Juan Torrijos
Periodista
Señor De la Cruz
Belmonte, si en este país tuviéramos políticos de altura, usted tendría
que haber dimitido tras la muerte de un vecino de Olula del Río. Lleva más de
un año en el cargo como delegado de Salud en Almería y debería haber arreglado
algunas de las barbaridades cometidas por el PSOE a lo largo de los treinta y
ocho pasados. Los socialistas fueron los que dejaron a los pueblos sin médicos
durante muchas horas; de las veinticuatro del día, veintidós sin galeno. Ellos
fueron los que centralizaron los centros de salud, las ambulancias. Fueron
ellos los que dejan un día a la semana para que vaya el pediatra a algunos
pueblos, más de uno y de dos. Podemos y debemos reconocer que ha sido un
desastre la política del PSOE de cara a los pueblos en estos años en que hemos
estado bajo su bota, pero llegan ustedes y ¿qué hacen? Nada. Los pueblos siguen
con médicos dos horas al día, los centros de salud tiene un solo médico de
guardia, las ambulancias a kilómetros de las enfermos y las madres esperando a
que el niño se les ponga enfermo el día que le toca ir al pediatra. Dimita, señor Belmonte, empieza a ser usted una cruz para los viejos de los pueblos.
Juan de la Cruz, delegado de Salud, con la delegada del Gobierno (Loa) |
Cuando
llegan noticias como la que ha ocurrido en Olula con la muerte de un vecino de
setenta y seis años piensan, y piensan bien, que a ellos les puede pasar lo
mismo en cualquier momento. Si se les llena la boca diciendo que ustedes
llegaron al poder de la Junta para defender a los andaluces, hora es que lo
demuestren en algo que tiene preocupados a los ciudadanos, el servicio sanitario que están
ofreciendo en los pueblos del interior.
Están ustedes muy preocupados por los
cajeros de los pueblos, y puedo estar de acuerdo, pero es tan importante o más
el que los médicos vuelvan a ser vistos por los pueblos, tomen cartas en los
centros y que estos cubran las necesidades de los vecinos a los que tienen que
atender.
Los pueblos vacíos. Con estos políticos y estos servicios que nos
ofrecen cómo no van a estar vacíos. El viejo que puede sale corriendo del
pueblo y busca refugio en la capital o pueblo más grande en casa de una hija,
sabe que si no lo hace así, su vida puede depender de un SAS que no está
mirando ciertamente por su vida. Y todo porque dicen que es muy caro tener
médicos en todos los pueblos. Cierren el Parlamento, coño.
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