Antonio Felipe Rubio
Periodista
⏩ El restablecimiento de la normalidad, lo que el gobierno llama
rebuscada y erróneamente “La nueva normalidad”, llegará con la aplicación de
medidas razonables, lógicas y veraces. Pero la veracidad juega un papel
determinante tratándose de un gobierno precedido de mentiras e incumplimientos.
Y esto no es una opinión, es una ajustada descripción de la gestión
socialcomunista en los ámbitos sanitario, social y económico.
Afortunadamente, desde otros espacios de gestión se ha podido
evitar mayor abundamiento en el daño social, económico y sanitario. Los
sanitarios, abandonados a su suerte, se mantienen con gran esfuerzo y
sacrificio contribuyendo a detener el avance de la pandemia exponiendo su
propia salud y vida. Algunas autonomías han actuado con responsabilidad y
urgencia (Andalucía, Murcia, Madrid…) dejando al actual Gobierno de España como
un mal inevitable en el pésimo ejercicio del “mando único” en un Estado Alarma
del que ahora se escrutan posibles excesos y transgresiones en el Tribunal
Constitucional. Y no olvidemos la acción de diputaciones, ayuntamientos y
gremios profesionales que han logrado introducir medidas correctoras a los
disparates emanados de los consejos de “sabios” y gabinete de expertos que han
aportado imprecisión, incoherencia y confusión.
De todos los plenos conocidos en la reciente historia de Almería,
el más importante es el celebrado el día 6 de mayo de 2020. La aprobación de
medidas contenidas en un ambicioso paquete de acciones conducentes a paliar la
devastación económico-social de la pandemia aportará casi 112 millones de euros
para la reactivación de la provincia. No “movilizará” ni “avalará” para que
otros lo paguen. La Diputación de Almería aportará realmente esa cantidad que
ya se contempla en partidas finalistas concretas. Y, no dejando espacio a la
especulación, sectarismo e improvisación, el Pleno aprobó por unanimidad esta
iniciativa que no encuentra parangón en acciones precedentes y se aleja
enormemente de las tímidas e infructuosas
okurrencias del Gobierno de España.
Hablando de okurrencias, el concejal del PSOE en el Ayuntamiento
de Almería, José Antonio Alfonso, acaba de criticar que “los políticos no dirijan la labor de Cáritas y Cruz Roja”, y ha
excretado la siguiente argumentación que copio textual, con permiso de
noticiasdealmeria.com: “Ante esta
situación, ha lamentado que alcalde se haya limitado a dar dinero a entidades
como Cruz Roja o Cáritas, organizaciones a las que reconocemos y agradecemos su
encomiable labor, encargándoles la distribución de importantes donaciones
recibidas en el Ayuntamiento, sin dar la posibilidad de establecer pautas de
actuación ni realizar seguimiento alguno por parte de los grupos políticos que
representan a la ciudadanía almeriense en el Consistorio". O sea, si
el ayuntamiento da dinero a estas organizaciones, nosotros queremos mangonear
en la gestión. Es la típica tendencia aplicada durante decenios: yo te doy una
subvención a cambio de… Esto de Alfonso es como si yo compro dos acciones de
Microsoft y ya me quiero sentar al lado de Bill Gates.
Hay que recordar a Alfonso que, ya en condiciones de “antigua
normalidad”, Cáritas ha contribuido a paliar mucha hambre. Sin Cáritas, sin
enseñanza concertada… y sin tantas generosas y silentes aportaciones a la
sociedad, sólo con este Gobierno de España, el dolor de la crisis sería aún más
lacerante.
Cruz Roja recibió en el pasado ejercicio del Gobierno de España
algo más de cuarenta y dos millones de euros (42 202 399,32 euros) sólo en atención
a inmigrantes ilegales y refugiados, aunque las partidas mayores, también del
Gobierno central, suman un montante muy superior repartido en otros conceptos,
algunos muy singulares. Al contrario, Cáritas recibe la mayor parte de sus
recursos gracias a donativos y participación anónima (257,932 millones) y 95,08
millones de euros de las administraciones europea, central, autonómica y local.
He de recordar al señor Alfonso (procede del sindicalismo de la
UGT) que la gran ruina del sector financiero español en 2008 se debió a la
intervención de los políticos en las cajas de ahorros “gestionadas” por exconcejales
y sindicalistas. Nunca hubo rescate bancario. Los bancos jamás fueron
rescatados, salvo el Banco de Valencia que, de los 77 000 millones totales,
recibió 6189 de rescate.
La inveterada inclinación de la izquierda hacia el
intervencionismo no puede conducir a meter mano en Cáritas y arruinar una
institución regida históricamente con honradez y humildad. Otra cosa es Cruz
Roja, cuyos dirigentes durante la mayor escalada de corrupción del PSOE
protagonizaron junto a directores generales de Guardia Civil, BOE, Banco de
España… algunas actuaciones, digamos, poco edificantes.
Dejen en paz a Cáritas y otras obras benéficas que ya saben del
dolor ajeno, hambre y miseria. Las otras miserias, las políticas, las dirimen
entre ustedes; que ya nos tiene acostumbrados.
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