Pedro Manuel de la Cruz
Director de La Voz de Almería
⏩⏩⏩ El silencio de los agricultores. Los
agricultores han puesto el grito en los medios de comunicación porque, en medio
del laberinto de la crisis de precios, algunos de entre los suyos están
comprando producto marroquí para, una vez aquí, venderlo con etiqueta
almeriense, con el fraude y el riesgo que tan insensato comportamiento lleva
añadido. La denuncia está sobrada
de argumentos, pero las criticas tendrían más solidez si, además de
quedarse en la protesta, fuesen un paso mas allá y denunciaran públicamente a
aquellos que, con su actitud fraudulenta, están poniendo en riesgo a todo el
sector. El sector agrícola es una geografía humana y empresarial en la que
todos se conocen y si se graban los camiones que llegan desde Marruecos,
también se pueden grabar los almacenes donde descargan la mercancía que
transportan.
Abrir expedientes administrativos, cortar
la autovía, plantear con vigor reivindicaciones a las administraciones, a
todas, y pedir el apoyo de la ciudadanía a sus justas demandas, está
bien. Pero también lo estaría que
se hiciera público el nombre o la razón social de quienes torpedean el
principal sector de la economía provincial. Llegados a este punto
habría que recordar a Unamuno cuando señaló que hay circunstancias en las que
callarse es mentir. A veces no basta solo con no callarse, es necesario hablar
y poner al descubierto la deslealtad de unos pocos frente al legítimo interés
de casi todos. Y esta actitud es exigible tanto a las administraciones como al
propio sector.
La vergüenza del Cañarete. Ciento seis años después de que
aquel 15 de agosto de 1914 el vapor “Ancón” inaugurara oficialmente el Canal de
Panamá que unía el Caribe y el Atlántico con el Pacífico solo puede resultar
patético que los almerienses sigan padeciendo el vía crucis amenazante del paso
del Cañarete.
A estas alturas de la historia de la ingeniería, resulta incomprensible que no se eliminen los desprendimientos que, un día sí y otro también, se producen en su media docena de kilómetros
Doctores tiene la Iglesia y técnicos el
ministerio de Fomento para alcanzar el milagro de que atravesarlo no suponga un
riesgo para quienes lo hacen. Las características del territorio pueden
dificultar las decisiones técnicas a adoptar, pero, a estas alturas de la historia de la
ingeniería, resulta incomprensible que no se eliminen los desprendimientos que,
un día sí y otro también, se producen en su media docena de
kilómetros.
Madrid y Sevilla continúan estando muy
lejos de Almería (da igual el gobierno que haya en una u otra capital, no se
crean a quienes dicen lo contrario), pero lo que no debemos continuar
soportando los almerienses es que creamos que unir Almeria con Aguadulce sea
más difícil que conectar dos océanos. Pónganse manos a la obra de una vez y para siempre y olviden
la política de acumulación de parches inservibles que han demostrado su
ineficacia desde que se pusieron en practica hace ya demasiados años.
Humillación y pornografía. La denuncia de un padre ofendido
por el desarrollo de un taller sobre el desprecio de la mujer en la pornografía
y al que asistieron varias decenas de alumnos de bachiller en un instituto de
Huércal Overa y en el que estaban presentes varios profesores, ha puesto a Almería en el mapa mediático
nacional de los francotiradores apostados en defensa del veto parental. El
tratamiento mediático ha llegado al delirio de difundir que los participantes
eran niños de primero de ESO y de que quienes simularon una felación intercambiando
los roles casi la llevaron a la práctica. Disparates que solo buscan dar munición a la extrema derecha para que,
tan católica, apostólica y ultramontana ella, sus portavoces lleven
a la práctica la teoría de fraile según la cual, todo es bueno para el
convento.
Hasta que la delegación de Educación no
concluya su informe sobre cómo se desarrolló el taller sería temerario
aventurarse a opinar si se hizo de forma adecuada o se incurrió en algún
error.
Pero hecha esta salvedad no puede
ignorarse que nadie pone en duda que el roll que la mujer juega en la
estructura estética y argumental ¿? de la pornografía está en el origen de los
comportamientos delictivos de muchos de quienes cometen agresiones sexuales.
Desde esta premisa, que solo discuten los apóstoles del oscurantismo, puede
oponerse a que el tema sea tratado en una clase ante alumnos cercanos a la
mayoría de edad y que, no nos engañemos, llevan años consumiendo pornografía
desde sus móviles. La hipocresía
es un camino que solo llega al ridículo.
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