Antonio Felipe Rubio
Periodista
⏩ El aluvión de propuestas y ocurrencias para solucionar cualquier
problema viene a demostrar la incapacidad de ciertos políticos devenidos en
gestores. A la incapacidad, sea por ausencia de propuestas o por la
proliferación de iniciativas dimanantes de su estulticia, se suma el
oportunismo sectario; es decir, lo que nunca proponen como solución para no
incomodar a dirigentes de su mismo partido, ahora es de vital y urgente
aplicación, siempre que se apele a la administración que cambió de mano.
Obras en El Cañarete (Loa) |
Paradigma de tal situación es el “contador” del dirigente
socialista provincial, Sánchez Teruel, que iba contabilizando los días que
Almería estaba sin AVE durante el gobierno de Rajoy. Y, una vez accedió al
Gobierno de España Pedro Sánchez, el reloj se paró, se descompuso y
desapareció. Extraordinaria paradoja para la cosmología. Como se puede
comprobar, el dramatizado desvelo por el interés general, expresado con la
plasticidad de ocurrentes performances, queda abolido en cerocoma cuando los
señoritos de arriba son del mismo partido.
Al PSOE de Roquetas de Mar jamás se le hubiese ocurrido pedir la
gratuidad de los autobuses mientras duran las obras del Cañarete. Cuando
acaeció el incidente de las “cabras monteses”, el Gobierno de la Junta estaba
en manos de Susana (PSOE); ahora es de Juanma (PP), así que -ahora sí- conviene
aplicar medidas compensatorias que antes se obviaron.
Por otro lado, y dentro de la campaña “publicitaria” del Grupo
socialista municipal, siempre me intrigó la titulada “Los huevos de Manolo”:
¿de qué huevos se trataba? ¿Quién era el tal Manolo?... Ahora, una vez conocida
la “solución” aportada por Subdelegación de Gobierno, no me cabe duda de la ovoide
autoría.
Dice el subdelegado del Gobierno, Manolo de la Fuente, que “hay
que programar los viajes para evitar los atascos en la A-7” mientras duran las
obras en el Cañarete. Exactamente, no lo dice (es exiguo en comparecencias),
emite una nota que, para adornar el laconismo de la escueta ocurrencia, enriquece
el texto con que hay que moderar la velocidad en los atascos; llevar el
cinturón; respetar distancia de seguridad… obviando argumentos tan esenciales
como mirar el nivel de aceite del motor, presión de los neumáticos, junta de
culata… recomendaciones que, sin duda, van a paliar el enojo de los usuarios
atrapados en la A-7. Gracias, Manolo, por empatizar ¡qué huevos tienes!
El PSOE invita a programar el “viaje” en un tramo interurbano de
¡nueve kilómetros! Recuerdo cuando en los sesenta “viajábamos” desde calle
Cucarro hasta Los Molinos para visitar a unos amigos de la familia. También se
“veraneaba” en Ciudad Jardín, y algunos aventureros viajeros aseguraban que en
Mojácar todas las mujeres llevaban un cántaro sobre la cabeza. Ahora, Manolo
asegura que es un “viaje” el trayecto Almería-Aguadulce.
Díganme qué viaje va programar un comercial al que le requieren
para cerrar un importante contrato o una empresa de servicios que ha de atender
urgente una avería. Si está en Almería y le llaman de Aguadulce o viceversa,
cómo programan el “viaje”. En fin.
El crecimiento y pujanza del Poniente exige soluciones permanentes
y con visión de futuro para mantener una fluida capilaridad de comunicaciones. Necesitamos carreteras
suficientes, eficaces y seguras... y otras opciones.
La Autoridad Portuaria, afanada en la propaganda del presunto
crecimiento estadístico de viajeros y mercancías, podría colaborar en la
apertura de un enlace marítimo estable y permanente Almería-Aguadulce-Roquetas. Esta opción,
lejos de ser de ser una alternativa eventual, podría -como en tantas ciudades
costeras- servir de opción alternativa a la carretera; sin olvidar la
posibilidad de oferta turística hacia el Parque Natural Cabo de Gata. Además,
contamos con la ventaja de que el puerto de Almería está literalmente en la
ciudad, como también ocurre en Aguadulce y Roquetas. En fin, ruego disculpas
por haber aportado otra ocurrente iniciativa que, aunque es tradición en otras
poblaciones, en Almería parece que estamos en otras cosas como establecer
apriorismos estéticos (paseos saludables, carriles bici, pista patín… y bancos
neorrománticos sostenibles). Antes, hay que poner la mesa para comer y, luego,
el florero.
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