo
para acabar con la situación. Nadie se atreve a denunciar lo que está
sucediendo y donde sucede. Unas veces por miedo, otras por interés, pero se
impone la ley del silencio. Es verdad que esos mismos vecinos que callan son
los mismos que cada día sufren los cortes de luz provocados por los enganches
ilegales y, ante estos sabotajes a la red eléctrica, optan por quejarse a
Endesa, al ayuntamiento o a quien sea; a quien sea, menos al que realmente los provoca.
Mira, hace unos días, se desmantelaron 48 enganches ilegales. Bueno, pues en
apenas unas horas, ya estaban otra vez ´restablecidos´. Es un tema muy complejo
porque es verdad que las fuerzas de seguridad pueden entrar en una calle, en un
barrio o en varios barrios y desmantelar decenas de esas instalaciones, pero
hay que medir las consecuencias que tendría una operación global a gran
escala.
Hasta ahora el tipo penal con que puede condenarse a quien se dedica a este negocio es tan leve que no es que no le temen, es que no lo tienen casi en consideración
Hasta ahora el tipo penal con que puede
condenarse a quien se dedica a este negocio es tan leve que no es que no le
temen, es que no lo tienen casi en consideración. Entran por la puerta del
juzgado y salen por otra. El Código Penal no contempla con contundencia esta
situación; y no lo contempla porque, cuando se ha modificado, esta realidad era
prácticamente inexistente. Es preciso una modificación que lo adecue a la
realidad que estamos viviendo, no solo en Almería, sino en otras muchas
provincias. Almería ´suena´ más por su calidad, pero hay otras capitales, como
Málaga o Granada, donde el cultivo es mayor.
La Policía y la Guardia Civil están
haciendo un gran trabajo y ahí están los resultados que se obtienen cada
semana, las operaciones que se hacen, pero es imprescindible que exista un
mayor rigor penal.
Hay que cortar esta realidad, desde la raíz porque, si no se hace, dentro de unos años esta delincuencia que ahora parece menor se habrá convertido en un gran problema
Como también hay que tener en cuenta una
cosa que no es de menor importancia y que la inmensa mayoría de los ciudadanos
desconoce. Al obtener esos importantes ingresos por el cultivo de ´maría´, los
delincuentes que tienen ahí su ´negocio´ han abandonado la comisión de los
delitos que antes cometían. Si con el cultivo de ´maría´ obtengo miles de
euros, por qué me voy a arriesgar al tirón, a robar un coche o entrar en una
casa si la pena de años de cárcel puede ser mayor y el posible botín menor, se
preguntan. Y su respuesta incide directamente en el nivel de ese tipo de actos
delictivos. Toda acción tiene unas consecuencias y, cuando se actúa, hay que
valorarlas una a una y todas en su conjunto.
Lo que no podemos hacer es quedarnos como
estamos. Hay que cortar esta realidad, desde la raíz porque, si no se hace,
dentro de unos años esta delincuencia que ahora parece menor se habrá
convertido en un gran problema, habrá nacido una mafia en la que cada grupo,
cada familia será dueña de un barrio y dentro del barrio de una calle y, mas
pronto que tarde, acabarán enfrentándose entre ellas produciendo situaciones de
extrema gravedad. En Almería ya ha habido varias víctimas por estos
enfrentamientos, pero esto ha sido solo el inicio. Si no se actúa rápido el
cultivo de marihuana acabará siendo la semilla de una industria delictiva que
nadie sabe hasta dónde puede llegar, pero lo que sí sabemos es que no va a
llegar a ningún sitio bueno. Parece un sarcasmo, pero la mala hierba hay que
cortarla de raíz".
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