Perros de presa… y de prensa


Antonio Felipe Rubio
Periodista

⏩ “No es momento para criticar”. “Habrá tiempo cuando superemos la crisis sanitaria para pedir responsabilidades de gestión”. “Es una irresponsabilidad todo lo que no sea colaborar con el Gobierno en la lucha contra la pandemia”. “Es miserable buscar rentabilidad política en medio de tantas muertes y contagios”. “La grandeza de la oposición es, ahora, colaborar con el Gobierno durante y después del estado de alarma para la nueva normalidad”… ¡Y una mierda! Parece mentira que, después de tantas pruebas de traición, la oposición vuelva a tropezar en la misma piedra.


Las soflamas del Gobierno han llamado a no desviar la atención de la prioridad sanitaria, pero en realidad el Gobierno de España estaba -y está- en otras cosas. Su falsario espíritu de colaboración, haciendo partícipes a las comunidades autónomas en una presunta cogestión de la pandemia, se ha tornado en la irrenunciable oportunidad de aprovechar cualquier fallo para sacar a pasear a los perros de presa y perros de prensa a dar dentelladas por doquier.

Era de esperar. Tras las clamorosas y “ejemplarizantes” vulneraciones de la cuarentena de Iglesias o Sánchez, todo se centró en el “lamentable espectáculo” de IFEMA. Han sacado imágenes de frente, de lado, de arriba y de abajo todos los perfiles posibles de un acto que al PP se le fue de las manos fruto de la alegría que supuso el cierre del hospital de campaña que, por otro lado, ha supuesto un ejemplo de rapidez, eficacia y símbolo a nivel mundial de inusitada eficacia para salvar vidas. Pero este hito no fue digno de atención de los señores Iglesias y Sánchez; ambos, junto al ministro Illa, estaban “preveyendo” el siguiente paso: esperar en su apostadero sectario cualquier error, por pequeño que fuese, para lanzar descalificaciones y erosionar al Gobierno de la Comunidad y Ayuntamiento de Madrid.

No siendo suficiente el episodio de IFEMA, la emprenden con los menús de Telepizza y Rodilla, menús que muchos niños aguardan el día que salen de casa para degustar pizzas, nuggets, sándwiches, cocacolas… Y va el PP y reconoce las críticas, encaja con seráfica resignación una rectificación y reconoce que fue una solución adoptada con urgencia, y que “lo siento mucho, y no volverá pasar”. Mientras tanto, los perros de prensa echan mano de dietistas, bromatólogos, pediatras…  para decretar la “alarma alimentaria” del PP. Si hubiese ocurrido al contrario, la izquierda hubiese argüido que ellos no echaban al cocido los huesos de las vacas locas… o yo qué sé; en cualquier caso, se habrían sacudido la crítica con su habitual desparpajo, dejando en ridículo, una vez más, a la derecha confrontadora.

Bueno, pues como ahora no es momento para criticar y no se debe de sacar rentabilidad política de los muertos y contagiados, el PSOE se plantea una posible moción de censura con un hipotético apoyo de Ciudadanos, partido que ya ha asomado la patita con el apoyo a la prórroga. Estos no se cortan. Han estado urdiendo y cavilando cómo sacar provecho partidista del sufrimiento de los españoles y de la calculada inocencia que esperaban de la oposición.

Un gobierno compuesto por expertos politólogos curtidos en escenarios que han dirimido en dictaduras comunistas del hambre y el liberticidio; así como un maestro de ceremonias que aplica su “Manual de resistencia” como escudo refractario a toda responsabilidad e ilegalidad que le confiere el estado alarma no puede dejar pasar esta oportunidad. Es ahora o nunca.

El anonimato del comité de “sabios y expertos” es síntoma inequívoco de la escalada hacia un nuevo estado de derechos vulnerados y una democracia rebajada al nivel de la sordidez institucional.

Imagina que un juez te sentencia escondido detrás de una mampara. No conoces su nombre; no le ves la cara; no puedes reclamarle; no puedes recurrir… Pues estos “sabios” anónimos deciden sobre tu vida y hacienda. Lo que harás con tus hijos, tus nietos, tu negocio, tu movilidad, tu dinero… todo lo decide un grupo de apostados en la madriguera gubernamental para “evitar la presión de la sociedad”. ¡Es indignante! ¿Acaso no está suficientemente presionada la sociedad con los que se nos mueren, enferman, trabajan sin protección o se nos van a la ruina? ¿Y a esto los perros de prensa no dan dentelladas?

Sé que es indecoroso recurrir a la autocita; pero ya lo dije: no demos nuevas oportunidades con una nueva prórroga que otorga plenos poderes a un gobierno que todavía no nos ha deparado impensables sorpresas. Irán llegando. Sólo hay que esperar, y verán qué 15 días nos esperan.

P. D. Acabo de padecer la perpetración de otro “Aló presidente”. Le han preguntado a Sánchez, con claridad meridiana, por qué no da los nombres del comité de “sabios”: no ha respondido. Le han preguntado si, como al resto de la sociedad, ellos también se iban a bajar el sueldo: no ha respondido. Además, genera una duda sobre si sabe lo que él mismo publica en el BOE: “A partir del lunes (Fase 1) se podrá ir a un hotel, como también a la segunda residencia dentro de la misma provincia”. No saben ni lo que aprueban. La confusión y el cachondeo están servidos.

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