Un viaje alucinante: de “300“ a “Robinson Crusoe“


Garf
Siodos

⏩ Sueño con ensueños, vigilia, realidad, ficción. En ocasiones, todo lo anterior mencionado aparece como un conglomerado en el que uno podría no estar seguro donde podría finalizar uno o comenzar el otro. Pareciese que los límites no sólo vienen impuestos desde “fuera” sino que nuestra percepción tiene mucho que decir en estas cuestiones. Tal vez no se equivocaban Carl G. Jung y Wolfgang Paulí con la hipótesis del Unus Mundus. Pero esto no va de Psicología, Física Cuántica, Filosofía o Neurociencia. No especialmente. Me explico. Tal vez esto que escribo podría estar más bien cercano al surrealismo expuesto con una pizca de humor. Como si se tratase de unas cuantas pinceladas en una tela proyectando en ella un reflejo de la realidad pero tras el filtro de una determinada percepción o perspectiva. Empecemos con las pinceladas porque ya sabemos que para que haya camino hay que empezar a darle a los pies, como decía el poeta.


En el lugar donde trabajo debemos ser, cabeza arriba cabeza abajo, unas 300 personas.  Sí, 300,  como la película del director Zack Snyder. ¿Y por qué traigo a colación esto? Porque como esos valerosos guerreros espartanos encabezados por Leónidas que resistieron en el siglo V a. C. al rey persa Jerjes en las Termópilas, en mi empresa, mis compañeros han ido siendo baja en el lugar de trabajo, primero más rápidamente para ralentizarse más tarde, ante las fauces de las circunstancias impuestas por el Jerjes actual, el Covid_19. Y hoy, en el momento de escribir estas letras, he sido uno de los últimos en abandonar el campo de batalla y acabar en los brazos del... teletrabajo.

Vayamos con la segunda pincelada. Cuando regresaba por las noches del trabajo al hogar me encontraba frecuentemente con un panorama un tanto inquietante que me hacía recordar la película de Alfred Hitchcock Los pájaros (reconozco que un poquito también la de  Solo ante el peligro,  del director Fred Zinnemann, protagonizada por Cary Grant y la bella Grace Kelly... pero sin la bella Grace Kelly,  lamentablemente). La explicación podría encontrarse, de un lado, una imaginación un tanto exacerbada  por el  autor que esto escribe, lo oscuro de la noche, calles solitarias debido al confinamiento del Estado de Alarma y, por otro, numerosas gaviotas por la cercanía del mar. Envalentonadas, picoteaban nerviosas por aquí y por allá restos de comida, etc., que conseguían tras romper negras y gruesas bolsas de basura que rebosaban de los contenedores. Y al pasar, tratando de poner una distancia prudente entre ellas y yo, podías apreciar que carecían de miedo y te miraban de reojo. La sensación que daba era la de: tú serás el siguiente. Aunque siempre puede venir la ciencia en nuestro rescate y decirnos que las gaviotas no son pájaros. En fin...

La siguiente pincelada tiene que ver con las noticias que nos llegan de los Mass Media respecto a bulos, censura, vigilancia, ocultación de datos, geolocalización, etc. Finalmente ya no estás seguro si te encuentras en el 2020 o has viajado en el tiempo de la mano de Michael J. Fox en Regreso al futuro, del director Robert Zemeckis, y terminaste dando con tus huesos en la pesadilla que sufre John Hurt en 1984, del director Michael Radford y basada en la novela de Orwell.

Quería aprovechar para dar un brochazo de pintura sobre la tela que tuviese que ver con una comedia romántica pero aún estoy a la espera de que algo suceda. Así que me conformo con escuchar la canción Qué será, será (Whatever Will Be, Will Be) en boca de Doris Day interpretada en la película de suspense del maestro Alfred Hitchcock  El hombre que sabía demasiado. En fin, ahora que lo pienso, esto del distanciamiento social y que las cafeterías estén cerradas, da poco margen para invitar a la chica que te gusta siquiera a tomar un simple café (no digamos ya cogerle de la mano). Y si ya era difícil antes, ahora con el Jerjes actual, el Covid_19, lo ha hecho técnicamente imposible. Creo que mi destino está en  Her, esa película dramática romántica protagonizada por Joaquín Phoenix y dirigida por Spike Jonze. Y es que siempre he tenido mucha química con el dinosaurio de mi portátil con Windows Vista.

Dando ya los últimos retoques a este cuadro al más puro estilo Nicky Ferrante, personaje de la película Tú y yo (An affair to remember 1957), interpretado por Cary Grant en compañía  de la maravillosa Deborah Kerr (conocida también por “ la rosa inglesa ”) caigo en la cuenta que mi visita al peluquero es posible que se retrase un año o año y medio dado que, hasta que no se encuentre una vacuna o tratamiento eficaz contra el susodicho Jerjes ( Covid_19 ), a este “guerrero espartano” (el que esto escribe) le va a crecer el pelo de la cabeza y la barba una media de 0,4 mm al día. Haciendo cálculos me lleva a un pelaje de entre 15 a 22 cm. (¡Dios mío!). Y sí, hemos llegado al final  que por lo que los lectores han deducido no podía ser otro que el de la película Robinson Crusoe, que podré interpretar yo mismo en un futuro no excesivamente lejano.

Nota: Sí, ya sé que me equivoqué. Hay una comedia romántica. Pero sólo lo averigüé ahora que llegué al final. Sean felices.

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