Juan
Carlos
Pérez Navas
⏩ En una situación tan excepcional y alarmante como la que estamos
sufriendo es momento de actuar con responsabilidad, solidaridad y humanidad
dejando a un lado todo lo que nos pueda separar o diferenciar, porque lo único
que cabe ahora es luchar juntos para superar esta pandemia que nos asola,
dejando para después las críticas o diferentes opiniones sobre lo que se hizo o
se dejó de hacer ante una crisis sanitaria que si algo está demostrando es lo
vulnerables que somos.
Por eso, este fin de semana se han adoptado las medidas más
impensables que se podían tomar y se coordinaban actuaciones y estrategias con
todos los presidentes y presidentas autonómicos en un ejercicio de unidad y
compromiso que resultó ser ejemplar y donde no debe haber ni diferencias
ideológicas ni territoriales salvo para que cada uno ejecute de forma
coordinada las medidas excepcionales que se derivan del estado de alarma.
Las formas de los presidentes autonómicos distan mucho y no tienen nada que ver con las formas que utilizó el líder de la oposición Pablo Casado
No obstante, y aunque no creo tampoco que sea el momento de
extenderme en ello, las formas de los presidentes autonómicos distan mucho y no
tienen nada que ver con las formas que utilizó el líder de la oposición Pablo
Casado que, sin duda alguna, tuvo la peor intervención que se puede tener en un
momento tan crítico como el que vivimos demostrando con tanta crítica su falta
de generosidad y su poco sentido de estado que quedó evidenciado con la postura
de sus presidentes autonómicos que salieron en sus respectivas comunidades a
cerrar filas con el Gobierno en esta crisis. Le dieron un ejemplo a Casado.
Este hecho aislado del líder del PP fue superado por la urgente
necesidad de los gobiernos autonómicos y estatal de arrimar el hombro y empezar
a tomar medidas coordinadas, unas a propuesta del Gobierno de Pedro Sánchez que
se ven ampliadas por días con medidas de tipo económico y apoyo a trabajadores,
empresas, autónomos para contemplar más liquidez para la economía. El Gobierno
también ha brindado su apoyo a las familias, ha ofrecido a las empresas flexibilidad
en los ajustes temporales de plantillas, además de ayudas a las prestaciones
por desempleo, y la posible autorización de uso del remanente o superávit de
las administraciones para esta emergencia. El Ejecutivo progresista amplía
paulatinamente estas medidas de manera coordinada con las comunidades para
minimizar lo máximo posible los efectos de esta situación.
Con esta urgente necesidad sobran las salidas de tono, las
diferencias ideológicas y las deslealtades y se ha de cerrar filas con el
Gobierno central, porque así lo exige y lo necesita la ciudadanía. Se están
adoptando decisiones necesarias que, por muy duras que sean, están dando una
respuesta eficaz a la sociedad.
Lamentablemente esta crisis es cambiante, puede ir a más y las
decisiones tienen que ser aconsejadas por expertos pero con la determinación
del Gobierno de la nación y con la colaboración leal de todas y cada una de las
administraciones que son de los ciudadanos, y no de los quienes les representamos.
Es momento, insisto, de cerrar filas y, sobre todo, por lo que aún
queda por venir. Las energías las debemos emplear para ayudar a la ciudadanía y
para dar fuerzas, ánimo y reconocimiento a todos los héroes de esta crisis, que
son el personal sanitario, transportistas, fuerzas y cuerpos de seguridad del
estado, ejército, trabajadores de establecimientos abiertos por primera
necesidad, a los trabajadores de los servicios públicos de las administraciones
y a otras tantas miles de personas anónimas que colaboran, que son voluntarios
y que juntos conforman la mejor vacuna contra esta pandemia, que somos
nosotros.
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