Manuel
Sánchez
Villanueva
⏩ Es
posible que el lector haya tenido ocasión de ver una película española de
finales de la década de los cincuenta del pasado siglo titulada Una
señorita de Valladolid. La película en sí no merecería mayor comentario, salvo
que en ella hay un dialogo que para los almerienses supone una cierta
curiosidad histórica. En el mismo, el actor Alberto Closas, en el papel de
un miembro del cuerpo diplomático español, desarrolla un apasionado monologo en
el que describe cómo recibió una condecoración por su intensa labor
negociadora al firmar un acuerdo con Alemania por el cual se desbloqueaba
la comercialización de la producción anual de uva de Almería, que, según decía
con vehemencia, se estaba pudriendo en el puerto, con el consiguiente efecto
devastador para la economía de la provincia.
Invernaderos de Almería (Loa) |
El
monologo pretende ser cómico, pero para los almerienses tiene una segunda
lectura que no lo es tanto. Por una parte, nos recuerda que hemos dependido
históricamente de una serie de sectores económicos predominantes en cada época
(minería, después la uva y en menor medida la naranja). Además,
deja claro otros dos elementos fundamentales de nuestra economía; el primero,
presente ya desde el mismo momento de la fundación de la propia ciudad de
Almería, es la importancia del sector exterior para nuestro desarrollo, debido
a nuestra particular situación geográfica. El segundo es nuestra secular
posición marginal en las cadenas de valor de nuestros productos.
Muchos
son los especialistas que han estudiado la evolución y declive de los diversos
sectores económicos que se han sucedido en nuestra tierra por lo que no tiene
sentido describirlo en estas páginas. Pero de la lectura de sus trabajos yo
siempre he sacado una serie de conclusiones. Por una parte, una tendencia
excesiva a la concentración de riesgos al fiar toda la actividad económica a
una única actividad productiva y un débil desarrollo empresarial que,
combinados con la ya mencionada situación marginal en la cadena de
comercialización y con una política de depredación de los recursos naturales,
llevaron a que, una vez finalizado el periodo de crecimiento propiciado por la
actividad económica dominante en cada fase histórica, se sucedieran largas
épocas de estancamiento y pobreza que situaron a nuestra provincia
siempre a la cola de los índices de desarrollo económico, social y humano.
Por suerte, hemos sabido aprovechar el ímprobo esfuerzo de nuestros abuelos y de nuestros padres y la Almería de hoy en día se encuentra en unos parámetros socio-económicos que nada tienen que ver con los que nos precedieron
Por
suerte, hemos sabido aprovechar el ímprobo esfuerzo de nuestros abuelos y
de nuestros padres y la Almería de hoy en día se encuentra en unos
parámetros socio-económicos que nada tienen que ver con los que nos precedieron.
Pero las últimas noticias relacionadas con los diversos sectores de nuestra
economía, que no invitan al optimismo, me han hecho recordar que nuestro gran
salto de desarrollo es relativamente reciente y data de finales de la década de
los 80, con lo cual si lo pensamos bien podríamos decir que apenas nos separan
tres décadas del subdesarrollo. Muy especialmente me ha hecho pensar el
declive que está experimentando el sector industrial, ya que por desgracia la
situación actual coincide con los avisos que hicieron algunas voces hace varias
décadas sobre la debilidad estructural que suponía el hecho de que el grueso
del sector industrial almeriense lo constituyeran instalaciones con un
importante impacto ambiental y dependientes de grupos empresariales sin
vinculación con nuestra tierra. El aviso de pan para hoy y hambre para
mañana ha resultado más acertado de lo que parecía.
Pero
si miramos la situación general de la provincia con cierto distanciamiento,
veremos que contamos con recursos más que suficientes para afrontar con éxito
los cambios socio-económicos que apunta este nuevo siglo. Por una parte, tenemos
una vigorosa y potente clase empresarial, con algunos casos de éxito a nivel
nacional e incluso internacional que, unidos a una fuerza de trabajo cada día
más formada a través de un sistema educativo en el que contamos con el
gran activo de la UAL, complementado con la iniciativa de un Parque
Tecnológico con gran proyección, nos permiten afrontar el futuro con
cierto optimismo. Todo ello unido al hecho de que contemos con un sector
agroalimentario especializado en líneas de producción que entroncan con la
tendencia mundial hacia una alimentación cada día más saludable, nos sitúan en
una cierta buena posición de partida. Especialmente, porque por nuestras
propias características geográficas y ambientales tenemos una industria
auxiliar de la agricultura que lleva camino de convertirse en una actividad que
dote a la provincia de un potente sector industrial, en esta ocasión con una
fuerte vinculación con el territorio.
Tenemos la oportunidad de aprovechar las indudables ventajas de nuestra tierra en relación a las energías renovables para desarrollar un potente sector económico asociado a las mismas
Además,
tenemos la oportunidad de aprovechar las indudables ventajas de nuestra tierra
en relación a las energías renovables para desarrollar un potente sector
económico asociado a las mismas y, por último, pero no en último lugar, en mi
opinión sería conveniente acelerar el siempre pospuesto cambio de modelo
turístico hacia el aprovechamiento de nuestros valores paisajísticos y
culturales en lugar de ser una alternativa barata a los destinos de sol y
playa.
Para
conseguir estos objetivos, quizás deberíamos no perder de vista lo
sucedido en otras épocas históricas y comenzar a pensar que necesitamos más
músculo comercial y más gestión activa en la internacionalización ya que
la experiencia histórica nos demuestra que esto no se consigue si cada uno
hacemos la guerra por nuestra cuenta, especialmente en un mundo tan globalizado
como el actual. Si lo conseguimos, no me cabe la menor duda de que en ninguna
película del futuro se le ocurrirá al guionista incluir un dialogo cómico sobre
el declive de la provincia de Almería.
No hay comentarios:
Publicar un comentario