Adriana Valverde
Portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de
Almería
El pasado 29 de mayo el Consejo de
Ministros aprobó el Ingreso Mínimo Vital, un nuevo derecho que va a beneficiar
a aquellas personas que se encuentren en una situación de vulnerabilidad. La
crisis sanitaria de la pandemia de la COVID19 ha agravado la situación
económica de millones de hogares, que aún arrastran las consecuencias de la
anterior crisis y que tienen serias dificultades para llegar a fin de mes. A
las medidas sociales, laborales y económicas que ha ido desarrollando el
Gobierno de España para paliar las consecuencias de esta pandemia, que afecta a
todo el planeta, se le suma este nuevo derecho social que ha venido para
quedarse.
Para centrarnos en Almería, en nuestra
capital los hogares en situación de vulnerabilidad alcanzan unas cotas inadmisibles
que debería preocupar y ocupar todo el tiempo del alcalde Ramón
Fernández-Pacheco Monterreal. El último estudio de Zonas Desfavorecidas de
Andalucía realizado por la Junta sitúa al 37% de los habitantes en barrios
pobres. Es decir, 48.919 almerienses viven en barrios de exclusión social.
Estas personas carecen, en la mayoría de los casos, de una red de protección.
Es obligación de un Estado redistributivo como es el nuestro el de proporcionar
esa seguridad a los hogares que les permita dignificar y mejorar su situación.
El Ingreso Mínimo Vital no es caridad ni limosna, como se ha empeñado en
señalar la ultraderecha; el Ingreso Mínimo es un derecho que dignifica y
produce un efecto positivo que ayuda a la búsqueda activa de empleo.
Aunque es una medida estatal, el Ayuntamiento es la administración pública más cercana y debe garantizar que el Ingreso Mínimo llegue a todos los hogares almerienses que lo necesiten
Con 22.800 parados -de los que casi el 50%
son mayores de 45 años y de larga duración- y el 37% de la población en barrios
desfavorecidos, el papel del Ayuntamiento de Almería y del alcalde es clave.
Aunque es una medida estatal, el Ayuntamiento es la administración pública más
cercana y debe garantizar, porque puede, que el Ingreso Mínimo llegue a todos
los hogares almerienses que lo necesiten mediante la información y la
facilitación de los trámites. El alcalde no puede esperar ni un minuto para
firmar un convenio de colaboración para que Ingreso Mínimo Vital sea un
salvavidas para muchas familias almerienses que necesitan de esta renta mínima
para ver dignificadas sus vidas. Es un nuevo derecho social que busca una
salida a la situación de vulnerabilidad y exclusión en las que están inmersos
demasiados hogares.
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