Gerardo Vázquez
Abogado
⏩ Doy gracias de que mi hija haya insistido en
comprar un perro. Me ha salvado, aunque, y no sé el motivo, pero el perro me
rehúye. Se escapa y busca refugio en su caseta cuando me ve. Si me acerco me
mira de reojo, fingiendo que no me ha visto. Pero la condena es inexorable; toca
paseo en época de Coronavirus, es el momento del Corona Walk.
Confinados (Foto: El Comercio) |
Los paseos siempre me sorprenden, a pesar de ser
los mismos. No sé por qué, pero siempre subo la misma cuesta, desde cuya cima
veo el tráfico de la autovía, y siempre pienso lo mismo: pienso que ha venido el
zombi apocalipsis, y por eso no hay ni un alma en la carretera.
Los camioneros de hoy se han convertido en los nuevos caballeros andantes
Bueno, miento, sí veo algún que otro camionero intrépido que
se ha escapado de los zombis. Los camioneros de hoy se han convertido en los
nuevos caballeros andantes. Da igual que no puedan recitar poesía, son los
nuevos héroes, los nuevos centauros del desierto, los que llevan esa diligencia
que asegura que sigamos pudiendo comer.
Pero aparte de esos solitarios camioneros andantes
tengo la sensación de que el mundo se ha parado. Y no me gusta la sensación.
Vale, las cabras montesas invaden los jardines y aumentan su prole, son muy
bonitas, y eso está bien; lo que no está bien es el miedo. La gente atrapada en
sus casas, y la falta de contacto social, añadido a la incertidumbre sobre lo
que se puede hacer y lo que no se puede hacer, pues nadie realmente lo sabe.
Nadie lo sabe porque la normativa cambia cada pocos días, y porque es ambigua,
y no siempre se aplica correctamente.
Y aparte del miedo, debemos añadir bastante
malestar y mucha división en la sociedad, pues han vuelto las dos Españas. Se han
desenterrado, han salido de su tumba, y no se llevan nada bien. Habían aprendido a convivir, a entenderse,
pero parece que hay gente que se empeña en resucitar el pasado a mazazos, como
ese cuadro de Goya. Y me pregunto ¿nunca vamos a aprender? Y me respondo, parece
que no. Personalmente he pensado en poner mi granito de arena en época de
coronavirus, para que la gente viese mi nombre en un pie de página de un pie de
página, y pensase “oye, este tío no era una mala persona”, pero los momentos no
son propicios para meterse en polémicas. Existe demasiada crispación, y oigo
esos mazazos y no me gustan, y he decidido esperar hasta se tranquilicen los
ánimos.
Mucho me temo que esas dos Españas van a estar cada vez más enfadadas cuando salgamos de nuestras casas, y veamos el panorama desolador que se nos presentará
Y tengo que decir que lo que ha pasado en esta
Gran Reclusión ha sido terrible, y lamentable, y traerá consecuencias. Y mucho
me temo que esas dos Españas van a estar cada vez más enfadadas cuando salgamos
de nuestras casas, y veamos el panorama desolador que se nos presentará, un
panorama donde no cabrá ese buenismo que ha imperado recientemente, donde
salimos al balcón, pero somos el primer país de muertos por habitante. Será un mundo
donde habrá que tomar decisiones difíciles, duras. Los días de vino y rosas
serán una memoria distante. La barra libre de dinero, deuda perpetua, lo de pedir
más dinero prestado, suena muy bien, pero nunca se come gratis en un
restaurante. Llega la factura y la resaca, y parece que el restaurante de la Unión
Europea nos conoce y sabe que nunca dejamos propina.
La única esperanza sería dejar a los
innovadores, a los empresarios, buscarse la vida, para que creasen bienestar,
empleo, dinero y riqueza para este país. Pues es increíble la capacidad del ser
humano de buscarse sus habichuelas, si no les dices qué habichuelas tienen que coger,
y si no les exiges que solo quieres las de un cierto color y tamaño; si no les
exiges que, de cada 10 habichuelas tienen que dar 7 habichuelas a unos Señores
que les aseguras van a administrarlas por el bien común, pero que muchas veces los
ves comiendo habas con chorizo.
Dudo que se permita la búsqueda libre de
habichuelas a corto plazo. A largo plazo, creo que no habrá otro remedio, pues
el mundo que hemos conocido hasta ahora se ha parado y es hora de bajarse del
mismo y de construir uno nuevo. O por lo menos eso pienso yo.
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