Manuel León
Periodista
⏩ Enrique Aparicio Bolívar, almerienses de 36 años, no ha conocido
nunca la hiel del paro. Desde que acabó sus estudios de Economía en la
Universidad Europea en Madrid, su vida laboral ha sido un continuo sprint. “No
me puedo quejar, a pesar de las dificultades me están ocurriendo buenas cosas
en lo profesional”. Así se expresaba ayer Enrique por teléfono desde Oporto, la
ciudad donde trabaja como director
de Distribución de Parfois, una de las multinacionales líderes en venta
de complementos para mujer.
Enrique Aparicio Bolívar (La Voz) |
Son días de júbilo también para este
almeriense del barrio de
Oliveros porque se ha colado en el acreditado ranking de ‘los cien
líderes económicos del mañana’ del Instituto
Choiseul España. Se trata de un centro de investigación
independiente dedicado al análisis de la política internacional y a la
identificación de talento. Funciona como un laboratorio de ideas (think-tank),
financiado por aportaciones de socios, en su mayoría ejecutivos de empresas del
Ibex 35 y presidido por Eduardo Olier.
Esta clasificación de competencia, de la
que forma parte el almeriense, incluye a profesionales con edades comprendidas
entre 30 y 42 años. Tiene un alto valor esta tabla entre los
cazadores de talentos porque la elección se debe a un análisis de las
capacidades ejecutivas de los candidatos seleccionados.
En 2019 han sido cuatro los entornos
económicos de mayor presencia en el ranking: internet, finanzas, seguros,
educación y nuevas tecnologías. El 33% de los que aparecen en el ranking son
mujeres, lo que supone un aumento del 12% con respecto a la anterior edición.
A pesar de que los días profesionales de
Enrique aparezcan pintados de rosa, el brillante almeriense, alumno del Instituto Celia Viñas, se quedó pronto
huérfano de padre -un transportista
oriundo de Santa Fe- y de madre y suplió carencias por motivación en el
trabajo, desde que marchó a Madrid con 18 años a hacer carrera. “A mí lo que me
estimula es trabajar duro y ver cómo mejoro día a día junto a mis equipos de
trabajo”, dice con contundencia Enrique. Empezó su hoja de servicio trabajando
dos años para Marsans en República
Dominicana.
Después fichó por Inditex para
dirigir la delegación de complementos con sede en Alicante y allí laboró
durante siete años. Hasta que un ojeador portugués le echó el ojo como a un
‘menino brasileño’ hábil con el balón, y se lo llevó a trabajar a la
competencia, a tierra de vinos, a organizar la distribución de productos de ese
gigante de los bolsos, pañuelos y bisutería fina, donde acaba de cumplir un
lustro, complementándolo con su actividad como profesor y conferenciante. Todo eso, sin haber alcanzado
siquiera el dintel de la cuarentena.
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