Carlos Miralles
Periodista
⏩ El Almería ha perdido el rumbo. Otra preocupante derrota rojiblanca
en Huesca hace tambalear los cimientos del banquillo, ya que los resultados no
acompañan y tampoco las sensaciones. Desde aquel maravilloso 4 de enero, con el
equipo ganando 0-4 con solvencia en Lugo, la caída sin frenos del equipo ha
sido enorme, hasta tal punto de haber perdido la confianza en sí mismo. La
primera mitad en El Alcoraz refleja que la idea de fútbol de su entrenador, el
mensaje de José María Gutiérrez, ‘Guti’, no ha terminado de entrar de lleno en
la mente del jugador.
José María Gutiérrez, el día de su presentación (Loa) |
Nadie tiene las ideas claras. Hubo seis
cambios en la alineación respecto al once que se enfrentó al Racing. Entraron
Sivera, Jonathan, Romera, Kaptoum, Corpas y Muñoz, todo ello para intentar
recuperar la estabilidad. Pero desde el primer minuto el Huesca tomó las
riendas, presionó al Almería, y no le dejó respirar hasta el descanso. El 1-0
llegó en un centro de Ferreiro, muy cómodo en banda izquierda, que remató Okazaki de cabeza entre
centrales. Poco después, Mikel
Rico, después de ayudarse con la mano en el control, hacía el
segundo en una jugada de desorden en el área rojiblanca. El VAR revisó la jugada, pero entendió
que, en esta ocasión, la mano del centrocampista local no era
sancionable.
Sin combinación, sin dar tres pases
seguidos, y con la lesión de Petrovic de por medio, el Almería tocaba fondo en Huesca. No
tuvo que hacer nada extraordinario el conjunto de Míchel para llevar el partido
a su terreno, sino mantener el orden táctico, abrir el campo, y buscar los
puntos débiles.
En el segundo tiempo, los rojiblancos
trataron de maquillar el resultado. Entregados a algún destello de calidad,
llegó el 2-1 de Fran Villalba, con un gran control y magistral derechazo en el
área. Pero el Huesca creyó y
confió en su estilo, en su fútbol, y en una acción a balón parado hizo
el tercero, obra de Mikel Rico. Hasta cuatro veces tocaron el balón en área
pequeña los jugadores azulgranas.
Este Almería desquiciado y sin ideas tiene
que parar su caída libre. Un punto de doce posibles y con la sensación de que
se va perdiendo la confianza. Los problemas van creciendo alrededor del equipo
rojiblanco, que necesita un cambio de dinámica cuanto antes si no quiere
complicarse más la vida en su carrera hacia el ascenso. Guti sigue cambiando piezas, pero no consigue acabar el puzzle. Los
marcadores no aparecen y la tensión aumenta. A pesar de los errores arbitrales,
no pueden quedar en segundo plano la falta de fútbol en el Almería actual.
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